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El gobierno afgano se reúne con una delegación de insurgentes en Kabul

  • La salida de las tropas internacionales, la principal petición de los insurgentes
  • No hay previsto un inminente acuerdo de paz

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La organización insurgente afgana Hizb-e-Islami, representada por una delegación especial, ha llegado a Kabul para reunirse con el Gobierno, según ha informado este lunes una fuente del Palacio presidencial afgano.

Cinco altos miembros del grupo armado, encabezados por el ex viceprimer ministro Qutubudín Helal, llegaron el pasado viernes a la capital afgana y se han entrevistado ya con distintos líderes parlamentarios.

El Hizb-e-Islami  es un grupo liderado por el antiguo comandante muyahidín Gulbudín Hekmatyar y luchan contra las tropas internacionales en el este de Afganistán, aunque de forma independiente respecto al movimiento talibán.

Según la fuente, la delegación ha traído consigo un plan de paz de quince puntos, entre los que se cuenta una demanda de retirada de las tropas internacionales presentes en Afganistán con comienzo en junio y en un proceso progresivo de seis meses de duración.

Sin acuerdo a la vista

Un portavoz de Hizb-e-Islami, sin embargo,ha afirmado que en realidad la delegación persigue sólo explicar su posición, y no mantener conversaciones de paz.

"No tenemos ningún acuerdo de alto el fuego. Queremos mostrar que si las tropas extranjeras quieren dejar Afganistán, no les crearemos problemas", ha explicado el portavoz.

"Hay que desarrollar un consenso entre las facciones afganas e instalar un Gobierno interino tras la retirada de las tropas extranjeras. Después habría que celebrar unas elecciones transparentes", ha reiterado la fuente.

El presidente afgano, Hamid Karzai, ha iniciado la preparación de una "yirga de la paz" supuestamente prevista para finales de abril o ya en mayo, en su propósito de atraer para la causa democrática a las facciones más moderadas del movimiento insurgente.

En los últimos meses, el Gobierno afgano ha insistido en que es necesario dialogar con los insurgentes para alcanzar la paz en este inestable país centro-asiático, que lleva sumido más de tres décadas en distintas guerras.

El deterioro de la seguridad y el aumento de la presencia talibán ha llevado a los Gobiernos de Estados Unidos y sus aliados a enviar refuerzos hasta situar en unos 140.000 soldados el número de tropas desplegadas en el país.

A la vez, tanto el Gobierno afgano como los representantes de la ONU han mantenido contactos secretos con los talibanes y sus representantes en terceros países, como reconoció la semana pasada el ex enviado de la ONU a Afganistán, Kai Eide.

El grupo que mantiene las canoversaciones con el gobierno afgano, es el tercero en importancia entre los insurgentes afganos, tras los talibanes y la red terrorista Haqqani.