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El Ejército egipcio o la llave del futuro de Mubarak

  • Las fuerzas armadas han apuntalado el régimen autoritario de Mubarak
  • Su intervención en los enfrentamientos será crucial para el futuro del país

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El Ejército de Egipto, que acaba de intervenir por primera vez en los enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes para imponer el toque de queda, podría decidir el destino del país, tal y cómo ocurrió hace tan sólo unos días en la vecina Túnez.

El rechazo de un general del Ejército tunecino a reprimir los manifestantes fue un punto de inflexión que obligó al expresidente Zine Al Abidine Ben Alí a abandonar el país el pasado 14 de enero. ¿Es posible que ocurra esto también en Egipto?

Por el momento, los militares no han reaccionado de la misma manera, pero después de ver la lucha de la policía del Ministerio del Interior y de las fuerzas de seguridad para contener cuatro días de revueltas populares sin precedentes, los generales podrían considerar sus opciones.

"Los indicadores confirman que las fuerzas armadas egipcias están listas para intervenir en Suez y otras partes de Egipto si es necesario", ha confirmado a Reuters una fuente de seguridad en El Cairo.

Desde que los militares derrocaran en 1952 la monarquía del rey Faruk I, los cuatro presidentes que ha tenido Egipto han provenido de la jerarquía militar, ahora ahora dirigida por el mariscal de campo Mohamed Hussein Tantawi de 75 años, actual ministro de Defensa y comandante en jefe.

Los asuntos militares, un tabú

Las fuerzas armadas han sido numéricamente eclipsadas por las fuerzas internas de seguridad del ministro del Interior, Habib el-Adli, de 72 años. Estas han crecido de forma exponencial desde la fallida revuelta islamica de la década de 1990 hasta convertirse en una gran fuerza de 1,4 millones, según han revelado los cables diplomáticos estadounidenses de Wikileaks.

Los militares y las fuerzas internas de seguridad, junto con la maquinaria del partido gobernante y la emergente élite empresarial, constituyen el núcleo que ha sostenido el régimen de Hosni Mubarak durante 30 años.

¿Podrán los violentos disturbios populares romper o agrietar la unidad de este aparato que ha apuntulado de forma petréa un régimen autoritario durante tres décadas?

El Ejército es notoriamente opaco. Informar sobre él sigue siendo tabú, incluso a pesar del espectacular florecimiento del sector de los medios de comunicación en los últimos años. Poco se conoce acerca de sus intereses económicos, su presupuesto o su postura en aspectos sustanciales.

"La idea de que el Ejército sigue siendo una fuerza política y económica clave es algo que todo el mundo sabe aquí", señala un cable de EE.UU. de julio de 2009 publicado por WikiLeaks este viernes.

Bano de sangre o motín

"Sin embargo, otros observadores nos dicen que los militares han crecido de forma menos influyente, más fracturada y su liderazgo es más débil que en los últimos años", indica el cable de la embajada de EE.UU. en El Cairo.

Un fuente cercana al Ejército ha revelado a Reuters que los militares intervendrán si Egipto cae en el caos, ya que están observando con desprecio la forma en la que están conteniendo las revueltas.

"El Ejército ha retrasado su respuesta, al igual que en Túnez", afirma la fuente, que prefiere no ser identificada.

La prioridad de los militares es la defensa externa, no el trabajo policial, pero los expertos esbozan un escenario en el que el Ejército actuará con decisión para sofocar los disturbios, imponer toques de queda y, tal vez, tomar decisiones radicales sobre el futuro político de Egipto.

Tal escenario, que habría parecido poco probable hace apenas unas semanas, parece una propuesta no tan descabellada tras el derrocamiento de Ben Alí y las revueltas sociales que sacuden Yemen, el propio Egipto y otros países árabes.

Hossam Hamalawy, un activista opositor egipcio, considera que la intervención del Ejército conduciría a un baño de sangre o a un amotinamiento de las tropas, que rechazarán disparar a sus compatriotas.