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'A propósito de Llewyn Davis', el amargo y magistral musical folk de los hermanos Coen

  • Oscar Isaac, Carey Mulligan y Justin Timberlake protagonizan la cinta
  • Los cineastas retratan la escena musical neoyorquina de los años 60
  • Nominada a los Globos de Oro, obtuvo el Gran Premio del jurado en Cannes

Por

FICHA TÉCNICA

Título original: Inside Llewyn Davis

Añol: 2013

Duración: 105 min.

País: Estados Unidos

Director: Joel Coen, Ethan Coen

Guión: Joel Coen, Ethan Coen

Intérpretes: Oscar Isaac, Carey Mulligan, John Goodman, Garrett Hedlund, Justin Timberlake, F. Murray Abraham, Adam Driver, Ricardo Codero, Alex Karpovsky, Max Casella, Ethan Phillips, Stark Sands

“No creo que hagamos cine nuevo, sino cine inspirado en el clasicismo de nuestro país. Trabajamos dentro de una tradición y queremos ser consecuentes con ella". Palabras de Joel Coen al recibir la Palma de Oro de Cannes en 1991 por Barton Fink. Una cita que describe perfectamente la última película del tándem creativo que forma con su hermano: A propósito de Llewyn Davis, inspirada en la escena de la música folk en el Nueva York de los primeros 60.

Nominada a los Globos de Oro como Mejor comedia o musical y ganadora del Gran premio del jurado en Cannes, inaugura a lo grande el nuevo año en las pantallas españolas, con el estreno fijado para el 1 de enero.

Los Coen han regresado a la senda de sus obras maestras (Muerte entre las flores, Barton Fink, o Fargo) con Llewyn Davis, un ficticio cantautor folk, basado en la figura de Dave Van Ronk, que sobrevive en el Village actuando por cuatro dólares, durmiendo en los sofás de los conocidos que le acogen y gorroneando lo que puede a las amistades. Creyendo firmemente en su talento, pero amargamente rechazado por discográficas.  A propósito de Llewyn Davis combina el agrio naufragio y el toque cómico de los Coen en lo que, en puridad, es un musical.

A propósito de Llewyn Davis es la prima hermana de Barton Fink. Si en aquella los hermanos Coen crearon un alucinado popurrí de los renombrados escritores que recalaban en California en busca de dólares (Clifford Odets, William Faulkner); en Llewin Davis repiten la jugada con un homenaje atmosférico y sonoro a un mundo que ya no existe, plagado igualmente de referencias culturales, y que gira también sobre la creatividad y el talento.

Oscar Isaac fue reclutado como Llewyn Davis al cumplir los requisitos de cantante e intérprete. Y el actor, de origen guatemalteco, ha aprovechado la oportunidad para componer un personaje triste y caradura. Los Coen desatan su pasión por el folk con una selección de temas de la época que Isaac y el resto del reparto grabaron en una sola toma para dar la sensación de autenticidad.  Carey Mulligan, como el amor frustrado de Davis, y Justin Timberlake, también actúan y cantan.

El largo camino hacia Bob Dylan

El tramo central es una deliciosa odisea surrealista desde Nueva York a Chicago, en el que Llewyn Davis comparte coche con un deslenguado músico de jazz (John Goodman), y un lacónico poeta beat (Garret Hedlund en una repetición de su papel de On the road). La película refleja así el maridaje que la música folk tejió con la contracultura urbana, despojándose de su tradición pueblerina, hasta cristalizar en la totalizadora figura de Bob Dylan.

Explicado suena a tesis pero, como el buen cine de los Coen, la película funciona a varios niveles y cada vez que Llewyn Davis coge la guitarra deja un emocionante testimonio de su fracaso. El personaje que interpreta F. Murray Abraham, (un trasunto del manager de Bob Dylan, Albert Grossman), lo resume en una frase: “No veo dinero allí”.

Aficionados a incluir su propio proceso creativo en las tramas, la película ofrece una lectura: el arte de Llewyn Davis está demediado por la ausencia de su antiguo compañero. Cuando uno de los dos falte, parecen decir los Coen, el otro se convertirá en un fantasma. Mientras, les queda mucha veta de cultura norteamericana que redescubrir. Dos décadas después de Barton Fink, los hermanos pueden presumir de consecuentes.