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El conflicto sirio es "abiertamente sectario", dice la comisión de investigación de la ONU

  • La comisión independiente actualiza sus pesquisas sobre la guerra en el país
  • Tras dos años, las partes "actúan de manera más violenta e impredecible"

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El conflicto en Siria se ha convertido en un fenómeno "abiertamente sectario" que enfrenta a grupos étnicos y religiosos, según la comisión independiente auspiciada por la ONU para investigar la situación en el país árabe.

"A medida que los combates entre las fuerzas del Gobierno y los grupos armados de oposición se acercan al final de su segundo año, el conflicto ha pasado a ser abiertamente sectario en su naturaleza", ha dicho la comisión en una actualización de sus pesquisas este jueves.

La comisión, que preside el brasileño Sergio Pinheiro, ha indicado que en Siria se combate "una guerra de desgaste que ha producido una incalculable destrucción y sufrimiento humano", con las partes en conflicto actuando "de manera más violenta e impredecible".

La revisión cubre el periodo entre el 28 de septiembre y el 16 de diciembre e indica que en los últimos meses ha habido un claro cambio en la manera en la que los entrevistados por la comisión, que aún no ha podido visitar Siria, describen el conflicto.

Las minorías, "arrastradas"

Se pone el ejemplo de un reciente bombardeo en una localidad de la provincia de Latakia por parte de las fuerzas gubernamentales, que fue descrita por los testigos entrevistados como "una acción llevada a cabo desde posiciones en localidades alauitas". 

El informe constata que la gran línea divisoria en el país es entre la minoritaria y gobernante  comunidad alauí, a la que pertenecen los principales cuadros dirigentes  del régimen, incluido el presidente Bachar al Assad, y la mayoritaria comunidad suní.

Además, el documento señala que "algunas comunidades minoritarias, notablemente los alauitas y los cristianos, han formado grupos de armados de autodefensa para proteger sus barrios de los combatientes antigubernamentales, estableciendo puntos de control", señala el documento.

Algunos de estos grupos, conocidos como Comités Populares, presuntamente han participado junto a fuerzas partidarias del régimen en operaciones militares en zonas rurales en torno a Damasco y en barrios de la capital.

Comunidades minoritarias como los armenios, los cristianos, los drusos, los palestinos, los kurdos y los turcos "se han visto arrastrados al conflicto", alerta la comisión. Y el efecto de un enfrentamiento sectario es que "ofrece una motivación a otros actores a implicarse en el conflicto", en referencia al grupo libanés chií Hezbolá, que ha confirmado el apoyo sobre el terreno de sus miembros a Al Asad.

"También ha habido informaciones, todavía bajo investigación, de que hay chiíes iraquíes yendo a luchar a Siria. E Irán confirmó el 14 de septiembre que miembros de su Guardia Revolucionaria están en Siria dando 'apoyo intelectual y de asesoría'", agregó.

La comisión ha constatado que "al sentirse atacadas, las minorías étnicas y religiosas se han alineado con las partes en el conflicto, profundizando de esta manera la división sectaria". "Los armenios ortodoxos de Siria, otros cristianos y las comunidades drusas han buscado protección alineándose con el Gobierno, con la consecuencia de que se han convertido en objetivo de los ataques de los grupos armados de oposición".

División norte-sur

El informe dice que la violencia se ha incrementado "drásticamente" en las grandes ciudades y en sus alrededores, en particular en Damasco y en Alepo, donde los grupos de oposición "han avanzado en barrios cercanos a los respectivos centros urbanos".

La comisión considera que el Gobierno mantiene el control de la mayor parte de localidades en las provincias meridionales de Deraa, Al Suweida y Al Qunaiterah, debido a la fuerte presencia de unidades del ejército, junto a la existencia de grupos armados antigubernamentales relativamente desorganizados y poco armados.

Los informes sobre las provincias del norte y del centro describen una realidad diferente, con grupos armados de oposición ejerciendo el control sobre grandes áreas del territorio.

En provincias como Idlib, Latakia y Alepo, la oposición "ha logrado coordinarse de manera eficaz y cuentan con activos militares cada vez más eficaces, lo que le permite plantear un serio desafío a la autoridad de las fuerzas del Gobierno".