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Embajadas y edificios diplomáticos, objetivo frecuente de la ira contra EE.UU.

  • En 1979 jóvenes iraníes atacaron la embajada en Teherán
  • Las bombas de Kenia y Tanzania, en 1998, los ataques más graves

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Las embajadas y legaciones diplomáticas de Estados Unidos en el mundo han sido a menudo objetivo de asaltos y ataques para protestar contra su política exterior o como reacción por algún suceso ocurrido en ese país. El ataque al consulado de Bengasi, que ha costado la vida al embajador en Libia y a otras tres personas, y la protesta frente a la sede diplomática en Egipto por un vídeo que denigra a Mahoma son los últimos de esta lista.

El caso más famoso fue la llamada "crisis de los rehenes": el secuestro del personal de la embajada en Teherán tras la victoria de la Revolución islámica en 1979. Los asaltantes retuvieron a 52 personas como rehenes durante 444 días.

En abril de 1983, el edificio de la embajada en Beirut fue destruido por un suicida, con el saldo de 63 muertos, entre ellos 17 estadounidenses, incluyendo al analista jefe de la CIA en Oriente Medio, Robert C. Ames.

En octubre de ese mismo año, 241 marines murieron en un atentado suicida contra su cuartel general en la capital libanesa, donde formaban parte de una fuerza de interposición en la guerra civil bajo bandera de la ONU. Un ataque simultáneo a la base francesa mató a 58 paracaidistas.

Otras 20 personas murieron al siguiente año, el 20 de septiembre de 1984, en una explosión registrada también en Líbano, en la embajada en Awkar, cuya autoría se atribuyó la Yihad Islámica.

Fue el 8 de agosto de 1993 cuando el diplomático estadounidense Fred Woodruff fue asesinado al oeste de Tiflis, en Georgia. Fue enviado por el departamento de Estado para asesorar al servicio secreto del entonces presidente del país, Eduard Shevardnadze.

Las sedes de delegaciones militares estadounidenses también han sido objetivos destacados. En Arabia Saudí ha ocurrido en dos ocasiones, en noviembre de 1995 (siete muertos) y en junio de 1996 (19 soldados fallecidos), en ambos casos contra complejos militares extranjeros.

Los atentados simultáneos de Nairobi (Kenia) y Tanzania (Dar as Salam) en agosto de 1998 son, problamente, los más graves contra embajadas estadounidenses. En total murieron 224 personas cuando sendos camiones cargados con explosivos estallaron en los edificios.

El año 2002 estuvo marcado por varios ataques. El 22 de enero, murieron cinco miembros de las fuerzas de seguridad indias en un atentado contra el consulado de EE.UU. en Calcuta.

También cinco personas fallecieron el 17 de marzo de ese año, entre ellas la esposa y la hija de un diplomático estadounidense, en un ataque con granadas contra una iglesia protestante en Islamabad, cerca de la emabajada de EE.UU. Hubo 45 heridos en total. Cuatro días más tarde, un coche bomba estalló a pocos mentros de la Legación norteamericana en Lima. Nueve muertos y 30 heridos, a dos días de la llegada del presidente Bush.

En junio de 2002, se produjo un atentado suicida frente al consulado en Karachi, Pakistán, donde explotó un coche bomba horas después de que concluyera la visita al país de Donal Rumsfeld, secretario de Defensa estadounidense. En total, diez personas perecieron.

En mayo de 2003 fue de nuevo Riyad, en Arabia Saudí, el escenario de un atentado con bomba contra un complejo donde vivían expatriados de varios países (35 muertos). En diciembre de 2004 un grupo islamista entra en el consulado de EE.UU. en Yeda y mata a 9 personas.

En marzo de 2006 hubo cuatro muertos, entre ellos un diplomático estadounidense y al menos 22 heridos por dos coches bomba cerca del Consulado de Karachi, un día antes de la visita a Pakistán del presidente Bush.

Dos años después, en septiembre de 2008, al menos 16 personas murieron  (al parecer ninguno estadounidense), entre policías, atacantes y civiles, en un atentado con coche bomba cerca de la embajada en Saná.