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Japón prepara el estreno de su nuevo cohete Epsilon

  • Su objetivo principal es reducir costes de lanzamiento
  • Reduce también el tiempo necesario para preparar un lanzamiento
  • Su primera carga es un satélite para estudiar atmósferas planetarias

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Impresión artística del Epsilon 1 en vuelo (JAXA)
Impresión artística del Epsilon 1 en vuelo (JAXA)

Tras cancelar a tan solo 19 segundos del lanzamiento un primer intento el pasado 27 de agosto la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial está lista para volver a intentar lanzar su nuevo cohete Epsilon, una vez identificado el origen del problema que produjo la cancelación y después de llevar a cabo dos ensayos de lanzamiento sin que este volviera a aparecer.

El Epsilon es un cohete no reutilizable diseñado con el objetivo de proporcionar una plataforma de lanzamientos de bajo coste para pequeños satélites científicos, y sustituye en esta función al cohete M-V, que tenía un coste por lanzamiento de unos 70 millones de dólares.

Para ello utiliza componentes de otros cohetes con ligeras modificaciones.

En concreto usa como primera etapa el motor de combustible sólido que se usa en el cohete H-IIA de la JAXA, que es mucho más barato que el que usaba el M-V, y como segundas y terceras usa versiones modificadas de las que usaba el M-V.

El Epsilon mide 24,4 metros de altura y 2,5 metros de diámetro, con un peso al lanzamiento de 91.999 kilogramos.

En su configuración estándar, conocida como Epsilon-X, puede colocar cargas de hasta 1.200 kilogramos en una órbita terrestre baja de 200 por 500 kilómetros.

Hay también planeada para 2017 una versión con una cuarta etapa con motor de combustible líquido, bautizada como Epsilon-I, que podrá colocar cargas de hasta 450 kilos en órbita sincrónica al sol o bien colocar cargas en órbita baja pero con más precisión de la que la versión de tres etapas.

Otra característica interesante del Epsilon es que ha sido diseñado para que el cohete pueda estar listo para su lanzamiento tan solo un año después de la firma del contrato de lanzamiento frente a los tres que necesitaba un M-V.

El procesado del Epsilon en el centro de lanzamiento también ha sido acortado a una semana frente a los 42 días del M-V, con lo que puede ser utilizado con más facilidad para lanzar cargas perecederas.

La cuenta atrás para el lanzamiento ha sido acortada también de nueve a tres horas en comparación con el M-V.

Primera misión

El primer «cliente» del Epsilon es el satélite SPRINT-A, de Spectroscopic Planet Observatory for Recognition of Integration of Atmosphere, destinado a estudiar las atmósferas de los planetas del sistema solar, con espacial énfasis en Marte, Júpiter y Venus.

Para ello lleva a bordo un espectrómetro que funciona en el ultravioleta extremo con el que los científicos de la misión intentarán averiguar más cosas acerca del proceso de pérdida de atmósfera que está sucediendo en Marte y Venus y por otra parte intentarán estudiar el toro de plasma que rodea a Júpiter y que es la principal fuente de plasma para la magnetosfera del planeta.

De hecho, el espectrómetro tiene un modo especial de funcionamiento para observar Júpiter.

SPRINT-A, que funciona con paneles solares y que pesa sólo 340 kilos, trabajará al menos durante un año desde una órbita de 950 por 1.500 kilómetros.

El coste de este primer lanzamiento, con una ventana que va desde las 4:45 hasta las 7:30 hora de España del sábado 14 de septiembre, se estima en unos 47 millones de dólares.