Enlaces accesibilidad

EE.UU. y Europa aumentan la presión sobre el régimen sirio tras la matanza de civiles

  • Washington eleva el tono contra Damasco tras los disparos a manifestantes
  • Cuatro países europeos presentan una resolución de condena a Siria en la ONU
  • Human Rights Watch quiere sanciones y una reunión del Consejo de Seguridad
  • El potencial militar y los equilibrios políticos en Siria limitan la acción occidental

Por
Imagen facilitada por la agencia oficial siria de noticias SANA que muestra el funeral del oficial del ejército Nihad Dayoub, este domingo, 24 de abril
Imagen facilitada por la agencia oficial siria de noticias Sana que muestra el funeral del oficial del ejército Nihad Dayoub, este domingo, 24 de abril.

Estados Unidos y las principales potencias europeas han incrementado la presión internacional sobre el régimen sirio forzados por la represión sangrienta contra manifestantes pacíficos por parte de Damasco y las denuncias de organizaciones pro derechos humanos sobre un posible doble rasero respecto a la intervención en Libia.

La intervención se centra en dos frentes: por un lado, Washington estudia atacar por el bolsillo al régimen de Bachar el Asad mediante sanciones económicas. Por otro, los cuatro países europeos en el Consejo de Seguridad de la ONU han presentado un borrador de resolución que condena lo ocurrido este fin de semana,

En un comunicado, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Tommy Vietor, ha indicado que la violencia del régimen de Damasco contra su propio pueblo es "completamente deplorable y la condenamos en los términos más enérgicos".

EE.UU., ha agregado, se plantea "una gama de posibles opciones, entre ellas la imposición de sanciones con objetivos muy concretos, para responder a la violencia y dejar claro que este comportamiento es inaceptable".

Obama, en la encrucijada

La Administración Obama, que se enfrenta a la mayor presión interna  contra el régimen sirio, ha asegurado que está considerando posibles  sanciones contra altos cargos del régimen para presionarles para que  interrumpan la represión violenta.

Las medidas, que podrían incluir una congelación de activos y una  prohibición de hacer negocios en los Estados Unidos, aún no han sido  concretadas y llegan después de que expertos como Elliot Abrahms,  antiguo asesor para Oriente Medio de la Administración Bush, denunciase  públicamente la incoherencia de Estados Unidos a la hora de enfrentarse  con la brutalidad.

"Deberíamos usar cada foro para denunciar el régimen sangriento de Asad y forjar un 'momento' contra él.  La reticencia de la Administración Obama es el 'detritus' de su  fracasada política de acercamiento a Asad que le llevó a la desatrosa  decisión de enviar un embajador a Damasco y hacer creer que Asad es un  reformista", denuncia.

Lo cierto es que Washington es consciente de su limitada capacidad de  influencia en Damasco, que está aliado con Irán y tiene una gran  cautela a nada que provoque una nueva implicación militar en el mundo  árabe tras Irak y Afganistán.

Posible resolución

Mientras tanto, cuatro países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (Francia, Alemania, Portugal y Reino Unido) han hecho circular un proyecto de resolución que condena la represión siria contra los manifestantes que podría discutirse el próximo martes si los quince miembros lo acuerdan de forma unánime.

"La declaración condena la violencia y lanza un llamamiento a la contención", ha indicado una fuente diplomática a Afp.

Los países citados dan su apoyo a la petición del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, de una investigación transparente de la muerte de centenares de manifestantes en Siria.

Sin embargo, en la resolución también se saluda la decisión de Asad de levantar el estado de emergencia, conscientes de que, al contrario que en el caso Libia, en el que fueron sus propios representantes en la ONU los que pidieron la resolución condenatoria, los sirios no han hecho ningún movimiento en este sentido.

Además, los propios diplomáticos son conscientes de que Rusia no aceptará ninguna condena a Siria si considera que es una injerencia en un país soberano.

Más allá de las palabras, los hechos apuntan a dos razones fundamentales  para la diferente actitud de Occidente en Siria y Libia.

Dos razones

La primera de ellas, más elemental, es militar. Gadafi había perdido  el control de más de un tercio de su país y sus fuerzas armadas estaban  mal equipadas mientras que Siria tiene un ejército bien entrenado,  cuenta con misiles rusos y aviones de combate y se sospecha que tiene armas químicas, lo que hace cualquier intervención Occidental improbable.

La segunda hace referencia a las palabras de Elliot: la estrategia de  acercamiento a Siria iniciada por Obama en 2009 después de que Bush la  colocase en el llamado 'eje del mal' con Irán y Corea del Norte.

Estados Unidos ha enviado un embajador a Damasco, Francia tiene un  enviado especial para facilitar el contacto entre Siria e Israel y  fuentes diplomáticas consideran que un lenguaje más duro contra Asad lo  echaría en brazos de Irán y aumentaría la hostilidad de Hizbulá -la  milicia chií libanesa con lazos con ambos países- contra Israel.

Doble rasero

La 'guerra' declarada a los rebeldes por el régimen de Bachar el Asad en Siria desde el pasado viernes -que este lunes ha provocado un auténtico asedio militar al bastión pro demócrata de Deráa, al sur del país- no ha hecho más que dejar en evidencia estas contradicciones, que ha provocado que organizaciones como Humans Rights Watch hablen ya claramente de doble rasero.

"Tras la matanza del viernes, ya no es suficiente condenar la violencia", ha declarado de forma solemne Joe Stork, vicedirector para Oriente Medio de Human Rights Watch, que pide claramente sanciones para los que han ordenado disparar a los manifestantes.

Estados Unidos y la Unión Europea "deberían, además, imponer sanciones a las autoridades sirias que hayan ordenado la utilización de la fuerza mortífera contra manifestantes pacíficos, así como la detención arbitraria y la tortura de cientos de participantes en las protestas", indica la ONG en un comunicado publicado en su página web.

La organización también insta a EE.UU. y la UE a exigir una reunión urgente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para discutir las medidas a tomar frente a la escalada de violencia en Siria, en particular el pasado viernes.

Ese día, según HRW, las fuerzas de seguridad sirias mataron al menos a 76 personas, aunque la cifra podría ascender a 112, según las listas de militantes sirios de derechos humanos.

La ONU pide un cese de la violencia

Por su parte, la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, ha hecho un llamamiento al Gobierno sirio para que cese con los asesinatos y la violencia como método “para reprimir las protestas pacíficas de sus ciudadanos”.

Pillay considera "inaceptable" la respuesta del Gobierno a las protestas y ha solicitado a las fuerzas de seguridad que no usen munición real para reprimirlas.

"La comunidad internacional ha solicitado en repetidas ocasiones al Gobierno de Bachar el Asad que no usara la violencia para reprimir manifestaciones pacíficas, y él ha hecho oídos sordos", ha señalado la Alta Comisionada en un comunicado.

"Sólo unos días después de anunciar importantes reformas, éstas se quedan en el papel y se ejerce una violenta represión y un total desprecio por la vida de los sirios. Los asesinatos deben cesar inmediatamente", ha añadido Pillay.

La Alta Comisionada ha recordado que el Gobierno de Siria tiene obligaciones internacionales que cumplir, y ha solicitado una investigación independiente para determinar responsabilidades y llevar a los culpables ante la justicia.

Asimismo, Pillay ha pedido que cesen las detenciones de periodistas, defensores de derechos humanos y opositores y que se liberen los que fueron detenidos en los últimos días.

El Ministerio español de Asuntos Exteriores y de Cooperación desaconseja a los ciudadanos españoles realizar cualquier viaje a Siria a raíz de los recientes incidentes violentos. El Gobierno español, además, ha condenado la violenta represión de manifestantes pacíficos y participantes en funerales en diversas ciudades de Siria.