Enlaces accesibilidad

Mar Coll inaugura la Seminci con Nora Navas como mujer a la fuga

  • Todos queremos lo mejor para ella abre la sección oficial en Valladolid
  • Jaques Audiard defiende el cine de autor antes de recibir su Espiga de Honor

Por
Arranca la Seminci en Valladolid

"Seguramente el cine genera una sobrerrepercusión mediática". La primera, en la frente, aunque Mar Coll no tiene intención de cuestionar el ruido alrededor de un festival como la Semana Internacional de Valladolid. La directora catalana se refiere al modo distendido, huyendo de vértigos, con el que afrontó un segundo proyecto, Todos queremos lo mejor para ella, tras el éxito de su ópera prima Tres días con la familia (Goya a la mejor dirección novel en 2010). Ahora, ya con cierto reconocimiento, y Nora Navas como protagonista, inaugura la sección oficial de la 58º edición de la Seminci.

De eso, de soltar lastre y sacudirse la responsabilidad que los demás ponen en uno, versa Todos queremos lo mejor para ella. Nora Navas da vida a una mujer que tras sufrir un importante traumatismo en un accidente intenta retomar su vida de abogada prestigiosa. Solo que ya es otra persona, torpe y desnortada, y su entorno no puede aceptarlo. Por lo demás, el entorno de Valladolid sí respira repercusión mediática en la Gala de inauguración con José Coronado de padrino y las Espigas de honor para Jacques Audiard Paul Schrader.

Si el cine de autor es el nicho de la Seminci, la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña (ESCAC) y su productora (Escándalo films) son el oasis del castigado panorama cinematográfico español.  Dentro de la variada camada de la ESCAC, Mar Coll (Barcelona, 1981) se caracteriza por un cine de relaciones familiares, que busca la naturalidad mezclada con personajes excéntricos.

“Es de los papeles más  difíciles en los que he tenido que meterme”, explica Nora Navas (Goya a mejor actriz por Pa Negre). “Como actriz te hace estar un estado de desconcierto, no engancharte a ningún recurso. Trabajar desde el no saber, me gusta".

¿Qué determina lo que somos? ¿Lo que pensamos de nosotros o lo que los demás piensan que somos? A vueltas con la identidad, Todos queremos lo mejor para ella combina un duro conflicto interior, una protagonista tierna, y un envoltorio  de cine sin impostar.

“Ella no tienen ningún referente previo de lo que es y el único mapa que tiene para guiarse es la mirada que le devuelven los demás”, explica la directora. “Un mirada que para ella es un poco asfixiante porque es un mirada que tiene un estigma, una preocupación.   Ella intenta borrar esa especie de preocupación que ve en los demás comportándose de la forma más positiva y proactiva posible”.

Al igual que La herida (premio del jurado en San Sebastián), la película de Coll evita cualquier referencia concreta o explicativa del daño cerebral de la protagonista, así como su pasado antes del accidente. Nora Navas preparó el papel en el Institut Guttmann, especializado en neurorehabilitación. “Es la magia de que no te dé mucha información: te lleva a un lugar que no es psicológico sino emocional”.

El marido, que interpreta Pau Durà, ejemplifica esas mejores intenciones (equivocadas) que chocan con la necesidad de cambio de la protagonista. “Hay amor, pero es casi paternal, es la deriva de un amor que existía”, dice el actor. “Refleja nuestro comportamiento judeocristiano occidental, de clase media-alta, de no abandonar el barco cuando está zozobrando.  Mi personaje insite en ayudarla cuando ella no me necesita”.

Jacques Audiard: “No hay crisis para las películas de Marvel”

El otro protagonista del día en Valladolid es Jacques Audiard. El cineasta francés (Un héroe muy discreto, Un profeta) recoge la Espiga de Honor en un festival que ya le colmó de premios el año pasado con su última película De Óxido y hueso. “Venir a Valladolid se está convirtiendo en una costumbre”, ha dicho en un encuentro con los medios.

Acompañado de su buen humor y de su guionista Thomas Bidegain, Audiard (61 años) ha relativizado la importancia del autor: “Tendemos a poner al director en un pedestal de un proceso en el que la idea se metaboliza”. Hijo del guionista Michel Audiard, el director ha recordado que en su juventud sus intereses estaban enfocados a la enseñanza. “Como en mi casa todo el mundo hacía cine tenía que hacerme el interesante”, bromea.

Repasando la evolución de una carrera tardía (dirigió su primera película a los 42 años) e intermitente (seis películas en 18 años), ha señalado que quiso abandonar tras la primera experiencia pero recobró la ilusión con su segunda cinta: Un héroe muy discreto. “Era una época en la acortaba muchísimo las escenas, estaba encima de los actores, quería que se correspondiera todo a lo que yo tenía en la cabeza. Y, a partir de la tercera película, tuve la revelación opuesta: un deseo de improvisación. Si lo que estoy rodando se parece a lo previsto, comienzo a preocuparme”.

Audiard ha constatado que la realidad del cine, el descenso de espectadores en salas, presenta un futuro mutante para los creadores. “Lo que está realmente en juego es la representación del mundo en la gran pantalla.  No hay crisis para las películas que no representan el mundo real, como las de Marvel, el problema es para las que intentan reflejar nuestro mundo a través del cine, una tarea que ejerce muchas veces el cine de autor, y que ahora está en entredicho”.

Como representante destacado del cine francés, Audiard ha respondido a todo tipo de preguntas sobre la envidia que el modelo de su país (destinan un porcentaje de todas las entradas vendidas  a la producción y promoción del cine) genera en España. “No conozco bien al situación económica del cine español. He creído entender porque leí una carta de Almodóvar que las cosas están muy mal. Hay algo en Francia que desde la posguerra ha hecho que el cine perdure: el Fondo nacional de cinematografía. Es lo que hace que el cine francés, con esa especie de autofinanciación, esté protegido”

Audiard, quitándose y poniéndose las gafas de sol sin descanso durante la rueda, ha avanzado antes de irse que su nuevo proyecto es un western. “Y trabajamos en otro proyecto: siempre he tenido en mente hacer un musical”.