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La banca suiza pagará 1.000 millones a EE.UU. por las cuentas secretas de estadounidenses

  • Esta multa es resultado del acuerdo entre los gobiernos de ambos países
  • El conflicto fiscal ahora cerrado comenzó en febrero de 2009 por el caso UBS
  • Ese banco asesoraba a sus clientes estadounidenses para evadir impuestos

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Los bancos suizos con clientes estadounidenses que no hayan declarado esas cuentas al fisco de Estados Unidos tendrán que pagar más de 1.000 millones de dólares en multas en virtud del acuerdo firmado entre Washington y Berna, según analistas citados por la prensa helvética.

El Departamento de Justicia de EE.UU. anunció este jueves ese acuerdo para combatir la evasión de impuestos realizada a través de cuentas secretas en el exterior. Se busca así alentar a los estadounidenses que tienen ese tipo de cuentas a que resuelvan sus problemas tributarios con el Gobierno estadounidense.

Se calcula que, hasta la fecha, 39.000 personas que defraudaban  al fisco de EE.UU. han confesado la existencia de sus cuentas no  declaradas con la esperanza de recibir sanciones menos duras.

Con el pacto, se pone fin a un litigio fiscal entre ambos países que ha durado más de cuatro y que estalló en febrero de 2009, cuando se supo que el primer banco del país, UBS tenía miles de cuentas no declaradas de clientes estadounidenses, a los que incluso algunos de sus consejeros asesoraban sobre cómo evitar pagar impuestos.

Cuatro categorías para calificar el grado de implicación

La ministra de Economía de Suiza, Eveline Widmer-Schlumpf, ha explicado este viernes que los bancos de su país han sido divididos en cuatro categorías, que van desde el grupo de 14 entidades con investigaciones penales abiertas en EE.UU.  hasta otro que reúne a los que se incorporarán a un programa de regularización para evitar la vía judicial a cambio de importantes multas.

La primera categoría -es decir, los bancos investigados por la Justicia estadounidense- no podrá acogerse a ese programa y deberán negociar con distintos fiscales las penas que recibirán.

Las autoridades estadounidenses han advertido de que cualquier  entidad financiera que haya entregado informaciones falsas, incompletas  o que inducen a errores, no estará protegida de ser sometida a un proceso penal.

Las entidades que entren en la segunda categoría pagarán el 20% de la suma total de las cuentas bancarias no declaradas abiertas antes del 1 de agosto de 2008. Por las creadas entre esa fecha y febrero de 2009, abonarán el 30% de los fondos en concepto de multa. Las cuentas creadas posteriormente sufrirán una multa equivalente al 50% de su importe total.

Un castigo "en el límite de lo aceptable" para los bancos

La Asociación de Bancos de Suiza ya ha considerado que el nivel de las multas se ubica en "el límite de lo aceptable".

Por su parte, la ministra Widmer-Schlumpf opina que el resultado de las negociaciones es asumible y se muestra convencida de que el programa acordado mejora la seguridad jurídica para los bancos de su país.

Asimismo, la titular de Economía destaca que EE.UU. haya aceptado que las multas se escalonen en función del grado de consciencia que tenían los bancos de que estaban violando leyes estadounidenses.

La tercera categoría definida en el acuerdo acoge los bancos que creen que no tienen nada que esconder, mientras que en la cuarta están aquellos con actividades puramente locales, es decir, en los que un 98% de su clientela es suiza o europea.

La autoridad suiza que vigila los mercados financieros ayudará a los bancos a decidir en que categoría entran y, a partir de ahí, las entidades tendrán hasta el próximo 31 de diciembre para  decidir si participan o no en el programa de regularización fiscal.

Uno de los principales logros de Suiza es haber evitado una solución no retroactiva, lo que le  evita entregar los nombres de todos los clientes estadounidenses de los bancos del país, una información que solo transmitirá a través de un procedimiento de asistencia administrativa.

En la actualidad, EE.UU. negocia acuerdos parecidos con Luxemburgo, Israel, India y otros países, aunque el grado de avance en cada uno de ellos es distinto.