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El riesgo en la montaña no es cero

  • Las estaciones de esquí entrenan a sus equipos de rescate para prevenir
  • La imprudencia es la causa de la mayoría de los percances en la montaña

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Miembros del equipo de rescate aseguran a un herido en la camilla en un ejercicio práctico en la estación de Cerler.
Miembros del equipo de rescate aseguran a un herido en la camilla en un ejercicio práctico en la estación de Cerler.

Toda actividad que llevemos acabo en cualqier cumbre siempre conlleva un riesgo, que en muchos casos parecemos olvidar, por esta razón el Grupo Aramón, el único holding de la nieve que existe en España, junto con los responsables de seguridad de las estación de esquí de Cerler, han organzado diferentes actos para que los usuarios se conciencien del respeto a los demás esquiadores.

Hacer caso a las señalizaciones en pista y no esquiar fuera de pista ayudarían a evitar muchos disgustos, ya que la imprudencia es la causa principal de la mayoría de los accidentes.

El personal de seguridad, pisteros, monitores y equipos sanitarios de la estación de Cerler, bajo la dirección de Gabriel Mur, llevaron a cabo unas prácticas simulando varios tipos de rescate tanto en camilla, cuando los remontes que transportan a los esquiadores a las cimas fallan por motivos mecánicos o meteorológicos.

Es en ese momento cuando se activan las alarmas para socorrer a las victimas. "En cuanto recibimos el primer aviso, la respuesta de los servicios de la estación tiene que ser inmediata, por ello la coordinación es esencial para que los rescates concluyan con éxito", asegura Gabriel Mur, director de la estación de Cerler.

En todo caso, y sobre todo cuando los accesos son complicados, se cuenta con el apoyo de los grupos de montaña de la Guardia Civil para la evacuación de heridos. 

Los esquiadores deben ser conscientes de su nivel para poder realizar determinados descensos

La experiencia demuestra la dificultad que entraña el rescate en las zonas de fuera de pista donde los esquiadores practican pero que se convierten en trampas, en lugares de difícil acceso sólo al alcance de los equipos de rescate más expertos.

Una vez que llega el equipo, lo primero que han de hacer es valorar la situación, antes de iniciar la complicada maniobra de descenso con la camilla por pendientes de vértigo. Al llegar a una zona segura, se traslada al herido al centro hospitalario.

Una advertencia para no verse en una de estas situaciones. "Hoy en día los esquís-carving nos permiten bajar a muchas velocidad por las pistas. Esto es un problema, por ello siempre los esquiadores deben ser conscientes de su nivel para poder o no realizar determinados descensos. La osadía de muchos suele terminar en disgusto", señala Gabriel Mur.

"Por ello estamos de lleno en la idea de concienciar a los usuarios de las estaciones de esquí que la montaña siempre tiene riesgo".

Todo tipo de recursos para los rescates

En otras ocasiones, no hay fallo humano, sino mecánico, como cuando un esquiador se queda atrapado en la silla. Ante esto se activa otro protocolo de actuación. El funcionamiento de los remontes es lo único que hoy en día está bajo legislación, los mecanismos se revisan cada semana y visualmente cada día, pero a veces el clima impone su ley.

Si esto sucede, los equipos de rescate acceden a los cables en altura, y con poleas y cuerdas bajan uno a uno a todos los esquiadores que se han quedado atrapados. No es extraño que el pánico se apodere de los usuarios, así que la paciencia e incluso la psicología son virtudes esenciales a las que han de recurrir los rescatadores de montaña.