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Champions | Chelsea - Real Madrid

Ancelotti se une tras dar negativo a un Real Madrid que visita a un Chelsea en crisis

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El Madrid, a ganar al Chelsea en Stamford Bridge

Stamford Bridge recibe al Real Madrid en la ida de los cuartos de final de la Champions en pleno ciclón de inestabilidad del Chelsea tras las sanciones impuestas a su dueño, el oligarca ruso Roman Abramovich.

Actual campeón de la Champions y del Mundial de clubes, los 'blues' buscan en la máxima competición continental un salvavidas deportivo al que agarrarse hasta que amaine el temporal, especialmente tras su reciente traspié en la Premier con el Brentford (1-4), que ha tambaleado también la parcela deportiva del club londinense.

Este miércoles llega el Real Madrid, al que eliminó la pasada temporada en semifinales en su camino hacia la consecución de la Champions. Un año después, los caminos entre ambos equipos vuelven a cruzarse en la competición predilecta del equipo merengue, que llega a Londres con su entrenador, Carlo Ancelotti, incorporado a última hora tras dar negativo en coronavirus, y todavía con el eco que provocó su remontada al PSG en octavos de final.

Se esperaba en el club blanco que, tras no poder preparar el encuentro liguero ante el Celta, ni finalmente viajar a Vigo el pasado sábado, a inicios de semana Ancelotti ya diese negativo en un test para poder regresar a la normalidad. Pese a que el técnico ya no tenía síntomas, no ha sido hasta primera hora de este miércoles en que ha dado por fin el negativo deseado para poder viajar con el equipo.

El Chelsea, un club a la deriva

Quién le iba a decir a Roman Abramovich, que en febrero conquistaba el único título que faltaba en sus vitrinas, el Mundial de clubes, que dos meses después su equipo iba a ser uno de los más inestables del planeta. Que el campeón de Europa y del mundo iba a vivir en una tensión constante, sin casi ingresar dinero, pendiente de las concesiones del Gobierno y con los jugadores arrimando el hombro para evitar una ruina aún mayor.

Fue Kai Havertz el que advirtió antes de jugar contra el Lille que si tenía que pagar para que el equipo pudiera viajar, lo haría. Thomas Tuchel se ofreció a conducir el autobús. "No hay problema", dijo el alemán. Sonaba a broma, a surrealismo, pero un mes después, César Azpilicueta, el capitán, paga parte de la gasolina para los desplazamientos.

El club inglés tiene congelados sus activos. Solo ingresa dinero por derechos televisivos y este va a un fondo destinado a pagar los sueldos. Una nómina que, entre jugadores y trabajadores supera los 30 millones de euros mensuales. Por eso, a cada día que pasa con el club sin venderse, aumentan las preocupaciones.

El Gobierno les ha dado un poco más de aire. Les ha permitido gastar hasta 900.000 libras en los partidos de Stamford Bridge y les abre la puerta a vender entradas para los encuentros de fuera de casa, y los de casa de Champions, FA Cup y femeninos. No así a los de Premier, una decisión incoherente para los aficionados. Sin embargo, no recaudarán nada por esas entradas. El dinero irá a la Premier, la FA o la UEFA y se quedará ahí hasta que se resuelva la situación institucional.

Aún no hay fecha definitiva para la venta, aunque se espera que entre el 11 de abril y el 18 quede un candidato definido y favorito y la operación se cierre para finales de abril. Un sucesor de Abramovich saldrá de la lista de cuatro que existe ahora mismo. Está el dueño de los Boston Celtics, Stephen Pagliuca, el consorcio liderado por Todd Boehly, codueño de Los Angeles Dodgers, Martin Broughton, expresidente de British Airways y del Liverpool, y la familia Ricketts, dueños de los Chicago Cubs, y los más controvertidos de todos, por los insultos de Joe Ricketts, patriarca de la familia, hacia los musulmanes.