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Unai Ziarreta, el joven que se 'emancipó' del PNV

  • El candidato de EA ha tenido una carrera fulgurante en su partido
  • Desde 2003 ha pasado por todos los cargos importantes hasta llegar a la presidencia
  • Ha subrayado el perfil propio de su partido, haciendo que concurra en solitario
  • "Ni con el PNV ni con Batasuna", es el difícil ideario que propugna para EA

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Unai Ziarreta, durante un acto de su partido.
Unai Ziarreta, durante un acto de su partido.

Cuando Carlos Garaikoetxea decidió partir en dos el nacionalismo vasco tras sus disputas con la dirección del PNV, Unai Ziarreta aún iba al instituto.

Sin embargo, más de veinte años después, las razones públicas -acentuar su perfil soberanista y socialdemócrata- y privadas -la mala relación con los que dirigen el partido jetzale- para que esa fractura vuelva a producirse son las mismas.

Eso sí, hay una diferencia fundamental que los años sí han asentado: mientras Garaikoetxea era un lehendakari 'depuesto' con gran tirón popular que aspiraba al 'sorpasso' dentro del nacionalismo vasco, Ziarreta es un joven semidesconocido que intenta por todos los medios que su partido siga siendo relevante. 

Carrera fulgurante 

Nacido en Mungía (Vizcaya) hace 27 años,  la carrera política de Ziarreta se ha fraguado en los últimos seis años, en los que ha pasado de ser un cargo intermedio en las consejerías del Gobierno vasco ocupadas por su partido a llegar a la secretaría general de EA primero (tras el congreso de 2003), ser portavoz de su partido en el Parlamento vasco después (desde 2005) y, finalmente, presidirlo en 2007.

En ese tiempo, ha sabido fraguarse una imagen de hombre de consenso dentro de su propio partido que contrasta con el discurso de fondo que ha mantenido respecto al resto de fuerzas políticas y que se resume en una frase: "Ni con el PNV ni con Batasuna". 

En realidad, este principio no es más que el que guió a Carlos Garaikoetxea en la fundación de Eusko Alkartasuna, pensando que era posible una vía intermedia entre el cuasi autonomismo del PNV y la violencia amparada por Batasuna.

Entre dos aguas 

Sin embargo, el propio Ziarreta ha comprobado en sus propias carnes la dificultad de este planteamiento. En el seno del tripartito vasco, EA ha sido, más que una voz crítica con Ibarretxe, la verdadera defensora de sus iniciativas soberanistas frente a la dirección del PNV.

De hecho, ha hecho suyo hasta tal punto el plan del Lehendakari que ha acudido a Estrasburgo a denunciar la decisión de prohibir la consulta por parte del Tribunal Constitucional.

Por otro lado, la apuesta por un perfil propio para captar el voto abertzale -sobre todo en Guipúzcoa- ha provocado que caiga en situaciones absurdas, como el rechazo de las mociones éticas impulsadas por PSOE y PNV en todos los municipios vascos...menos en Azpeitia, donde ha terminado accediendo tras la muerte de Ignacio Uría.

Precisamente la muerte de Uría ha enterrado un proyecto con el que se había especulado en los últimos meses: la creación de una candidatura conjunta formada por EA y ex dirigentes abertzales totalmente 'limpios' que podría haber sido la revelación electoral.

Prueba de fuego 

Pese a todo, este motero amante de la música 'heavy' ha decidido renunciar al colchón de siete diputados que le daba el pacto con el PNV y jugárselo todo a una carta presentándose en solitario. Dicen los que le conocen que siempre va "de frente" en su ortodoxia, hasta el punto de que puede parecer "ingenuo". 

De su capacidad para tener un perfil propio que atraiga al votante nacionalista más allá de Ibarretxe y el voto en blanco dependerá que el dos de marzo sea juzgado como un hombre fiel a sus principios o un gran imprudente.