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Un estudio analiza las bondades de la mensajería instantánea en los adolescentes

  • Los padres se preocupan por cómo usan sus hijos de las redes sociales y chats
  • Un estudio explica los beneficios de estos sistemas al hacerles más sociables
  • Los más introvertidos se benefician más: suelen hacer amigos en el "mundo real"

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Un adolescente enviando un mensaje con el móvil
Un adolescente enviando un mensaje con el móvil

Niños que se pasan todo el día chateando por el móvil. Adolescentes que se vuelven ariscos en cuanto no tienen acceso a su red de amigos para contarles lo que están pensando en cada momento. Castigos que ya no consisten en el clásico 'prohibido ver la tele' sino en 'te quito el móvil'. 

Los tiempos han cambiado y con ellos ha aumentado la preocupación de muchos padres por saber si servicios como la mensajería instantánea (chats) y las redes sociales son buenos o malos para sus hijos.

Como casi todo en la vida,  todo tiene su lado bueno y su lado malo: depende de cómo se utilice y de qué se haga con mesura.  Pero para tranquilizar a los padres preocupados por hijos en la edad de la adolescencia, que es cuando empiezan a tener más a su alcance estos dispositivos personales, la revista Computers in Human Behavior ha publicado un trabajo de los investigadores Michal Dolev-Cohen y Azy Barak, de la Universidad de Haifa, en el que se analizan el 'lado bueno' que los chats pueden tener en los jóvenes.

El trabajo ha contado con la participación de un centenar de jóvenes a los que se han realizado entrevistas y cuestionarios además de analizar el contenido de sus textos en busca de pistas. Entre las conclusiones, algunas muy claras, como que utilizar la mensajería ayuda a hacer amigos en el futuro y que las habilidades sociales de los jóvenes también mejoran, haciéndoles más competentes socialmente.

Chats beneficiosos para los jóvenes

En el estudio se analizaron diversos sistemas de mensajería tanto en tiempo real (chats instantáneos, como Whatsapp) como en redes sociales (del estilo Twitter o Facebook) en las que las respuestas pueden ser asíncronas – y en las que se puede dejar pasar algo de tiempo antes de participar en las conversaciones. Algunas eran del tipo de uno-a-uno; otras lugares en la red donde los amigos que reúnen virtualmente para intercambiar sus puntos de vista e historias del día.

Debido a que es típico entre los adolescentes sufrir de altibajos emocionales, conflictos con los amigos y amigas, estrés psicológico por diversas causas e incluso otras situaciones más delicadas, el estudio comprobó que para muchos de ellos poder hablar con los amigos en cualquier momento sobre esos problemas era una forma práctica e íntima de volcar sus preocupaciones: es gratis, los amigos están casi siempre disponibles y además ayuda a mejorar la expresividad y creatividad al escribir.

También comprobaron que para muchos jóvenes los chats sirven como salida por la que canalizar las emociones negativas, usando el tablón del sistema de mensajería como alternativa a una discusión o bronca que tal vez en persona no sería la mejor de las opciones. Estos análisis sobre si los voluntarios de las pruebas estaban mejor o peor anímicamente los evaluó un jurado de expertos a través de entrevistas. 

Curiosamente también concluyeron que estos fenómenos son algo común a todos los sistemas de mensajería, tanto a los que funcionan en tiempo real como a los que no; en otras palabras: da igual el software que se utilice que todos producen el mismo resultado beneficioso.

Respecto al carácter de los jóvenes que realizaron las pruebas también se comprobó que los más introvertidos mejoraban mucho más en sus relaciones sociales que los más extrovertidos, que posiblemente no tienen esa carencia por su naturaleza propia.

El trabajo de estos investigadores también puede entenderse de otro modo interesante: las redes sociales, chats y servicios de mensajería pueden ser más o menos buenos para "hacer amigos" en Internet, pero lo que parece claro es que ayudan a que las personas hagan en el futuro amigos de verdad en el 'mundo real' cuando siguen con su vida cotidiana.