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Revistas literarias, guía para el 'bosque' editorial

  • Página 2 indaga en el mundo de las revistas literarias
  • ¿Qué significa para un escritor publicar en una revista literaria de prestigio?
  • Leer sobre libros es "la cuadratura del círculo" para el director de Qué Leer
  • La revistas literarias pueden entenderse como información o como literatura

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Revistas literarias, una guía en el 'bosque' editorial (Página 2)

Las revistas literarias fueron un fenómeno habitual años atrás. Estaban por todas partes. Eran políticamente contestatarias o culturalmente elitistas; algunas eran tan simples como unas fotocopias mal grapadas y otras eran el trabajo de un equipo de artistas.

Publicaciones que acogían semanalmente artículos, poemas y cuentos dentro del ligero y sencillo andamiaje de una revista. ¿Dónde se han escondido ahora?

Cómo dice Antonio G. Iturbe, director de la revista Qué Leer, leer sobre libros es casi pretender "la cuadratura del círculo", debido a la cantidad de novedades editoriales que llegan a las estanterías de las librerías.

En este sentido algunas revistas se convierten en presciptores, en guías para no perderse entre tanto título.

"Algunas revistas literarias incluso generaron un sello de calidad", como dice Anne Beattie, escritora norteamericana colaborada del mítico The New Yorker, dónde publicaron por primera vez una lista interminable de escritores de primera clase como John Cheever, John Updike o Ernest Hemingway.

En esta publicación se combinan con vehemencia la información clásica con los textos de ficción o la poesía. "Yo aún tengo una copia del primer texto de Don Delillo", afirma entusiasmada.

Cuando todo el conjunto está tan cuidado como en The New Yorker, dónde incluso cada semana cambian al artista que crea la portada, sus lectores las coleccionan y las guardan con tanto cariño como sus novelas favoritas.

Revistas como las de antes

En España no tenemos un The New Yorker pero intentamos buscar nuestros propios caminos, por supuesto mucho menos transitados pero dignos de alabanza como es el caso de la Revista Eñe.

Su directora, Camino Brasa, asegura que "queríamos hacer una revista como las de antes, una revista para leer".

En su revista colaboran escritores desconocidos y primeras espadas de la literatura pero su directora sinceramente nos cuenta que "si en el futuro un premio Nobel nos envía un texto que no nos gusta, me encantaría poder decirle: se lo pagamos pero no saldrá publicado en nuestra revista". Por el momento cualquier publicidad es buena.