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El secreto del caparazón de las tortugas está en las costillas

  • Investigadores japoneses desvelan el misterio de la evolución de la tortuga
  • El caparazón se forma por la fusión de las costillas, no por los omóplatos
  • Embriones de pollo, ratón y tortuga china han sido analizados y comparados

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El Centro Riken para el Desarrollo Biológico de Kobe, Japón,  ha desvelado en un estudio las claves del desarrollo del caparazón de la tortuga, demostrando cómo pudieron evolucionar a partir de ancestros de cuerpo blando a partir de la fusión de las costillas.

Los investigadores, dirigidos por Hiroshi Nagashima, tras analizar el desarrollo embrionario de pollos, ratones y tortugas chinas de caparazón blando, desvelaron el misterio de cómo se forma el caparazón a partir de la fusión de las costillas para cubrir los omóplatos. El trabajo se publica en el último número de la revista 'Science'.

En 2005 se descubrieron los fósiles de la tortuga más antigua conocida hasta ahora, la Odontochelys,  la primera que posee un caparazón incompleto. Las tortugas modernas han adquirido su forma actual a partir del desarrollo embrionario de esta especie, sin la que es difícil explicar la forma evolutiva.

Este desarrollo contrasta con el patrón común del resto de vertebrados amniotas, cuyos omóplatos se encuentran fuera de la caja torácica. Esta estructura corporal, totalmente diferente a la del resto de vertebrados, ha suscitado, desde hace muchos años, el interés de los científicos de todo el mundo.

En el estudio se describen las fases de transición por las que pudo pasar la evolución de la tortuga para llegar a su aspecto actual. Los resultados sugieren que, inicialmente, los embriones de pollos, ratones y tortugas comparten un patrón común de desarrollo que, probablemente, comparten con su último ancestro común.

A medida que el embrión de tortuga se desarrolla, una parte de la pared de su cuerpo se dobla sobre si misma, manteniendo algunas de las conexiones entre los huesos y músculos en desarrollo pero, también, produciendo nuevas conexiones que no se observan en otros reptiles, aves o mamíferos.

El caparazón, de este modo, se forma a partir del cambio en el desarrollo de las costillas, no del omóplato. Sin embargo, la anatomía embrionaria del sistema musculo-esquelético no se ha analizado suficientemente para identificar el origen específico del cuerpo de la tortuga.