Arranca la dinastía Ohtani de los Dodgers: un prodigio multidisciplinar del béisbol
- El equipo de Los Ángeles venció en el séptimo partido a los Toronto Blue Jays para reeditar el título
- Ohtani es el rey de las estadísticas en 'el deporte de las estadísticas' como bateador y 'pitcher'
Shohei Ohtani ya es emperador de Los Ángeles. Los Dodgers lograron el 'back to back' al reconquistar el título de las Series Mundiales (2024-2025) en una final agónica ante los Toronto Blue Jays. El equipo del japonés tiró abajo la racha de 25 años sin ver un doble campeón consecutivo desde que lo hicieran los Red de Cincinnatti (1975-1976) y los Yankees de Nueva York (1999-2000).
No podía lograrse de otra manera que a la épica. Tras un 0-3 en contra y viendo como los Toronto Blue Jays se relamían pensando en volver a levantar el título como en 1993 era morir o vivir para siempre. El jonrón de Miguel Rojas que mandaba el partido a la prórroga cayó como un jarro de agua fría en el Rogers Centre SkyDome de Canadá. Tenía que ser otra vez lejos de Los Ángeles. La gloria se la llevó Will Smith con otro lanzamiento fuera del recinto agónico que hacía que los de California repitieran título 25 años después. La dinastía Ohtani había comenzado.
Ohtani, el emperador de las estadísticas
Dicen que cada cierto tiempo nace un genio. El prodigio de Shohei Ohtani reside en la capacidad multidisciplinar de batear y ser 'pitcher' -lanzador abierto- en un deporte cada vez más especializado y donde la cultura japonesa ha brillado en su máximo esplendor, por encima de las exigencias de las canteras estadounidenses de dedicarse a un solo perfil.
Una cualidad que la MLB ha protegido con la llamada 'regla Ohtani' que acaba con la limitación a los beisbolistas bidireccionales y que consiste, básicamente, en que si el japonés abre el juego como 'pitcher', pueda figurar al mismo tiempo como bateador designado. De esta manera pudo inaugurar la temporada pasada el club de los 50 'home runs' y 50 bases robadas en una temporada.
En esta subió de nivel en la que es considerada ya como la mejor actuación de todos los tiempos: mandó la pelota tres veces fuera del campo en el cuarto partido de las Series Mundiales ante los Milwaukee Brewers, igualando el récord de jonrones en la historia de los playoffs, y realizando diez 'strikeouts' -eliminar al rival sin que consiga batear la pelota- en el mismo partido. Lo nunca visto para reinar en el deporte de las estadísticas.
Sus 1.096 de OPS en la postemporada -frecuencia con la que un bateador alcanza la base y su capacidad para conectar hits- hablan por sí solos. Lo normal en la élite se sitúa en .800; .900 coloca al jugador en la élite de la competición y superar los 1.025 le alza a la élite histórica (1.014 tiene en la temporada regular). Con el bate, el japonés empató la segunda marca de 'home runs' en una postemporada, al sumar ocho, con 14 carreras impulsadas (CI) -producir carreras de compañeros- y 13 anotadas en 17 juegos.
Salvo sorpresa, volverá a ser nombrado como MVP de la competición por segundo año consecutivo. Ningún jugador en la historia de la MLB/NBA/NFL/NHL ha ganado el premio al Jugador Más Valioso y un campeonato en sus primeras dos temporadas con un equipo, como ha hecho Ohtani con los Dodgers. El debate está servido, ¿Estamos hablando del mejor beisbolista de todos los tiempos?