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Un Da Vinci en palacio

  • La dama del armiño de Da Vinci se exhibe por primera vez en nuestro país
  • Con ella, el polifacético Leonardo revolucionó el retrato de la edad moderna
  • Informe Semanal viajó a Polonia para reconstruir su último siglo de historia

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Informe Semanal: Un Da Vinci en palacio

Viajamos a Polonia sabiendo que nuestro destino era encontrarnos con una obra de Leonardo Da Vinci. En el Castillo Real de Varsovia, sede de los Príncipes de Madivia primero y más tarde, hasta que Polonia perdiera su independencia en 1795, residencia de los reyes,   se encontraba La dama del armiño, uno de los cuatro retratos de mujer pintados por Leonardo y el único   que se conserva en manos privadas.

Durante varias horas pudimos estar a solas con la obra, fijar nuestra mirada en su mirada, preguntarnos a quién mira esta joven, a quien escucha... Sabíamos que tres días después,   los conservadores del Museo nacional de Cracovia iban a preparar el viaje   de la dama   para esta larga gira.

La ha traido hasta España   un avión militar polaco como parte de la exposición del Palacio Real de Madrid, Polonia , tesoros y colecciones artísticas   organizada por Patrimonio Nacional en colaboración con el Banco de Santander y Acción cultural española

Historia del cuadro

La historia de esta obra va pareja a la del país.  Leonardo la pintó hacia 1490 por encargo del Duque de Milán Ludovico Sforza, mecenas del maestro durante su etapa milanesa.   Llegó a esa corte   para ser ingeniero y arquitecto pero Ludovico le pidió   que pintara el retrato de su amante,   la joven Cecilia Gallerani,    una mujer de 17 años   apreciada no solo por su belleza e inteligencia   sino también por su talento musical y literario. Entre los dos   debió surgir una excelente relación.     En   un pasaje de sus diversos cuadernos y escritos, recopilados en el Codice Atlánticus,     Leonardo escribió   “Amatissima mia Cecilia”.

Al morir    Cecilia,  el rastro del cuadro   se pierde   y no reaparece hasta   1800, cuando   el príncipe Adam Jerzy Czartoryski   lo compra en Italia y se lo regala a su madre, la Princesa Izabela, que un año después abriría el primer museo de Polonia.

Es una obra que ha sufrido muchísimo. La familia Czartoryski tuvo que protegerla varias veces de los peligros derivados de los cambios políticos. Ha sobrevivido a dos guerras mundiales y al expolio nazi. Alemania lo requisó en 1939 y permaneció en la residencia del general del gobierno de Polonia   Hans Frank hasta que las tropas aliadas lo recuperaron.

Análisis de la obra

En Polonia conocimos al que ha sido conservador durante más de 60 años del Museo Czartoryski.   El profesor Zdzistaw Zygulski   nos contó cómo ha dedicado su vida   a estudiar esta obra y a cuidarla.

En los años 50 y 60 carecían de las medidas de seguridad que conocemos ahora y, como siempre temió que alguien pudiera dañarla, su sistema para protegerlo consistía en descolgar el cuadro cada noche y ponerlo a salvo en una cámara acorazada. Fue   su misión en muchas ocasiones. Esa tarea de mimo y dedicación le permitió coger el cuadro con sus manos casi cada día y poder mirar a La Dama del Armiño muy de cerca.

A los historiadores de la obra les consta que Leonardo tardó mucho tiempo en pintarlo   porque no tenía ninguna prisa para acabarlo    En ella incorporó muchas novedades,     como la perspectiva de tres cuartos o de medio perfil. Eso dio a la composición más dinamismo y le permitió modelar la figura mediante una luz concentrada.

¿Un armiño o un hurón domesticado?

Según ellos, la mano derecha de la joven es una obra maestra, como lo es también el dibjo del animal que sostiene ¿Un armiño o un hurón domesticado? Son esos enigmas que vuelca Leonardo en su obra otro   gesto totalmente novedoso y rompedor ya que lo normal en esa época era representar a la mujer con su hijo. Aquí el fruto del cuerpo de la mujer es un animal.

Los secretos de la dama

La dama ha sido examinada en diversas ocasiones y, como nos contó el conservador jefe del Museo de Cracovia, cada estudio ha servido   para despejar alguno de sus secretos. Lo primero que descubrieron fue que el fondo negro que conocemos hoy debió pintarse por encima del original,   que era un fondo gris azulado más claro en el lado izquierdo y más oscuro en el derecho. Algunos sugieren que dicho fondo pudo ser pintado por Delacroix   en el siglo XIX, en París.

Leonardo utilizó la técnica del estarcido para transferir el dibujo sobre la tabla y se ha podido comprobar igualmente   que   el artista probó en esta obra la técnica de pintura al óleo para conseguir su famoso efecto del “sfumato”.

Toda obra antigua encierra muchos secretos   y a los investigadores les interesa desentrañarlos. Cuando 'la dama' regrese de este largo viaje, permanecerá en Cracovia para que los conservadores del Museo nacional puedan despejar mejor sus interrogantes e intentar hacer que lo invisible sea visible.