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La OEA no enviará un misión electoral a Honduras si las partes no vuelven al diálogo

  • José Miguel Insulta considera difícil que las partes retomen el diálogo
  • Podría presentar un informe sobre el estancamiento del proceso
  • Los miembros de la OEA están preocupados ante la "dilación" del acuerdo
  • El Acuerdo Tegucigalpa-San José se rompió la semana pasada

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La resolución de la crisis política en Honduras sigue en punto muerto. El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, ha declarado este martes que considera difícil que las partes retomen el diálogo en Honduras, y ha asegurado que en este contexto no considera el envío de una misión electoral para las proximas elecciones.

En una sesión extraordinaria del Consejo Permanente que evalúa la situación tras la interrupción del proceso de implementación del Acuerdo Tegucigalpa-San José, Insulza ha afirmado que baraja la posibilidad de pedir a la Comisión de Verificación que emita su opinión sobre lo ocurrido en los últimos días.

Insulza presentará previsiblemente un informe o un análisis verbal sobre el estancamiento del proceso hondureño, tal y como se lo pidieron la semana pasada varios países miembros como Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y Brasil.

En la sesión del pasado miércoles, los representantes de estos países expresaron su preocupación por la "dilación" que se está produciendo en la implementación del Acuerdo Tegucigalpa-San José, y aseguraron que no reconocerán el resultado de las elecciones generales del próximo 29 de noviembre si el depuesto presidente Manuel Zelaya no es restituido.

Esta preocupación, expresada antes de que se cumpliera la fecha límite para crear un Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional el pasado día 5, se ha intensificado en los últimos días a raíz de la interrupción del proceso de ejecución del acuerdo.

Ruptura del Acuerdo Tegucigalpa-San José

El Acuerdo Tegucigalpa-San José, suscrito el 30 de octubre, fue declarado roto por Zelaya la semana pasada después de que las partes no lograran un consenso sobre la formación y la Presidencia del Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional.

El presidente de facto, Roberto Micheletti, anunció entonces la conformación de un Gobierno de Unidad sin representantes de la otra parte y bajo su dirección. Hecho ante el que Insulza reaccionó inmediatamente instando a las partes a cumplir lo pactado "sin más subterfugios".

El Gobierno de facto culpa a Zelaya de haber roto el acuerdo al haberse negado a entregar la lista con los nombres de las personas que quería que integrasen el Ejecutivo de Unidad y Reconciliación Nacional, que debía haberse constituido el pasado día 5.

Insulza defendió al depuesto mandatario al afirmar que Zelaya no envió los nombres porque en la misiva que le envio Micheletti el dia 3 de marzo quedó claro que iba a formar un gobierno de manera unilateral.

Además,  reiteró su respaldo a Zelaya al afirmar que el Gobierno de Unidad, "naturalmente, deberá presidirlo la persona que fue electa por el pueblo hondureño para ejercer el cargo de presidente de la República" de Honduras.

"La realidad es que cuando la Comisión de Verificación se instaló en Tegucigalpa, ese mismo día, ya estaba en marcha una acción para constituir un Gobierno de Unidad y Reconciliación formado por Roberto Micheletti mediante una propuesta de un conjunto de personas, pero sin disposición de fijar una fecha para considerar la restitución" de Zelaya, ha señalado Insulza.

Por tanto, la comisión, en la que participan como miembros internacionales el ex presidente chileno Ricardo Lagos y la secretaria de Trabajo de EEUU, Hilda Solís, ya se encontró con los primeros problemas a su llegada a Honduras, ha agregado.

El titular de la OEA ha explicado que para que pueda haber una solución, Micheletti debe presentar su renuncia para que el Congreso pueda pronunciarse sobre la restitución de Zelaya y allanar el camino a la creación de un Gobierno de Unidad y a la celebración de las elecciones del próximo 29 de noviembre.