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Milán cierra su pasarela con un lujo barroco y descarado

  • La alfombra roja de los Oscar roba protagonismo a la pasarela milanesa
  • El lujo de Armani, la elegancia de Gianfranco y el barroco de Dolce&Gabbana
  • Hoy comienzan los desfiles de París, la última ciudad del circuito

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Desfile de Gianfranco Ferré celebrado en Milán.
Desfile de Gianfranco Ferré celebrado en Milán.

La llegada de Hedi Slimane a Yves Saint-Laurent para sustituir a Stefano Pilati, la salida de Raf Simons de Jil Sander que aviva los rumores de que entrará en Dior y la alfombra roja de los Óscar han acaparado la atención de la prensa de moda, y los desfiles de Milán se han visto eclipsados.

A pesar de todo los grandes de la pasarela italiana han tenido sus dosis de glamour en las primeras filas. Es el caso de Dolce&Gabbana que ha contado con Monica Belluci y Helen Mirren.

El barroco italiano

Los italianos han tirado la casa por la ventana y para la temporada otoño e invierno 2012-13 han ideado una propuesta lujosa, de fabulosos tejidos, bordados artesanales, flores y oro, mucho oro.

La colección presume de un tono barroco femenino y atrevido. Todas las prendas están muy elaboradas, con generosos encajes, bordados de flores con efecto tridimensional, cinturones de piedras semipreciosas y capas de pieles salvajes.

Mezclando estilos

El estilo presenta un contraste entre los guiños religiosos y los detalles lenceros. Transparencias y encajes de antaño se mezclan con chaquetas negras de cuello cerrado o camisas de algodón de patrón decente.

Los estampados y los bordados son generosos, y vemos jardines en punto de cruz y otros en guipur de seda que se combinan con grandes pendientes de flores o querubines. Flores vemos también en vestidos-joya, o bordadas sobre negro en otros que llevan transparencias y encajes.

La eterna elegancia de Armani

Giorgio Armani reinterpreta el lujo de forma muy distinta, siempre en el mismo estilo pero siempre de manera elegante y atractiva. Si en Dolce&Gabbana el oro es el hilo conductor en Armani es el negro.

Negros son sus vestidos, trajes, pantalones o abrigos pero casi todos se dejan alegrar por naranjas, rosas y rojos en tono brillante o flúor. Unas veces con mayor protagonismo y otras con menor presencia, como trazos o motas de polvo de colores.

El desfile pudo verse también online en la web del diseñador que, al mismo tiempo, lanzó el cortometraje One Plus One, realizado Luca Guadagnino. En el video la colección de primavera y verano 2012 es la protagonista.

Silueta definida, estampado abstracto

Los vestidos de línea evasé destacan por los estampados abstractos, con asimetrías en la falda y grandes cinturones de llamativos colores con aires tibetanos. La prenda estrella es la chaqueta, y Armani la dibuja en diferentes versiones con el largo de la manga justo donde termina el bajo, con paisajes de lana de mohair, con paillettes en dos tonos que proyectan un efecto pixel o con bordados de cristal que lanzan destellos de colores.

Los pantalones ganan la batalla a las faldas y ayudan a crear una silueta muy definida, recortada con precisión. Los cuellos fantasía de algunas blusas, los adornos florales de las chaquetas o los collares de figuras geométricas irregulares restan rigidez a una propuesta de sensualidad fría y caricia urbana.

El legado de Gianfranco Ferré

Una ciudad es lo que parece la colección de Gianfranco Ferré. Federico Piaggi y Stefano Citron, alma mater de la casa, saben avanzar sin perder el estilo propio de la firma, que siempre ha añadido a sus creaciones un patrón arquitectónico, cosmopolita y plural.

El día arranca con vestidos blancos de apariencia minimalista que esconden cierres atrevidos y costuras traviesas. Si unos enseñan las piernas con generosidad otros, en cambio, llevan faldas interminables o pantalones campana que rozan el suelo.

El lujo elegante

Los vestidos de coctel llevan sus armas de seducción en la espalda, con juegos de tirantes asimétricos y pliegues geométricos. Los sastres se inspiran en los pijamas y batines, y las prendas de abrigo se componen de pieles de distinta naturaleza o terminación.

Ante, napa, visón y zorro, en colores como gris o rosa, destacan por su calidez frente a unos vestidos en patchwork metálico, en oro, planta y bronce, que llevan adornos de cremallera.

Una pantera en la pasarela

Roberto Cavalli también apuesta por las pieles, pero en su caso las prefiere de tacto frío. Abrigos, chaquetas y faldas reptan por la pasarela coloreada por una carta de tonos que van desde el gris lagarto al marrón serpiente.

Los dibujos de rugido salvaje se estampan en vestidos de aire folk y en minifaldas, y los bordados de flores en verde, turquesa o rosa decoran unos vestidos en tamaño mini sin mangas. Son femeninos, sensuales y rompedores, arañazos de juventud en la jungla de la moda.

La incombustible Naomi Campbell se contoneó sobre la pasarela con valentía felina, abriéndose paso a machetazos de cadera entre las fieras que vienen pisando fuerte.

Cuéntame, la década de los 60

La juventud, insolente y descarada de los años 60, es el leiv motiv de Dsquared2. Una época divertida marcada por la modernización del armario masculino y, curiosamente, de la masculinización del femenino.

Pantalones capri, trencas y camisas blancas con pajarita comparten percha con vestidos de falda en seda salmón, jerseys de mohair de manga corta o sastres de colores fuertes de chaqueta y falda cortas.

Vemos looks sencillos con abrigos de cocodrilo o leopardo y, en contraste, vestidos de fiesta con cazadoras vaqueras. La noche, en negro, presenta una silueta sencilla pero lleva detalles de lujo como bordados-joya o aplicaciones de piel de pelo largo.