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Nuria Fernández, plata en 1.500, logra la primera medalla de España

  • La atleta española, segunda tras Arzhakova con un tiempo de 4:14.04
  • Fernández se resarce del disgusto por su vinculación a la Operación Galgo
  • Participa en los Europeos a propuesta de José María Odriozola

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Nuria Fernández, plata en 1.500

Nuria Fernández, campeona de Europa de 1.500 al aire libre, ha logrado la primera medalla de España en los Europeos de atletismo en pista cubierta París'11, una plata que compensa el disgusto que le produce estar en candelero por su vinculación a Manuel Pascua, uno de los entrenadores imputados en la Operación Galgo.

Fernández llegó a la última vuelta unos metros por delante junto a las rusas Yelena Arzhakova, que fue la vencedora con 4:13.78, y Yekaterina Martynova, a la que adelantó casi en la misma línea de meta, para alcanzar el segundo puesto. La española terminó segunda con un crono de 4:14.04 y Martynova fue tercera con 4:14.16.

El domingo pasado, después de conseguir el título nacional de cross en Haro, Nuria recibió la propuesta del presidente de la Federación Española, José María Odriozola, de incorporarse al equipo de París pese a que este año no ha hecho una sola carrera en pista.

"Vengo a hacer lo único que sé, correr, y salga lo que salga", dijo este viernes tras superar la criba de las semifinales, que suponían su debut en la campaña bajo techo.

Isabel Macías, campeona de España hace dos semanas en ausencia de las dos grandes -la propia Nuria y Natalia Rodríguez-, estaba feliz por el mero hecho de estar en la final, que zanjó con un quinto puesto con un crono de 4:15.76.

Nuria: "No os imagináis el valor que tiene"

Nuria Fernández resaltó el valor de la medalla con todo lo que le ha caído encima con la Operación Galgo, y aseguró que no tiene nada contra nadie del equipo español, alguno de cuyos miembros, reveló, se han mostrado hostiles hacia ella. "Estoy muy feliz", afirmó, "y quiero dar las gracias a toda la gente que me ha apoyado, que ha sido mucha: mi familia, mis compañeros que ahora están en Antequera corriendo. Si no hubiera sido por ellos no estaría hoy aquí".

Nuria no esperaba este resultado "ni en el mejor de los sueños" porque sólo había preparado el cross, "pero llevo veinte años en el mundo del deporte", advirtió, "y siempre se te queda algo en las piernas". "Temía una final lenta porque no he entrenado la chispa pero no he tenido mal final", añadió.

La atleta madrileña negó que ayer negara el saludo a Isabel Macías, que hoy compartió con ella la final. "No me he dado cuenta de lo de Isabel. No sé de lo que me estáis hablando. Estoy en una tesitura un poco rara y cuando me hablan, hablo, pero si no, soy discreta y hago lo que puedo".

"Yo no tengo nada personal contra nadie. Estos meses han sido muy duros, me han vetado en la Gala (de la Federación Española) y son ellos los que me rechazan. Son una minoría, porque aquí hay mucha gente que me está apoyando. No tengo ningún problema con nadie. Son ellos los que han ido a por mí", prosiguió. Atribuyó parte del mérito de la medalla a todos sus entrenadores: "a Fidel Paredes, a Antonio Postigo, a Soria, donde estuve un año, y a Manuel Pascua también".

Lo que no mata engorga

"No os imagináis el valor que tiene esta medalla, con todo lo que me ha caído encima. Gracias a la gente que me apoyó en Lasarte, al público de la San Silvestre. Ver el apoyo del público me ha dado una gran moral, y con la sonrisa de mi hija se te olvidad las cosas. También le agradezco a mi marido Aser Pernil, que me ha levantado en los momentos bajos", pormenorizó.

Nuria saca fuerzas de flaqueza en relación con la Operación Galgo: "Lo que no mata engorda, como dice mi madre. No tengo que demostrar que soy inocente ni nada. Yo he dicho toda la verdad y lo que estoy demostrando es que sé correr. Llevo veinte años haciéndolo y es mi trabajo. Estoy en cuatro sistemas antidopaje: la IAAF, la AMA, el CSD y la Federación Española, y nunca he dado positivo, y tengo que estar localizable una hora al día todo el año".

Macías felicita a Nuria pero le acusa de negarle el saludo

Isabel Macías, quinta en la final de 1.500, felicitó a Nuria Fernández por su medalla de plata -"para quitarse el sombrero", dijo- pero recriminó a la madrileña que le negara el saludo. "Ser capaz de engancharse a las medallas pese a haber estado preparando el cross, sin tener ese cambio, me sorprende. Me quito el sombrero y la felicito públicamente, ya que en pista no me ha querido aceptar la felicitación. Me giró la cara, como ayer", reveló la aragonesa.

"Yo no tengo ningún problema con ella", explicó. "Lo que me molesta es que diga a la prensa que no la hablamos cuando es ella la que a veces no devuelve el saludo. Lo digo abiertamente y con mi nombre. Ahora, que no me salude y con razón".

Autoridad española en el 1.500 masculino

En longitud, Luis Felipe Méliz no pudo alcanzar los ocho metros, marca que le hubiera llevado al podio porque los tres que lo hicieron se llevaron medalla: el alemán Sebastian Bayer revalidó el título con 8,16, seguido del francés Kafetien Gomis (8,03) y del danés Morten Jensen (8.00). El español se quedó en 7,90, quinto.

Manuel Olmedo, Diego Ruiz y Juan Carlos Higuero exhibieron tal autoridad en semifinales de 1.500 que la hipótesis del triplete en la final no es descabellada. Olmedo, segundo europeo más rápido del año en 800 (1:46.07), a una sola centésima de Kevin López, fue a cola del grupo para evitar tropezones en la primera serie, avanzó sin prisas por la calle dos y, sorprendido por el ataque del turco Kemal Koyuncu en la quinta posición, tuvo que apretar en la última vuelta para imponerse con 3:43.51, su mejor marca este año.

En la segunda carrera, a Diego Ruiz, subcampeón de Europa, tampoco le preocupó estar el último las tres primeras vueltas. A 800 de meta ya estaba arriba junto al británico Nick McCormick. Luego perdió posiciones, pero en el último cien tomó resueltamente el mando y venció en 3:47.32.

Cerró la actuación española Juan Carlos Higuero, que llegaba a París como "el más débil de los tres", con sólo tres meses y medio de entrenamiento tras operarse de osteopatía de pubis. El burgalés sólo se dejó ver en el último 500 y sólo se dejó pasar por el alemán Carsten Schlangen, una vez asegurada su segunda plaza con 3:47.50.

En semifinales de 800, Luis Alberto Marco y Kevin López pasaron, con solvencia el primero, con angustia el segundo, a la final, mientras que el balear David Bustos fue eliminado. López, líder europeo del año con 1:46.06, sufrió mucho para alcanzar en la primera semifinal la tercera plaza (1:49.53), la última de acceso a la final en cada serie, y David Bustos, en la misma carrera, no pudo evitar la eliminación al terminar sexto y último con 1:50.46. En la segunda, Marco se puso al frente, pasó el ecuador en 55.77 y ahí permaneció hasta la meta para imponerse en 1:50.60.

Ruth Beitia, instalada en el podio europeo bajo techo desde 2005, tuvo que esperar el fallo de cuatro de sus rivales para saberse en la final de altura después de haber derribado en 1,94. La cántabra obtuvo el octavo y último puesto de acceso a la final con 1,92. Había llevado a cabo un concurso impecable hasta fracasar en 1,94.

Actual subcampeona mundial en pista cubierta, Beitia afronta el Europeo de París como "el primer campeonato sorpresa" porque por primera vez, debido a sus problemas de espalda, no sabe cual es su rango en relación con sus rivales. Ahora ya lo sabe: sobre el papel, la última entre las finalistas.