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Las autoridades rusas estudian implantar cartillas de racionamiento por la subida del pan

  • Muchos rusos ya no pueden comprar pan a diario por las últimas subidas
  • Varias regiones estudian recuperar los cupones para los más pobres
  • Las subidas de los alimentos han provocado disturbios en varios países 

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Los precios de alimentos como el pan han subido tanto que muchos rusos ya no tienen acceso diario a estos alimentos. Las autoridades de varias regiones del país estudian crear un sistema de cupones para proteger a los sectores más desfavorecidos, según informa el diario Nezavísimaya Gazeta.

La isla de Sajalín es un ejemplo de esta situación. Su gobernador, Alexandr Joroshavin, ha añadido que la medida "será casi inevitable" si la administración regional no encuentra recursos para respaldar a la industria panificadora local. El precio del pan ha subido un 33% en un año y la barra ya cuesta 32 rublos, unos 86 céntimos de euro.

A finales de mayo se espera otra brusca subida de los precios de algunos alimentos como el pan, que hasta ahora han estado controlados por una moratoria que acaba en esa fecha.

Mientras esto pasa en una de las regiones con más petróleo de Rusia, en San Petersburgo también se plantean la misma medida, algo familiar para los rusos más ancianos, que ya conocieron algo parecido en los tiempos de la extinta Unión Soviética.

La especulación, ¿responsable?

Es lo que se preguntan muchos analistas que acudirán a la Conferencia Regional de la FAO, que se celebrará en Brasilia. Hay voces que responsabilizan de esta situación al aumento de la demanda en países como China y la India, la extensión de cultivos para producir biocombustibles en lugar de alimentos, o la especulación.

De todas ellas, muchos expertos se centran en la especulación con las materias primas como causa principal. El hundimiento del dólar ha provocado que muchos inversores huyan hacia los alimentos como refugio del dinero, y en consecuencia materias primas, como los cereales, han subido de forma espectacular.

Millones de personas de países del Tercer Mundo podrían caer en la pobreza extrema si no se atajan las subidas. Miles de ciudadanos han salido a las calles de países como Haití, Egipto, Camerún, Costa de Marfil, Senegal, Indonesia, y muchos otros, porque ya no pueden afrontar el coste de alimentos básicos. Sin embargo, no parece que las cosas vayan a cambiar pronto.