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Casi 200 muertos en los combates en el este de Ucrania, según las autoridades de Kiev

  • El fiscal general habla de 181 muertos y 293 heridos
  • Solo 59 de los fallecidos son militares
  • Los combates se concentran en Slaviansk

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Un hombre deposita flores frente al edificio administrativo de Lugansk, Ucrania, donde se produjo una explosión en la que murieron dos personas
Un hombre deposita flores frente al edificio administrativo de Lugansk, Ucrania, donde se produjo una explosión en la que murieron dos personas.

La ofensiva militar lanzada por las autoridades interinas de Ucrania contra los insurgentes prorrusos en el sureste del país ha causado hasta ahora casi dos centenares de muertos en su mayoría milicianos o civiles, y casi 300 heridos, según ha anunciado este martes el fiscal general del país, Oleg Majnitski.

"En total, en las regiones de Donetsk y Lugansk han muerto 181 personas, entre ellas 59 militares, como resultado de las acciones antiterroristas", ha dicho Majnitski en rueda de prensa. El número de heridos es de 293. Las autoridades de Kiev califican la ofensiva en el este como una "operación antiterrorista".

Las regiones de Donetsk y Lugansk, donde son mayoría los ucranianos rusoparlantes, se rebelaron contra Kiev después de que Crimea, en el sureste, declarara su independencia y se anexionara a Rusia. Tras un referendum similar, ambas regiones han pedido unirse también a la Federación Rusa.

Este lunes, los países Occidentales del Consejo de Seguridad de la ONU rechazaban un borrador de resolución presentado por Rusia para exigir un alto el fuego.

Nuevo ataque a Slaviansk

Este martes, la ciudad de Slaviansk vuelve a ser escenario de encarnizados combates entre las tropas ucranianas y los separatistas, según informa Efe.

Según el ministro de Interior, Arsén Avákov, las tropas ucranianas han destuido varios puntos de control y fortificaciones levantadas por los milicianos en los accesos a la ciudad. Avákov ha pedido a los habitantes de Slaviansk y de las vecinas Kramatorsk y Krasni Limán, otros dos baluartes de los prorrusos, que no salgan de sus casas para que sus vidas no corran riesgos y que "no se acerquen a las posiciones donde se concentran los terroristas".

"Nunca hemos visto un bombardeo tan fuerte", ha dicho a la agencia rusa Ria-Novosti uno de los testigos de los combates.

Por su parte, los rebeldes prorrusos afirman que han derribado un caza, un helicóptero y varios blindados de la infantería pesada del Ejército, aunque no hay confirmación independiente.

"Hemos derribado un caza SU-25 (Sujói) del Ejército ucraniano. También destruimos un helicóptero, varios tanques y un vehículo blindado de las tropas",  ha afirmado el autoproclamado alcalde de la ciudad, Viacheslav Ponomariov, a la agencia rusa Interfax.

Además, ha asegurado que un total de ocho helicópteros están sobrevolando en estos momentos la ciudad, mientras que uno de ellos también se observa en el cielo sobre la vecina localidad de Cherevkovka.

Según Ponomariov, la Guardia Nacional ucraniana impide abandonar la ciudad a un autobús con unos 80 niños a bordo. Otra fuente de los prorrusos también ha informado a la agencia RIA-Nóvosti del derribo del helicóptero Mi-24 pero aún no ha confirmado que se haya abatido un avión. Desde el inicio de los combates, los insurgentes han derribado un total de 7 helicópteros de las tropas ucranianas.

Los observadores de la OSCE siguen vivos

Mientras, el secretario general de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Lamberto Zannier, ha afirmado que los cuatro observadores retenidos por milicias prorrusas están vivos, en tanto que las negociaciones para su liberación prosiguen.

"Ellos están vivos y bien", declaró Zannier, quien ha considerado "escandaloso" que enviados de la OSCE que cumplían tareas de supervisión de la situación de derechos humanos y de seguridad sean acusados por sus captores de espías.

Asimismo, ha indicado que la inseguridad que prevalece en las regiones de Lugansk y Donestk ha obligado a la organización a disminuir el número de sus observadores en ambas y desplegarlos en otras áreas, principalmente en Kiev, Kharkiv y Dnepropetrovsk. Zannier ha afirmado que se requiere un mayor control de la frontera entre Rusia y Ucrania para evitar la infiltración de personas armadas.