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Jimmy Barnatán, puro blues cántabro

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Jimmy Barnatán
Jimmy Barnatán

Jimmy Barnatán puede parecer una rara avis pero en realidad es totalmente natural. Criado entre Santander y Nueva York, absorbió desde pequeño las raíces de la música y cultura estadounidense. Todavía más conocido como ese actor con tendencia a los secundarios ‘freaks’, cualquiera que le vea subido en el escenario se queda estupefacto con su carisma y voz de bluesman.

A sus 32 años, regresa de una gira en la que ha tocado desde “garitos de carretera que parecían La teta enroscada” a gozar en el Hondarribia Blues Festival delante de 20.000 personas y compartiendo escenario con leyendas como Eric Burdon o Shemekia Copeland (“te puedes imaginar mi orgasmo continuo", dice).

Ahora presenta ROOM 13, su tercer disco de estudio, a caballo entre el cine y la música. “Es un disco conformado con 5 temas originales y seis secuencias de radionovela interpretadas por Álex Ángulo, Adriana Ugarte, El Gran Wyoming y yo”, dice Barnatán. Las canciones y los audios se integran para contar una historia de blues (A blues tale es el subtítulo del disco).

“Es algo que escribí hace tiempo, no sé si con la intención de hacerlo disco o de rodar algo, en una noche de insomnio con cuatro pitillos y un bourbon. Y aparte, en este momento no quería hacer un disco al uso, que me parecen cojonudos, sino volver al concepto de disco de lp, un poco a la manera de las canciones de los años 50”, explica.

El concepto es recordar a las radionovelas de los años 50 y 60. “Hay mundo cruce de caminos, diablo, nocturnidad, lluvia, amor, pecado. Los pilares que debe tener una historia de blues yo creo los maneja”, dice.

El camino musical de Barnatán no ha sido fácil. “Mi carrera de cine y tv, en lugar de abrirme puertas, me las ha cerrado. Somos muy amigos de etiquetar: el que es cantante no puede ser actor”, lamenta. “En EEUU, dime alguien que no haga lo que quiera. Si tienes una necesidad de expresión, y la puedes canalizar de maneras distintas, es de lo que se trata”.

Las puertas del blues se le abrieron por su devoción a Jim Morrison. “Tengo un altar con las primeras ediciones de todos los álbumes de The doors, millones de libros y una botella de tequila vacía. Gracia a Morrison no solo descubrí la maravilla de la música psicodélica, sino que descubrí el blues. Era una manera un poco atrabilada de entrar en el blues, pero me parece uno de los mejores grupos de blues de la historia. Es una referencia muy presente como cantante e icono”.

El disco ya está a la venta y disponible en plataformas online. El estreno coincide con la aparición de un tema de su primer disco en la serie Águila Roja. La carretera le aguarda de nuevo para poner a girar ROOM 13. Como buen bluesman, solo le queda vender su alma al diablo. “Me pasa un poco lo que le pasa al personaje del disco: Lo he intentado pero creo que tengo un alma tan sucia que ni el diablo la quiere”.