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Los rebeldes rechazan la hoja de ruta de la UA y piden la marcha inmediata de Gadafi

  • Los sublevados insisten en que Gadafi debe irse y acabar el asedio a Misrata
  • Centenares de personas se han manifiestado contra el acuerdo en Bengasi
  • La OTAN pide un alto al fuego "creible y verificable"

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Los rebeldes libios rechazan el plan de la Unión Africana

El conflicto en Libia parece estancarse en los despachos después de que el presidente del Consejo Nacional de Transición libio (CNT), Mustafá Abdelyalil, haya rechazado el alto al fuego inmediato incluido en la hoja de ruta propuesta por la Unión Africana (UA) y que si que había aceptado el mandatario libio Muamar el Gadafi.

Abdelyalil ha afirmado este lunes que los rebeldes libios "no negociarán la sangre de sus mártires" y ha subrayado que el líder libio, Muamar el Gadafi, y sus hijos "deben irse inmediatamente".

En una conferencia de prensa en un hotel de Bengasi tras reunirse con la misión de la UA para estudiar su propuesta de alto el fuego, Abdelyalil ha recalcado que no aceptarán ninguna solución que no incluya "todas las demandas básicas del pueblo libio".

Además del cese al fuego, la misión continental proponía además el establecimiento de corredores humanitarios para ayudar a la población civil y el inicio de un diálogo entre las partes en conflicto, según su responsable de paz y seguridad, Ramtan Lamamra.

"Gadafi no ha respetado las resoluciones de la ONU, ha continuado bombardeando civiles y ciudades, matando a los libios", ha afirmado Abdelyalil y ha señalado que "cualquier iniciativa que no incluya la demanda popular de que abandone el poder no será aceptada".

La misión de la UA, que viajó el domingo a Trípoli y este lunes a Bengasi por vía aérea con autorización de la OTAN, estaba integrada por el presidente sudafricano, Jacob Zuma; el maliense, Amadu  Tumani Turé; el mauritano, Mohamed Uld Abdelaziz, el de la República del Congo, Denis Sasu Ngueso, y el ministro ugandés de Exteriores, Sam Kutesa.

Manifestaciones contra el plan

Previamente a este rechazo, cientos de personas se han manifestado en los alrededores del hotel para protestar contra el plan. Los manifestantes proferían consignas contra Gadafi y mostraban su desconfianza ante la mediación de  la UA, integrada por los mandatarios de cinco países africanos, entre  ellos el sudafricano, Jacob Zuma, y el maliense, Amadou Toumani Touré.

Al menos 700 personas se han concentrado ante las puertas del hotel,  enarbolando banderas revolucionarias tricolores y gritando lemas como "Ninguna paz con el asesino Gadafi" o "Seif el Islam a los tribunales",  en referencia al hijo mayor del coronel y su más que probable sucesor  antes de que la rebelión libia diese un vuelco al país a partir del 16  de febrero.

Los rebeldes libios insisten en que el líder libio y su familia debe  dejar el poder y retirar sus tropas del terreno así como que el régimen  permita la libertad de  expresión en las zonas del país bajo su control.

Los rebeldes  consideran que, si se permite la expresión libre en Trípoli y en otras  ciudades,  miles de libios saldrán a las calles para pedir que Gadafi  deje el  poder, lo que aceleraría notablemente la descomposición del  régimen.

Por su parte, Iman Bughaigis -hasta hace unos días una de  las  principales portavoces del Consejo Nacional Transitorio (CNT) y  ahora  centrada en labores de educación y preparación de cuadros  rebeldes- ha recordado que  el líder libio ha propuesto ya otras  veces ceses del fuego, que nunca ha  respetado, y ha insistido en que  debe retirar sus tropas del terreno y  dejar de atacar ciudades como  Misrata, en el oeste del país, o Brega y  Ajdabiya, en el este.

"Ya sabe donde está el aeropuerto,  si se  queda  deberá responder de sus crímenes contra la humanidad en Libia y en  el  extranjero", ha declarado y ha añadido que los sublevados no se  "vengarán" del  coronel pero tampoco le darán inmunidad si permanece en  el país.

"En Libia tendrá un juicio justo, no nos vengaremos, pero además  deberá  responder ante la Corte Penal Internacional (CPI)", ha  recalcado.

Que se refleje la voluntad de los libios

La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, se ha mostrado partidaria de lo que los rebeldes reclaman: en Libia debe haber una transición que refleje la voluntad de los libios, y ha reiterado su posición de que el líder libio, Muamar el Gadafi, debe abandonar el poder y el país.

En declaraciones a periodistas tras reunirse con el ministro finlandés de Asuntos Exteriores, Alexander Stubb, Clinton no ha querido entrar a valorar la propuesta mediadora de la UA para buscar una salida negociada al conflicto en el país magrebí, y ha afirmado que prefería esperar a recibir una valoración completa de la delegación de líderes africanos que han viajado a Trípoli y Bengasi.

"Hemos dejado muy claro que queremos ver un alto el fuego. Queremos ver que las fuerzas del régimen libio se retiran de las áreas que han tomado por la fuerza. Queremos ver que se reanuden los servicios de abastecimiento de agua y de electricidad, entre otros, en las ciudades que han sufrido la brutalidad de las fuerzas de Gadafi", ha señalado la jefa de la diplomacia estadounidense.

Lo que no incluido en la lista de condiciones innegociables es el futuro de Gadafi, algo que algunos medios estadounidenses han interpretado inmediatamente como una posible señal de flexibilidad.

Por su parte, Stubb ha considerado "muy importante" que la Unión Europea (UE) siga involucrándose, por ejemplo, en un posible diálogo político entre los libios.  "Habrá una vida después de Gadafi y la UE debe estar preparada para ello", ha señalado.

Un alto al fuego "creible y verificable"

Por su parte, la OTAN ha insistido en que cualquier alto el fuego que se acuerde en Libia debe ser creible y verificable y necesitará un mecanismo de control.

"Cualquier alto el fuego debe ser creible y verificable, debe haber un fin completo de la violencia y de todos los ataques y abusos contra civiles", ha afirmado el secretario general de la OTAN, Anders Fogh  Rasmussen desde Bruselas.

Mientras tanto, la OTAN continuará atacando a las fuerzas de Muamar el Gadafi que amenacen a los civiles. "El tiempo de nuestra operación estará determinado por este objetivo claro de proteger a los civiles de cualquier ataque", ha añadido.

Rasmussen también considera que además, un hipotético acuerdo "debe favorecer un proceso político para implementar las reformas políticas necesarias y satisfacer los deseos legítimos de la población libia".

Pese a que Gadafi comunicó el domingo a los enviados continentales que aceptaba la propuesta de alto el fuego, sus tropas han continuado este lunes bombardeando duramente Misrata, la tercera ciudad libia,  cercada desde hace más de mes y medio por las fuerzas del régimen.

Al menos cinco personas han muerto y más de 20 han resultado heridas, según los rebeldes.

No puede haber solución mililtar

Antes de la comparecencia de Anders Fogh Rasmussen, la portavoz de la Alianza, Oana Lungescu, había reiterado que "no puede haber una solución  exclusivamente militar" al conflicto libio.

"Siempre hemos dejado claro que no puede haber una solución  exclusivamente militar a esta crisis. Saludamos todas las  contribuciones a los esfuerzos internacionales dirigos a poner fin a  la violencia contra la población civil en Libia", ha asegurado la  portavoz de la Alianza, Oana Lungescu, en un comunicado.

Desde el inicio de la crisis,  la Alianza ha permanecido en  contacto "constante" tanto con la Unión Africana como con otras  organizaciones regionales e internacionales y ha "tomado nota" de la  propuesta de alto el fuego de la Unión Africana.

El secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, y los  Veintiocho embajadores ante la OTAN, se reunieron la semana pasada en  Bruselas con el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Jean  Ping. Rasmussen aseguró que las partes mantuvieron una reunión  constructiva y reconoció que la Unión Africana tiene un papel "clave"  que desempeñar para contribuir a poner fin al conflicto en Libia.