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Condenan al ex primer ministro israelí Olmert por un caso de corrupción y le absuelven de otros dos

  • Un tribunal de Jerusalén le consideran culpable de abuso de confianza
  • También está procesado en el "caso Holyland", considerado el más grave de Israel

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El ex primer ministro israelí Olmert, declarado culpable de un caso de corrupción e inocente de otros dos

El ex primer ministro de Israel, Ehud Olmert, ha sido declarado culpable este martes por un cargo de corrupción aunque ha sido absuelto de otros dos más graves en los que estaba procesado. El veredicto ha sido anunciado por un tribunal de Jerusalén, quien le ha considerado culpable por abuso de confianza durante su desempeño al frente de la cartera de Industria y Comercio antes de convertirse en primer ministro.

La condena por el caso, un proceso menor conocido por el nombre de "Centro de Inversiones" aún no se ha conocido. Conocido como el caso del "Centro de inversiones", la Justicia ha hallado al exprimer ministro culpable solo de abuso de confianza, pese a que la acusación trató de inculparlo también por los delitos de conflicto de intereses y fraude, al entender que concedió favores y benefició desde su cargo a un exsocio en un despacho de abogados, Uri Meser. El ex primer ministro podrá recurrir la sentencia.

"Rompí la confianza. Aprenderé las lecciones necesarias de esta decisión. En el tribunal se decidió que hubo un fallo de seguimiento de los procedimientos correctos. No corrupción. No me beneficié de nada", ha manifestado Olmert a los periodistas a la salida del juicio.

El ex mandatario ha sido absuelto de otros dos casos más graves en los que estaba procesado, el "caso Talansky", en el que se le acusaba de recibir sobornos de un empresario de EE.UU., y el "caso Rishon Tours", por la doble facturación en viajes públicos al extranjero.

En el caso del "Centro de inversiones", la Justicia ha hallado al exprimer ministro culpable solo de abuso de confianza, pese a que la acusación trató de inculparlo también por los delitos de conflicto de intereses y fraude, al entender que concedió favores y benefició desde su cargo a un exsocio en un despacho de abogados, Uri Meser.

Absolución en dos casos más graves

En el caso "Talansky", o el "caso de los sobres", que fue determinante para su renuncia como primer ministro en 2008, Olmert estaba acusado de recibir ilegalmente cientos de miles de dólares ilegalmente, según informa el diario israelí Haaretz.

"Hace cuatro años todos los medios se llenaron de artículos sobre sobres de dinero. No había sobres de dinero. Ninguno. En la corte, se ha determinado de una vez por todas que no había sobres de dinero. No defraudé a ninguna organización", declaró a los periodistas tras conocer el veredicto, informa el diario.

En el caso "Rishon Tours", al ex primer ministro se le acusaba de haber desembolsado 92.164 dólares para viajes públicos entre 2002-2006 para obtener un reembolso del doble y triple de esa cantidad de organizaciones públicas y del estado, apunta el mismo diario.

"El caso de Rishon Tours está borrado. De nuevo, no había corrupción, no se recibió ningún dinero, no se utilizó ningún dinero, no hubo sobres con billetes. Nada de lo que se trató de acusarme era cierto", ha señalado el exprimer ministro.

Tras un largo proceso de cerca de tres años, con 157 sesiones y un sumario de 190.000 páginas, la Fiscalía General no ha logrado demostrar sin dejar lugar a ninguna duda razonable que Olmert tratara de lucrarse en estos tres casos. Sin embargo, el ex primer ministro también está procesado en Tel Aviv por el llamado "caso Holyland", calificado como "uno de los casos más graves de corrupción en la historia del país". Ese proceso involucra a una larga serie de acusados entre funcionarios y empresarios, se remonta al período en el que el político fue alcalde de Jerusalén, entre 1993 y 2003.

El caso Holyland

Las sospechas sobre el proyecto fueron descubiertas después de que Olmert dimitiese de su cargo de primer ministro, que ocupó entre 2006 y 2009.

El acta de acusación refleja que durante todo el proyecto los constructores resolvieron con sobornos los impedimentos que ponían los funcionarios de la alcaldía, que acabaron aprobando excesos de construcción hasta levantarse un complejo de lujo fuera de todas las normas y estándares municipales.

En total, se pagaron sobornos por unos 10 millones de shékels (unos 2,03 millones de euros o 2,54 millones de dólares), si bien se desconoce cuánto de ese dinero llegó presuntamente a las manos del alcalde y después primer ministro.