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España funciona como un reloj

  • Juanito, Villa y Puyol marcan a balón parado los goles frente a los bálticos
  • Casillas bate el récord de imbatibilidad que poseía Zubizarreta, dejándolo en 712 minutos
  • Del Bosque consigue una nueva victoria y administra el banquillo pensando en Bélgica

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Casillas, 700 minutos sin recibir un gol con la selección

España no tuvo que exhibir un juego de galería de arte, como en otras ocasiones recientes, para llevarse la victoria ante una Estonia que no plantó objeciones a que el equipo de Del Bosque se llevara los puntos -26 partidos sin perder- y para que Casillas batiera el récord de imbatibilidad de 692 minutos que ostentaban Zubizarreta y Buyo.

Saltó al campo un equipo con variantes sobre lo habitual, motivadas por la prudencia tras los problemas físicos de esta semana y para guardar bazas para el partido del miércoles en Bruselas. Así, Juanito, silencioso acompañante en la Eurocopa, tuvo su oportunidad junto a Puyol en la defensa y Xabi Alonso daba descanso al pulmón Senna. Y Ramos, que se ofreció a jugar medio partido, fue relevado en la segunda parte por Iraola.

Para no confiarse, Vicente del Bosque, sabio por veterano, pidió a sus jugadores que no se dejaran confundir por las noches europeas, ésas que embriagan la mente con la sensación festiva de superioridad y amodorran las piernas ante rivales modestos como los bálticos.

A estas alturas, España se sabe superior y los equipos con los que se ha enfrentado hasta ahora lo tienen bastante asumido. Y el guión que se vive en estos partidos es algo incómodo al principio para los que esperan un fútbol pródigo en el despliegue. 

Porque en los primeros minutos, los unos comienzan moviendo el balón con parsimonia, como esperando con cálculo el momento inevitable del gol y los otros, con una doble empalizada de cuatro atrás, juegan como si no tuvieran nada que perder, y se permiten, con la tolerancia de las defensas, alguna acción de peligro que dedicar a la afición.

Pero ya no importan los pequeños sustos fruto de la somnolencia defensiva, que en otros tiempos hacían mascullar maldiciones a los aficionados que veían el partido por la tele. Y por eso, acciones como la del delantero estonio Voskoboinikov en el minuto 14, que quiso desbaratar el récord de imbatibilidad de Casillas 48 minutos antes de la hora, sirven para que el portero haga campaña de su candidatura a Balón de Oro librando un gol con la rodilla clavada en el suelo y despejando con el muslo.

Juego de toque y los goles, a balón parado

Como un metrónomo, el toca, toca y vete de los centrocampistas españoles desordena a los defensas, disciplinados sobre el tablero. Y cuando no era así, el pase largo al estilo Liverpool de Xabi Alonso, prodigios teledirigidos, sirven para abrir los huecos. Hasta que funciona la conexión. 

Dos fogonazos Xavi-Torres, un dúo que vale su peso en Balón de Oro, el primero en el área pequeña con recorte y disparo del madrileño que sacó el portero Londak con el brazo, y el segundo con un remate en plancha a un pase en vertical, fueron el preluido del gol, que vino, eso sí, de una manera completamente distinta.

En el minuto 33, un saque de falta desde la izquierda de Xavi lo peinó Juanito, que marcó así su tercer gol con la selección española. Con la lata abierta, los pases dejaron de ir al pie y España buscó dejar el partido sentenciado en la primera parte, lo que logró de nuevo a balón parado.

Villa, ejerciendo de extremo, puso un pase desde la derecha a Fernando Torres, que fue barrido por el central que le marcaba. De pichichi de la Liga a pichichi de la Premier, fue el primero el que transformó la pena máxima, duro y al centro.

Torres dio también el tercer gol

En la segunda parte, tiempo para que corriera el tiempo y Del Bosque ensayara cambios. Entretanto, Iniesta probó el eslalon por la izquierda, y en un minuto de locura, Casillas tuvo que mantener a salvo su récord en tres ocasiones consecutivas, después de un fallo de Iraola por la derecha, que permitó a Voskoboinikov tirar. Pero el guardameta voló para poner el cuerpo de por medio. 

Y en el saque siguiente del córner, los estonios tuvieron dos tiros a bocajarro, con la defensa española corriendo por todos lados. Ahí, Casillas respiró y empezó a disfrutar de su récord de portero inmaculado, ya por encima de los 700 minutos.

Frenada por sus propias limitaciones, fue España la que dio la lección de efectividad, y otra vez fue en jugada de las llamadas de estrategia. Una vez más, Xavi botó una falta que Torres -al que sólo le faltó el gol- remató al larguero. El rechace lo cogió Puyol, que pasaba por allí, para poner el 0-3 definitivo a puerta vacía.

Sin mayores contratiempos, con los cambios para que Fábregas y Riera le dieran más toque 'British' al equipo español y disfrutaran de minutos, transcurrió el resto del partido, con el objetivo cumplido y la pólvora sin malgastar para el partido del próximo miércoles, también a domicilio, ante Bélgica.