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Análisis

Las comunicaciones a través de fibra óptica cada vez más rápidas

  • Una nueva tecnología permite transmitir un terabit de datos por segundo
  • Solo utiliza un canal de la fibra, aumentando su capacidad pero no su complejidad
  • Este avance se ha presentado en una conferencia sobre comunicaciones ópticas

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En cuestiones de velocidad las comunicaciones son insaciables: toda capacidad es poca y el rendimiento que se exige a las redes es cada vez mayor. Los proveedores de telefonía, Internet y las grandes compañías operadoras que interconectan el mundo han de ampliar constantemente sus líneas: comunicaciones transatlánticas, satélites y finalmente las líneas hasta los abonados, empleando las tecnologías más rápidas posibles. Entre ellos, la fibra óptica: una forma relativamente cómoda de reemplazar los viejos cables de cobre por canales de mucha más capacidad.

Esta misma semana los Laboratorios Bell de Alcatel-Lucent han anunciado un avance significativo conseguido en lo relativo a la capacidad de este material: velocidades de hasta 1 terabit por segundo en cada canal. Un terabit equivalen a mil gigabits o a un millón de megabits. A esa velocidad, se podrían enviar o recibir unas 25 películas en calidad DVD cada segundo (dado que cada una ocupa unos 5 gigabytes).

Pero ese no es el avance más impresionante, sino el hecho de que esa velocidad se pueda conseguir en cada uno de los canales de la fibra óptica. Esas transmisiones se realizan en diferentes "longitudes de onda" por cada cable, llamadas "canales" de modo que circulan en paralelo. Hoy en día existen equipos capaces de gestionar hasta 160 canales por cable de fibra óptica, de modo que multiplicando la velocidad máxima de cada uno de ellos por su capacidad real se obtiene la total.

El resultado visto desde fuera es que estaríamos hablando de 1 terabit por cada uno de esos 160 canales: 160 terabits por segundo: una capacidad muy, muy cercana la del petabit en un solo cable: un millón de gigabits transmitidos cada segundo a través de un cable tan fino que puede plegarse sobre sí mismo.

En la actualidad las redes de comunicaciones pueden alcanzar esas velocidades empleando técnicas alternativas, básicamente sumando varios cables que trabajen al unísono, una técnica que se conoce como multiplexación. La nueva tecnología  facilita esa tarea al concentrar la capacidad de transmisión en un solo canal de la misma fibra. Sería algo así como un nuevo tipo de asfalto que hiciera a los coches de la autopista circular más rápido, sin tener que añadir nuevos carriles.

Los cables de fibra óptica que actualmente pueden disfrutar los clientes de algunas ciudades en sus casas alcanzan unas velocidades de unos 100 megabits por segundo; en redes de comunicaciones de gran tamaño lo habitual son 100 gigabits por segundo, mil veces más. El nuevo avance supone prácticamente multiplicar por diez esa capacidad alcanzando los 1.000 gigabits y dejando el camino libre a futuras innovaciones más allá de la legendaria "barrera del petabit".