Dinamarca logra su cuarto Mundial de balonmano consecutivo liderada por un estratosférico Gidsel
- La selección danesa vence 26-32 a Croacia y se convierte en la primera en lograr cuatro oros seguidos
- El siete ideal del Mundial de balonmano, por Paco Caro
La selección de Dinamarca es tetracampeona mundial de balonmano, su cuarto título consecutivo, tras vencer a Croacia por 26-32, convirtiéndose en la primera selección en lograr cuatro oros consecutivos; sus cuatro únicos hasta ahora. Así pasará a la historia la final del Mundial 2025, en la que se enfrentaron este domingo dos de los tres coanfitriones en casa del tercero, Noruega, en Oslo. Francia completa el podio y deja en el cuarto puesto a la sorprendente Portugal.
Un triunfo coral, pero que se personifica en un jugador que parece de otro planeta: el lateral derecho Matias Gidsel, autor de 10 goles en el partido, 74 en todo el Mundial, y merecido 'MVP'. Ya nos lo anticipó nuestro compañero Paco Caro en su siete ideal del Mundial.
El inicio fue eléctrico. Dinamarca supo contener a Croacia con 1 sólo gol en 10 minutos, lo que aprovechó para ponerse 1-4 gracias, entre otros, a dos lanzamientos de siete metros de Jakobsen y, por supuesto, las paradas del barcelonista Emil Nielsen. Su contrario, Dominik Kuzmanovic, que hizo de héroe ante Francia, tardó siete lanzamientos y 15 minutos en hacer su primera parada (3-6).
Los pupilos de Nicolaj Jacobsen trataron de administrar la ventaja al contragolpe, pero Croacia no se rindió e Ivan Martinovic sacó su fusil para ir acortando la distancia. Con un solo gol de ventaja, el pivote Sipic tuvo el empate (7-8), pero volvió a toparse con Nielsen a menos de seis metros. En la contra siguiente se ganó la roja directa Marko Mamic por intentar pararla con contundencia, una acción peligrosa que no pasó inadvertida para los árbitros españoles Ignacio García y Andreu Marín Lorente. Su decisión paró un conato de tángana.
Y el parón le vino bien a Dinamarca para volver a abrir brecha gracias al extremo izquierdo Jakobsen y a Mathias Gidsel. Lo que Croacia anduvo en cuestión de minutos se lo hizo desandar la defensora del título en un suspiro. Gidsel y Martinovic se echaron a sus respectivos equipos a sus espaldas, pero fue un gol de Rasmus Lauge el que puso la máxima (9-13) y obligó a pedir tiempo muerto al banquillo croata, dirigido por un islandés, Dagur Sugirdsson.
Al descanso se mantuvo la ventaja de cuatro goles de los daneses gracias al quinto tanto de Gidsel, que igualaba los de Martinovic aunque este en siete lanzamientos. El líder los nórdicos hizo pleno, en cambio, reflejando la superioridad en ataque de Dinamarca, con un 76% en porcentaje de tiro frente al 57% de Croacia. Mucho tenía que cambiar Sigurdsson si quería darle la vuelta, aunque después de lo visto en cuartos contra Hungría, todo era posible.
El 'show' de Gidsel rompe la final
El porcentaje desde siete metros había sido del 100% para ambos en la primera parte, pero en la reanudación Kuzmanovic le detuvo uno a Jakobsen para decir "aquí estoy yo", aunque luego Gidsel le recordó quién estaba al mando hasta ese momento (12-17). Además, en la otra portería se tomó un descanso Nielsen y salió unos minutos Jannick Green para detener otra pena máxima a Glavas; golpe anímico. Luego no falló Madsen en la siguiente y empezó a romperse el partido de una forma peligrosa para Croacia. Un nuevo parcial de 1-4 puso a Dinamarca ocho arriba en seis minutos.
En diez minutos se puso la barrera de +10 (14-24) y el honor le correspondió a Gidsel tras un robo que él mismo provocó para su séptimo gol; lo hacía todo bien. Y es que a Croacia se le empezaban a atragantar hasta los palos, cuando no las paradas de Nielsen. El lateral del Fuchse Berlín se sacó de la manga, literalmente, un zurdazo desde nueve metros para frenar un conato de reacción croata (16-25); octavo gol de ocho lanzamientos. En el noveno llegó su primer fallo, pero lo arregló en el siguiente con una rosca. Ha nacido una estrella. No obstante, se estaba jugando una final de un Mundial y Croacia logró reducir en mitad de la exhibición de Gidsel la ventaja a siete goles con diez minutos aún por delante (20-27).
Klarica y Sostaric tomaron el relevo de un renqueante Martinovic, que llegó a la final con las fuerzas justas y aún así firmó un notable con seis goles. A ese dígito redujo la diferencia Sostaric en una contra a portería vacía (23-28). Se avecinaban cinco minutos de infarto. El propio extremo croata recogió un rechace tras parada de Nielsen en un ataque con dos menos por sendas exclusiones, su quinto gol y el tercero en cuestión de dos minutos. Pero poco más les quedaba a los croatas para lograr la remontada que sería heroica. Hansen y Madsen le tomaron el relevo goleador a Gidsel para recuperar unos sustanciosos siete goles de ventaja (24-31).
No se rindieron los croatas hasta que ya quedaron segundos. En esos segundos los jugadores daneses homenajearon en su despedida al balcánico Domagoj Duvnjak, permitiéndole anotar el último gol (26-32). Un bonito detalle de campeones.