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Las primeras estrellas del universo, ni tan grandes ni tan metálicas como se pensaba

  • Nuevos estudios cuestionan la idea sobre las estrellas primigenias
  • Astrónomos localizan dos viejas estrellas sin metales
  • Además sostienen que no podían ser tan masivas como se creía

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Visión artística de la nube de gas en torno a una galaxia en formación
Visión artística de la nube de gas en torno a una galaxia en formación

Antes de que las estrellas existieran en el espacio, los únicos elementos presentes en el universo eran hidrógeno, helio y litio. El nacimiento de las primeras estrellas transformó este universo primigenio mediante la emisión de la primera luz y la producción de los metales.

Los astrónomos tratan aún de descifrar los secretos de la formación de las estrellas. Ahora, dos nuevos estudios en la revista Science demuestran que estas primeras estrellas no eran tan grandes ni metálicas como se pensaba anteriormente.

Los investigadores dirigidos por Michele Fumagalli, de la Universidad de California,  detectaron dos estrellas sin metales apreciables a partir de las observaciones realizadas con el telescopio Keck en Hawaii.

Ambas estrellas se formaron unos 2.000 millones de años después del Big Bang,  un periodo en el que hubo una gran eclosión de estrellas y galaxias la mayoría de las cuales debían estar, según los astrónomos, enriquecidas con metales.

Los investigadores detectaron dos viejas estrellas sin metales apreciables

Sin embargo, los resultados de esta investigación implican que la aportación de metales de las estrellas no estaba tan generalizada como se pensaba anteriormente.

Del mismo modo, estudios anteriores también apuntaban que las primeras estrellas eran cientos de veces más masivas que el Sol. Sin embargo, las simulaciones numéricas llevadas a cabo por Takashi Hosokawa y sus colegas revelan que las primeras estrellas eran probablemente mucho menores.

Sus cálculos demuestran la dificultad de crecimiento de las primeras estrellas a masas por encima de unas cuantas decenas de veces la del Sol.

Los resultados de ambos estudios pintan un cuadro de la temprana formación de estrellas ligeramente distinto a lo pensado hasta ahora y sugieren que las estrellas aún mantienen muchos secretos por explorar.