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China se muestra dispuesta a imponer sanciones a Irán tras el encuentro con Obama

  • Obama se entrevista con el presidente chino, Hu Jintao
  • China comparte la preocupación por el programa nuclear iraní
  • Es el encuentro bilateral más importante de la cumbre nuclear

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China, dispuesta a sancionar a Irán

China comparte la preocupación por el programa nuclear de Irán y se muestra dispuesta a imponer sanciones a Teherán. Es el primer resultado tangible de la cumbre de Seguridad Nuclear que se celebra en Washington, aunque está por ver su alcance concreto.

Obama se ha entrevistado con el presidente chino, Hu Jintao, justo antes de que se inicie oficialmente la cita. En el encuentro bilateral más importante de la cumbre, Pekín ha acordado con Washington "instruir a sus funcionarios para que elaboren una resolución de Naciones Unidas que ataje las ambiciones atómicas de Irán", según fuentes estadounidenses.

El ministro chino de Exteriores, Ma Zhaoxu, ha sido más comedido en la valoración del encuentro. Califica las conversaciones de "positivas y constructivas" y añade que ambas naciones "comparten el mismo objetivo" en la cuestión iraní. Sin dar más detalles, Ma Zhaoxu apela como es habitual al "diálogo y las negociaciones" con Teherán.

El gran ausente como amenaza nuclear

Durante hora y media, las dos mayores superpotencias de planeta han hablado largo y tendido sobre Irán, el gran ausente de la cumbre, a la que no ha sido invitado. Ambos coinciden en la amenaza que supone el programa nuclear iraní para la estabilidad mundial, ya que podría desatar una carrera de armamentos en Oriente Medio.

Hasta hace unos días, Pekín se había mostrado reticente a castigar a Teherán, gran socio comercial del gigante asiático. Aunque la asistencia de Hu Jintao a la cita estadounidense ya presagiaba un cambio de actitud.

El respaldo de China a las sanciones es imprescindible ya que tiene poder de veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y puede frenar cualquier resolución en este sentido.

Mientras Obama y Hu Jintao mantenían su entrevista, medio centenar de tibetanos y de miembros de la secta Falun Gong se manifestaban contra China frente al centro de Convenciones de Washington reclamando libertad y respeto a los Derechos Humanos

Evitar la guerra comercial

El segundo punto del encuentro bilateral ha sido la cotización del yuan frente al dólar y parece que ambos países están dispuestos a resolver la disputa comercial de forma diplomática.

Pekín mantiene artificialmente el valor de su divisa para abaratar sus exportaciones al resto del mundo. El Fondo Monetario Internacional estima que el yuan está infravalorado en al menos un 20%.

La administración Obama había amagado en varias ocasiones con represalias. Estaba previsto que el departamento del Tesoro remitiera un informe al Congreso el próximo 15 de abril, acusando a China de manipular su divisa. Sería el primer paso para imponer sanciones comerciales.

Sin embargo, no parece que la sangre vaya a llegar al río. El secretario del Tesoro, Tim Geithner, ha decidido retrasar ese informe y ha hecho una escala no prevista en Pekín, el pasado 8 de abril, para limar asperezas. La Casa Blanca ha optado por la vía diplomática: convencer a China de que va en su propio interés apreciar el yuan.

Estados Unidos tiene un déficit comercial con China superior a los 200.000 millones de dólares y algunos analistas calculan que el desequilibrio se ha cobrado dos millones y medio de empleos. Por su parte, Pekín ha usado buena parte de este superávit para comprar deuda pública norteamericana, convirtiéndose con Japón en su principal acreedor.

Washington, ciudad tomada

La cumbre de Seguridad Nuclear ha convertido a la capital de Estados Unidos en una ciudad tomada por la policía y el Servicio Secreto. Las barreras y los controles para proteger a los 46 países invitados amenazaban con sembrar el caos en una ciudad cuyo tráfico ya es de por si infernal. El miedo ha hecho que muchos vecinos hayan renunciado al coche y lo cierto es que pocas veces la circulación ha sido tan fluida como este lunes.

Obama recibirá oficialmente a las delegaciones asistentes a la cumbre a partir de las cinco de la tarde -once de la noche en la Península-. Una hora después, mantendrá una cena con 38 jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos el presidente del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, que será uno de los cinco oradores. El gran ausente de la cumbre es Israel, cuyo primer ministro ha declinado acudir por temor a que se criticara su arsenal atómico.

La cumbre es el último ejemplo de la actividad frenética de Obama en el tema nuclear. La semana pasada, firmó en Praga el tratado de reducción de armas estratégicas -START II- y revisó la postura de EE.UU. para utilizar el arsenal nuclear en respuesta a un ataque biológico o químico. El próximo mes de mayo, se revisará en Nueva York el tratado de No Proliferación Nuclear.