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El Gobierno de Mali y los rebeldes tuaregs firman un alto el fuego

  • Los rebeldes se retirarán a cuarteles y permitirán las elecciones del 28 de julio
  • El país lleva un año y medio en crisis y sigue combatiendo a los islamistas

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El Gobierno de Mali y los tuaregs rebeldes que controlan parte de la región de Kidal en el norte del país han firmado un acuerdo que contempla un alto el fuego inmediato; aunque otros grupos islamistas siguen combatiendo en el país.

El acuerdo, sellado en la capital de Burkina Faso, Uagadugu, permitirá la vuelta del Ejército a Kidal antes de la celebración de las elecciones presidenciales, previstas para el próximo 28 de julio.

Asimismo, el texto prevé un acantonamiento de los rebeldes en el norte que, junto al despliegue de las fuerzas de seguridad, será supervisado por la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Mali (Minusma) y la misión de Francia (Serval), desplegada unilateralmente en enero ante el avance islamista.

A cambio, las autoridades de Bamako se comprometen a que, sesenta días después de su elección, el nuevo presidente de Mali organice conversaciones de paz para determinar el estatuto administrativo de Azawad (nombre con el que se conoce a la región del norte de Mali) y estrategias de desarrollo para la zona.

Por el Gobierno de Mali ha firmado el pacto el ministro maliense de Administración Territorial, coronel Moussa Sinko Coulibaly; y por los rebeldes, el líder del Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA), Bilal Ag Charif; y el del Alto Consejo por la Unidad de Azawad (ACUA), Algabass Ag Intalla, informa Efe.

Asimismo, el presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré, que ha actuado de mediador en la crisis, ha firmado el texto titulado "Acuerdo preliminar para las elecciones presidenciales y las conversaciones de paz inclusivas de Mali".

El acuerdo se ha suscrito después de casi dos semanas de negociaciones en Uagadugu en las que participaron las potencias regionales, la Unión Europea (UE) y la ONU.

Cambios de aliados

El MNLA tomó el control de la ciudad de Kidal y parte de su región el pasado enero, aprovechando la huida de los grupos radicales islámicos que mandaban en la zona y que fueron expulsados por las tropas francesas que acudieron a Mali en apoyo del Gobierno de Bamako.

Esta es la única región del norte del país sobre la que los responsables de Bamako aún no han recuperado su autoridad desde la intervención militar que encabezó Francia el pasado enero.

Mali se encuentra en crisis desde el 22 de marzo de 2012, cuando un golpe de Estado perpetrado por miembros del Ejército derrocó al presidente elegido democráticamente, Amado Tumani Turé. En su lugar tomó el poder de forma interina el entonces presidente del Parlamento, Dioncunda Traoré.

Con esa acción, los militares protestaban por la escasa atención que prestaba el Gobierno de Mali a la rebelión de los tuaregs en el norte del país, pero el golpe de Estado no hizo más que empeorar la situación en esa zona: grupos islamistas pasaron a encabezar la ofensiva y si bien al principio parecían aliados de los tuaregs, terminaron desplazándoles. Con la intervención francesa definitivamente se separaron.

La antigua potencia colonial ha celebrado el acuerdo y la UE lo ha calificado como "histórico".