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La familia de Enrique Morente asegura que fue coaccionada para que el músico se operara

  • El yerno y la viuda aseguran que fueron engañados
  • El abogado de la familia acusa de imprudencia profesional y abandono
  • La defensa de la clínica niega la desinformación de la familia

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LA VIUDA Y EL YERNO DE MORENTE LLEGAN AL JUZGADO PARA DECIR "LA VERDAD"
De izquierda a derecha Ignacio Gordillo, abogado de la familia de Enrique Morente, el torero Javier Conde (yerno del cantaor); la viuda de Morente, Aurora Carbonell y el hermano de esta, Pepe Carbonell "Montoyita", con unos folios bajo el brazo, a su llegada hoy al Juzgado de Instrucción número 52 de Madrid.

El yerno de Enrique Morente, el diestro Javier Conde, ha declarado hoy que la familia y el cantaor fueron "engañados y coaccionados" para que el artista se operara "sí o sí", y que incluso el médico que le intervino les pidió que prepararan cerca de 100.000 euros antes de saber qué tipo tumor tenía. El diestro ha hecho hoy estas declaraciones tras testificar durante casi dos horas en el Juzgado de Instrucción número 52 de Madrid, que investiga la muerte del cantaor granadino.

Conde ha dicho que la familia solo quiere "justicia" y que se "intente clarificar" qué sucedió cuando el artista estuvo ingresado en la UCI, ya que sufrió una hemorragia y se tardó en actuar "muchas horas", según ha declarado ante el juez, a quien también ha comunicado que el personal del centro le dijo que "era complicado" encontrar al médico que le había operado, Enrique Moreno.

"¿Cómo una persona en una UCI conectada a 40 máquinas puede morir desangrada? Será porque no hay un médico, si no es imposible", se ha preguntado el diestro, quien ha recordado que lo importante en el caso es que "ha muerto un ser humano que no se lo merecía".

La viuda asegura que le dejaron abandonado

La viuda de Morente, Aurora Carbonell, ha coincidido con su yerno en que "dejaron abandonado" al cantaor y luego "lo ocultaron todo", ya que ella llamó sobre la 1.15 de la madrugada para saber el estado de su marido y le dijeron que estaba bien, aunque ya había empeorado.

La muerte de Morente y el posterior proceso judicial está siendo una "película de terror" para la familia, según las palabras de su viuda, quien ha confiado en que la justicia y los "hombres de bien" resuelvan la presunta negligencia médica que derivó en la muerte de Enrique Morente el 13 de diciembre de 2010.

El abogado de la familia, Ignacio Gordillo, ha calificado las declaraciones de la viuda y el yerno de Morente como "muy fructíferas" ya que han demostrado que el artista "no falleció por un cáncer" sino por un "fallo" del equipo médico.

Los hechos descritos por la familia constituyen tres delitos: imprudencia profesional con resultado de muerte, falsificación de documento oficial y abandono sanitario, ya que no se atendió a tiempo al cantaor, ha detallado.

La clínica niega las acusaciones

Por contra, el abogado Pablo Castañeda, que representa al centro donde se operó al cantaor, la madrileña Clínica de la Luz, dice que los informes presentados prueban que la familia sabía que el cantaor iba a ser intervenido en "una operación grave y urgente" en la que ocurrió "un empeoramiento repentino".

Ese empeoramiento se registra sobre la 1.30 de la madrugada, y fue entonces cuando se actúa de acuerdo a todos los protocolos previstos en la UCI, aunque "desgraciadamente" se produjo "el fatal desenlace", y el artista falleció.

"No solo no hubo abandono, sino que lo certifican los peritos de la propia familia", ha reiterado Castañeda, quien ha ratificado que el doctor Moreno sí estaba en la operación, tal y como han indicado todos los testigos.

Las horas que transcurrieron entre la detección de la hemorragia y la operación para frenarla se debieron, según el abogado de la clínica, a la necesidad de estabilizar al paciente antes de que entrara en el quirófano para ser intervenido.

El titular del Juzgado de Instrucción número 52 de Madrid investiga la muerte del cantaor, que estaba siendo tratado de un cáncer de esófago por el doctor Enrique Moreno, premio Príncipe de Asturias en 1999, catedrático de Patología Quirúrgica de la Universidad Complutense y jefe de Cirugía General del Hospital 12 de Octubre de Madrid.