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El ejército, atrapado entre Mubarak y el pueblo

  • Poco se mueve en Egipto sin que su poderoso ejército lo sepa
  • Mubarak es uno de los suyos pero siempre han estado en las revoluciones
  • Por primera vez puede haber una división en el estamento militar

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Un manifestante contrario a Mubarak pide su marcha frente al palacio presidencial de El Cairo, lugar protegido por el ejército egipcio
Un manifestante contrario a Mubarak pide su marcha frente al palacio presidencial de El Cairo, lugar protegido por el ejército egipcio.

El aparato de poder egipcio ha estado vinculado al ejército desde la caída del rey en los años 50. En total, el ejército tieen 468.500 soldados activos y 479.000 en la reserva.

Ejército de tierra

Soldados: entre 280.000 y 340.000 incluyendo reclutas

Tanques: 3.723 incluyendo 973 A1M1 tanques Abrahms

Vehículos de reconocimiento: 410

Misiles de defenisa tierra-aire: 2.100

Misiles tácticos tierra-tierra: 42

Marina

Efectivos: 18.500 incluyendo reclutas

Submarinos: cuatro submarinos de patrulla táctica

Patrullas costeras: 41

Aire:

Efectivos: 30.000, incluyendo 10.000 reclutas

Aviones de combate: 461

Helicópteros: 125

El ejército también cuenta con 150.000 tropas de defensa aérea y 397.000 paramilitares.

Poco se mueve en Egipto sin que el ejército lo sepa, o sin que el ejército lo apruebe. Así ha sido desde la caída de la monarquía, en 1952, cuando el país se deshizo del Rey Fuad.

Por eso, sus comunicados dicen mucho con muy pocas palabras, y sus silencios también. Desde la victoria de Nasser, todos los presidentes de Egipto han sido militares, y todos han seguido el estricto orden jerárquico que marca la disciplina castrense.

A Nasser le sucedió Sadat, militar y su vicepresidente, con el aval (o quizás la imposición) del ejército. A Sadat le sucedió Subi Abu Taleb durante poco más de una semana pero rápidamente, sólo ocho días después de la muerte del presidente, el ejército colocó a otro general, Hosni Mubarak quien, por cierto, también era el vicepresidente.

De momento Mubarak no ha dimitido, pero algunos analistas ven en Omar Suleimán como el heredero favorito del ejército.

A pocos se les escapa que el ejército podría haber derrocado al 'raís' con facilidad y no lo ha hecho. Y ni los más de 17 días de grandes manifestaciones, ni la presión internacional, lo han obligado a ello. Incluso algunos analistas sostienen que no permitirá que uno de los suyos (a fin cuentas, Mubarak es un militar) se marche de manera 'deshonrosa' y mucho menos sin dejar posicionados a algunos de los suyos.

Durante la primera semana de manifestaciones, el analista Fawaz Gargez, del London School of Economics, comentaba a la BBC que lo que "los militares tratan de hacer es posicionar a su propia gente, en particular, a Omar Suleimán (...) para rellenar cualquier vacio político cuando Mubarak abandone".

Un escenario delicado

Sin embargo, el ejército se mueve en un escenario delicado, a medio camino entre su cuota de poder, su alianza imprescindible con occidente, y su histórico posicionamiento al lado de las revoluciones importantes que han cambiado el rumbo histórico del país.

Andrew McGregor, analista de la Jamestown Foundation ha manifestado al The New York Times que el ejército está atrapado entre Mubarak y los manifestantes, y que resulta difícil predecir cómo podrían reaccionar. "Por primera vez, creo que existe la posibilidad de una división en las fuerzas armadas", ha añadido

Además de su papel político, los militares tienen un papel muy importante en la economía egipcia. Desde su tratado de paz con Israel en 1979, las industrias militares se han expandido en la economía del país.

"Parte de la estrategia era comprar su aquiescencia a cambio de un papel más económico para ellos", ha manifestado Michael Wahid Hanna , analista de la Century Fondation , organismo de investigación que ha estado en El Cairo durante la crisis, al periódico estadounidense. "Sus intereses comerciales son enormes", ha añadido.

Elemento clave en la región

El ejército egipcio es, además, un referente estratégico en la región y un aliado clave para EE.UU. Egipto es, después de Israel, el país que más ayuda militar recibe de Estados Unidos.

Desde la firma de la paz con Israel, el Gobierno de El Cairo se beneficia de más de 1.400 millones de euros anuales en ayuda proveniente de Washington. Sólo en 2010 recibió más de 900 millones de euros y unos 184 en ayudas de desarrollo.

Es una de las mayores potencias militares árabes de la región. Cuenta con armamento sofisticado como los carros de combate M1A1 Abrahams de fabricación estadounidense, de los que pretenden adquirir 1.200 unidades.

También cuentan con una poderosa fuerza aérea: fue el primer país árabe en contar con el caza F16, y espera recibir de EE.UU.  al menos 20 aviones de combate F-16C/D.

En la oposición, bien saben que para que la revolución se sostenga deben de contar con la probación del ejército. El mismo Elbaradei ha pedido al ejército que "salvará al país" tras el discurso de Mubarak.

Ahora, la plaza Tahrir le han lanzado un órdago: "el ejército debe elegir, el régimen o el pueblo".