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Una joven galesa se recupera tras haberle extirpado en 2006 un corazón trasplantado

  • La revista médica 'Lancet' recoge las conclusiones de los cirujanos que la trataron
  • Nació con una cardiomiopatía que impedía que su corazón funcionara con normalidad
  • El corazón trasplantado y después extirpado ayudó a que el suyo superará la enfermedad
  • "Gracias a esta operación llevo una vida normal con mis amigos"

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La galesa Hannah Clark, de 16 años, que padece una enfermedad cardíaca desde su nacimiento, se ha convertido en un caso paradigmático para la ciencia después de haber sobrevivido a diversas operaciones y, sobre todo, a la implantación y posterior extirpación de un corazón junto al suyo. La edición electrónica de la revista médica 'The Lancet' recoge ahora las conclusiones extraídas por los cirujanos que la trataron.

En la última intervención a la que fue sometida, en 2006, se le extirpó el corazón que le habían injertado junto al suyo diez años antes. Ahora, tres años y medio después, la chica se encuentra en perfecto estado, ya que su corazón ha superado su enfermedad inicial. "Gracias a esta operación llevo una vida normal como mis amigos", afirma en la revista.

En 1993 Hannah nació con una cardiomiopatía que impedía que su corazón funcionara con normalidad. Con dos años se le trasplantó un corazón junto al suyo.

Fármacos y quimioterapia

Esta enfermedad aparece en aproximadamente 1,3 niños de cada 100.000, y es 10 veces más común en el primer año de vida. La única opción para que el paciente viva es injertar un corazón junto al suyo, hasta que éste se recupere, como ha ocurrido en el caso de Hannah.

La historia de Hannah ha finalizado con éxito pero, como ocurre con los trasplantes, el riesgo de rechazo tuvo que ser neutralizado con fármacos que suprimieron sus defensas, aumentando el riesgo de cánceres, sobre todo, el síndrome lifoproliferativo asociado al virus Epstein-Barr (EBV PTLD).

Cuatro años y medio después del trasplante, los dos corazones de la joven funcionaban perfectamente. Sin embargo, con ocho años, la niña experimentó varios episodios graves de EBV PTLD que obligaron a someterla a tratamientos de quimioterapia hasta su erradicación.

Un corazón recuperado

En 2003, al repetirse los síntomas, tuvo que retomar el tratamiento hasta 2005, fecha en la que se detectó que, debido a la reducción de inmunosupresores para poder acabar con el cáncer, su cuerpo estaba rechazando el corazón del donante.

En 2006 los médicos decidieron extirparle el corazón en una intervención pionera para retirarle totalmente los fármacos supresores. Desde la intervención la joven se ha recuperado incluso del EBV PTLD.

El cirujano Madgi Jacoub señala en la revista que el caso de Hannah aporta lecciones "relevantes para la biología, trasplantes, recuperación cardíaca y enfermedades malignas".  Asimismo, el cardiólogo Víctor Tsang, concluye que en casos de cardiomiopatía infantil, el corazón del paciente puede recuperarse si se le da el tiempo necesario.