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Rusia adiestra monos para mandarlos a Marte en un módulo espacial

Quizá queden aún varias décadas antes de que el ser humano ponga el pie en el Planeta Rojo. Pero antes de que eso ocurra, es posible que lo haya hecho un mono. Rusia está preparando a unos monos especiales -y espaciales- como pioneros en una futura expedición a Marte. Los simios están siendo entrenados en un centro para aclimatarse a una odisea de 500 días de ingravidez, aislamiento y radiaciones.

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Del mono al hombre, y viceversa. La evolución ha llevado al Homo Sapiens Sapiens a trascender su planeta e inventar sofisticados métodos para conocer y viajar a otros mundos. Y ahora, el hombre espacial, para poder avanzar en su aventura de conquista de la galaxia, recurre a sus antecesores, los simios, para que le secunden como pioneros.

En el Instituto Sochi de Primatología Médica, en Vesyoloye -cerca del Mar Negro-, los preparadores rusos están entrenando monos para ser utilizados en una expedición a Marte, como paso previo a una futura misión espacial con astronautas humanos al vecino planeta.

Y eso significa seleccionar a los macacos mejor dotados para pasar los 520 días que dura un viaje de ida y vuelta en un módulo espacial al Planeta Rojo y analizar sus reacciones ante unas condiciones duras y prolongadas de ingravidez, aislamiento y una dieta constante de zumos y purés.

Pero una de las claves de este ensayo con monos es que servirán como cobayas -valga la redundancia- para probar los efectos de la radiación a la que estarán expuestos al aproximarse y llegar a la superficie marciana.

"Las personas y los monos tienen una sensibilidad casi idéntica a las radiaciones, así que es mejor experimentar con macacos que con perros u otros animales", ha dicho el director del Instituto, Boris Lapin, a la BBC.

Laika, en el recuerdo

La iniciativa forma parte del proyecto 'Marte-500', que de manera paralela, planea para comienzos de 2009 una experiencia similar en la Tierra con un grupo de voluntarios humanos reclutados con la ayuda de la Agencia Espacial Europea (ESA, en inglés) para simular durante unos 18 meses las condiciones de un viaje espacial de ida y vuelta a Marte.

Otra resistencia que tendrán que vencer es la de los ecologistas, que precisamente desean que no se vuelva a repetir una experiencia como la de Laika. Hoy se sabe que la famosa perra cosmonauta no llegó viva al espacio, y que murió víctima del tremendo estrés que sufrió justo después del lanzamiento del cohete en el que viajaba.

Andrei Zbarsky, miembro del grupo internacional a favor de la conservación de la naturaleza WWF, pide que se busque "una alternativa a los experimentos con los animales" que, según afirma, suponen el sacrificio de "más de cien millones de seres vivos al año" en nombre de la ciencia.

Otros simios pioneros

De todos modos, no es la primera vez que Rusia -o la anterior Unión Soviética- ponen en órbita a unos simios. Hasta 12 macacos han participado en misiones espaciales anteriores.

Los dos primeros, Abrek y Brion, sobrevivieron a un lanzamiento y posterior vuelo durante cinco días en 1983. Y hasta 1996 se practicaron otras cuatro expediciones espaciales con monos, con una duración de dos semanas. Después, el presupuesto para el programa se agotó.

Estos pioneros del espacio aterrizaron sin que su salud se viera mermada, pero es verdad que no se embarcaron en una experiencia como la que podría aguardar a los próximos simios que se enfundaran una escafandra.