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La Barni Teatre pone en escena la copla para todos los públicos en el Teatro Fernán Gómez

  • 'Le llaman copla' es un concierto escenificado con joyas de la copla
  • Acercan un 'género vigente' a nuestro tiempo sin aspavientos
  • Llenan la sala pequeña del Fernán Gómez con un público variopinto

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Marc Sambola, director musical, a la izda y Marc Vilavella, director e intérprete, este sábado, entre dos funciones
Marc Sambola, director musical, a la izda y Marc Vilavella, director e intérprete, este sábado, entre dos funciones

No hay "artificios ni postizos". Han preferido la "manera sencilla y directa de tú a tú" de cantarnos y contarnos la copla. La letra, la música y las voces ya son de por sí suficientes, piensan ellos. Sin embargo, el modo en que presentan cada copla, le dan paso o la enlazan con la siguiente, nos hablan de originalidad y oficio teatral. El espectáculo Le llaman copla que definen como "concierto escénico" puede verse en la Sala 2 -la pequeña- del Teatro Fernán Gómez, desde el pasado viernes 6 y hasta el 5 de Agosto

La Barni Teatre se fundó en septiembre de 2006 tras el estreno de su primer espectáculo, Ojos verdes, Miguel de Molina in memoriam, que también pasó por Madrid. El musical nace en el Institut del Teatre de Barcelona como trabajo de fin de carrera de Marc Vilavella. Además de las dos nominaciones a los Premios Butaca 2008, ha obtenido dos premios en la edición de 2010 de los Premios Teatro Musical en las categorías de Mejor Actor de Musical y Mejor Actor de Reparto.

Antes de Ojos verdes, este grupo de actores jóvenes no había tenido contacto con la canción española. Pero han volcado su pasión y su capacidad interpretativa en un género que les ha conquistado y con él que ellos, dia a día, seducen a un público muy variado; desde señoras maduras -eran mayoría en la función del pasado sábado de las siete, en grupo o con algún que otro marido- hasta jóvenes para quienes éste es el primer contacto con el universo dramático de Quintero, León y Quiroga.

La copla sin artificios

La clave para acercarse a la copla, ha sido en el caso de La Barni "interpretar de un modo actoral" estas canciones, como cuenta a RTVE.es, Marc Vilavellla. Con pasión y temperamento, pero sin artificios ni exageraciones, con una sencillez a la que quizás no estemos acostumbrados, si pensamos en intérpretes clásicos de esta piezas como Concha Piquer, Marifé de Triana o el propio Miguel de Molina.

Las letras de la copla hablan, señalan ellos, "de los grandes temas de siempre, temas que pueden ser muy válidos hoy en día". Si en su día, "llegaron a lo más profundo de la sociedad española", hoy en día "lo pueden hacer con la misma intensidad"

Este montaje se basa en el minimalismo escénico con el objetivo de ofrecer las canciones con toda su pureza, sin añadidos estéticos. Los intérpretes ejecutan cada tema desde técnicas contemporáneas de canto e interpretación y los enlazan con pequeños momentos teatrales.

Pero a pesar de la sencillez escenográfica (seis sillas de enea y una alfombra) no han renunciado a utilizar pequeños objetos fetiche del imaginario tradicional de la copla. Así cada uno de los seis intérpretes maneja un objeto (un pañuelo de lunares, una peineta roja o un abanico) que al final del espectáculo colocan juntos, a modo de homenaje a ese mundo de amores desgarrados que se desenvolvían a caballo y entre rejas.

Llevar la copla a otros terrenos

Ellos han prestado, en algunos casos, a sus interpretaciones, gestos, coreografías, movimientos que proceden de nuestro tiempo, del pop por ejemplo. Musicalmente, consideran, y así lo afirma Marc Sambola (guitarra y dirección musical) que, como ya lo hicieron antes artistas como Martirio, "la copla puede llevarse perfectamente a otros terrenos como el jazz o el pop" siempre que se haga "desde una honestidad real”, "sin prejuicios ni modernismo mal entendidos".

Así el montaje pasa por arreglos con guiños a la música moderna, al jazz e incluso a la música pop. Según la propia compañía “tanto los arreglos de Gerard Alonso como los de Marc Sambola no pretenden dar lecciones de lo que tendría que ser la copla hoy". El propósito sería simplemente acercarse con sencillez y humildad a la copla.

Lo intentan y lo consiguen noche a noche seis actores que cantan arropados por un pequeño conjunto de cámara (flauta, viola, guitarra y piano). Con unas canciones que nunca han dejado de llamar la atención de público e intérpretes porque contienen de todo (ironía, tragedia, épica, romanticismo, costumbrismo...), como "Pena, penita, pena", "Mi niña Lola" "La parrala", "Tatuaje" . O el cuplé "La vaselina" con el que aún hoy en dia consiguen enrojecer con preguntas pícaras al público.

En definitiva, una propuesta diferente, amena y sincera que vale la pena ver. Hay tiempo para ello, hasta el 5 de agosto, en el Teatro Fernán Gómez.