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España deja reservado el billete para el Mundial

  • La victoria ante Bielorrusia (2-1) le otorga tres puntos de ventaja sobre Francia
  • Xavi Hernández y Álvaro Negredo anotan para la Roja; Kornylenko acorta
  • Del Bosque da la titularidad a Valdés en portería y al debutante Michu en punta
  • Datos y estadísticas del partido España 2-1 Bielorrusia

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Los jugadores de la selección española celebran el primer gol del equipo, conseguido por Xavi Hernández
Los jugadores de la selección española celebran el primer gol del equipo, conseguido por Xavi Hernández

Ficha técnica:

2 - España

: Víctor Valdés; Arbeloa, Piqué, Sergio Ramos, Monreal (Iniesta, m.46); Busquets, Xavi, Cesc (Koke, m.83); Silva, Pedro y Michu (Negredo, m.57).

1 - Bielorrusia: Gutor; Balanovich, Martynovich (Kisliak, m.80), Filipenka, Verkhautsou, Bardachou; Kalachev, Tigorev, Dragun, Putsila (Kornilenko, m.76); y Radzionau (Krivets, m.55).

Goles: 1-0, m.61: Xavi. 2-0, m.78: Negredo. 2-1, m.89: Kornilenko.

Árbitro: Sebastian Nijhuis (HOL). Amonestó a Piqué (33) por España; y a Martynovich (11), Bardachou (54), Kalachev (66) y Verkhautsou (92) por Bielorrusia.

Incidencias: penúltimo encuentro de clasificación al Mundial 2014, disputado en el estadio Son Moix ante 23.200 espectadores.

La selección española logra ante Bielorrusia una victoria (2-1) trabajada, que le sirve para dejar casi reservado el billete para el Mundial de Brasil 2014. [Datos del España 2-1 Bielorrusia]

España se pone tres puntos por delante de Francia en la clasificación del Grupo I a falta de un partido, que será contra Georgia en casa. La clasificación para Brasil está asegurada al 99%. Costó abrir la numantina defensa de Bielorrusia, pero finalmente Xavi Hernández y Álvaro Negredo certificaron la superioridad local. Kornylenko hizo el 2-1 en los instantes finales para dar emoción a los mismos.

Vicente del Bosque sorprendió alineando a Víctor Valdés en portería y a Miguel Pérez Cuesta, 'Michu' en punta, en un equipo en el que no estaban ni Iniesta ni Koke Resurrección, pero que no renunciaba al toque ni al fútbol ofensivo desde el primer minuto de partido.

El saque de centro correspondió a Bielorrusia, que ya en el segundo pase dio un patadón. Sin Hleb, sancionado, y sin Bressan, en el banquillo, la renuncia al balón se presumía total en el colista del grupo.

El técnico Kondratyev dispuso a cinco defensas y ni aún así ofrecían la sensación de poder contener la salida al ataque de la Roja. No habían pasado ni quince minutos y Michu tuvo la primera en un pase interior de Silva, pero el lateral Balanovich llegó a tiempo para impedirle rematar.

España se aprestaba a llevar peligro por las bandas, sobre todo por la izquierda. Pedro Rodríguez buscaba desbordar por ese ala a una defensa a la que en Minsk demostró tenerle tomada la medida.

El único pero de la selección española era la falta de contundencia defensiva, ya que los escasos robos de balón de Bielorrusia se convertían en llegadas al área, con fortuna con poco trabajo para Valdés. Pero la movilidad del ariete Kalachev daba algún quebradero de cabeza a los laterales Arbeloa y Monreal.

La posesión española rondaba el 80%, pero faltaba acierto en los últimos metros de la ofensiva. El entramado defensivo de Kondratyev parecía aguantar, aunque el gol se presumía cuestión de tiempo.

No obstante, el primer intento entre los tres palos tuvo que venir con un disparo desde la frontal del área de David Silva, que despejó con algún apuro el meta Gutor. Bielorrusia no tenía tanta precisión, pero podría haber dado el susto si el árbitro Bebek hubiera pitado penalti en un centro de Dragun que dio en la mano de Piqué.

Iniesta, cambio ofensivo

En vista del planteamiento de Bielorrusia, Del Bosque vio abierta la posibilidad de meter más peso en el ataque y puso sobre el césped a Iniesta tras el descanso, en lugar de Arbeloa. De esta forma, España pasó a jugar con defensa de tres, en vista de que más efectivos en dicha línea no eran necesarios.

La entrada del manchego sirvió para ensanchar aún más el campo, cambiándose de banda con Pedro. Luego entró Negredo por Michu para poner un ariete más puro que abriera la apretada defensa bielorrusa.

El acoso era total la Roja atacaba hasta con Ramos y Piqué. Una hora tardó en llegar el gol de Xavi, el capitán, aprovechando un balón rechazado en el área después de un centro bombeado. El egarense la pegó con el alma y lo celebró con rabia, como el resto de compañeros (minuto 61).

Tocaba a partir de entonces demostrar que se había aprendido la lección de los dos empates anteriores en casa, y la respuesta fue volver a la defensa de cuatro aprovechando la versatilidad de Busquets.

Gol de Negredo y dedicatoria a De Villota

Con el partido bajo control, el único contratiempo fue la lesión de Piqué, pero estando el central azulgrana renqueante y todo llegó el segundo gol de la campeona del mundo. Y esta vez sí, fue con una jugada fiel a su estilo. De lujo fue el taconazo de Pedro a Ramos en banda derecha, no desmereció el centro al área del madridista ni el cabezazo en plancha de Negredo (minuto 77). El delantero madrileño dedicó el gol a la fallecida María de Villota.

Piqué decidió aguantar a la vista del resultado, mientras Kondratyev agotaba los tres de Bielorrusia a falta de diez minutos para los noventa reglamentarios. Así estaba el partido, un hombre menos de refresco, um jugador doliéndose del muslo, 2-0 en el marcador y cero nervios.

Casi al mismo tiempo que llegaba el cambio de Cesc por Koke, Valdés estrenaba los guantes con un tiro raso de Kryvets desde fuera del área; era el minuto 82 y disparaba por primera vez entre los tres palos Bielorrusia.

España se gustaba y buscaba el tercero tratando de deleitar al público, pero los bielorrusos quisieron irse recordando a los locales lo duro que había sido el partido. Kornylenko recibió tras un error en el centro del campo español, se plantó ante Valdés y le batió de disparo cruzado (minuto 88).

Fue un aviso para que no se durmieran en los laureles, pero no fue más allá el atrevimiento de Bielorrusia. El partido estaba acabado tras el gol de Negredo. Brasil espera.