Enlaces accesibilidad

Día clave para el 'Lance Armostrong' de la piscina

  • El estadounidense Eric Shanteau se juega el pase a la final de 200 metros braza
  • Podría convertirse en el primer deportista capaz de ganar un metal enfermo de cáncer

Por
Eric Shateau, durante unos entrenamientos del equipo olímpico americano, en Singapur.
Eric Shateau, durante unos entrenamientos del equipo olímpico americano, en Singapur.

El camino de Michael Phelps hacia el Olimpo de los Juegos está ocultando las historias de otros muchos nadadores en el Centro Nacional Acuático de Pekín, pero difícilmente podrá hacerlo con la de su compatriota Eric Shanteau.

Si el de Baltimore hará historia por su dominio absoluto de este deporte, Shanteau va camino de convertirse en el primer deportista enfermo de cáncer capaz de lograr una medalla olímpica.

De hecho, en el nido de egos del flamante equipo de natación olímpico de EE.UU., este bracista se ha ganado el respeto de todos. Con solo 24 años, se le detectó un tumor maligno en un testículo una semana antes de los 'trials' olímpicos y aún así logró su plaza con la novena marca mundial del año en los 200 metros braza.

La historia se ha convertido en un fenómeno aglutinador. Shanteau la mantuvo en secreto durante días, provocando la extrañeza entre sus amigos más cercanos en la expedición, como el espaldista Aaaron Peirsol -flamante oro en 100 metros espalda y récord mundial- que no se explicaba por qué su colega no celebraba el hecho de tener el pasaporte olímpico y llegaba tarde a todos los entrenamientos.

Cuando se supo, el bracista vio cómo los 40 miembros de su equipo se puso detrás de él. "Estoy muy agradecido porque ellos me han protegido bajo sus alas , deseando apoyarme en la lucha que estoy manteniendo", ha asegurado el nadador.

Y es que, mientras espera su cita con la piscina, la espada de Damócles de una recaída pende sobre él, estrictamente controlado por los médicos estadounidenses, que le pueden hacer volver a su país en cualquier momento.

Por el momento, ya ha logrado el paso a semifinales tras quedar tercero en su serie. Hoy llegará la gran prueba de fuego, aunque pocos apuestan a que logre colarse en la final y tocar metal.

Todos menos el propio Shateau, que ha visto en su enfermedad su propia fortaleza ya que, explica, mientras otros se sienten presionados por competir en unos Juegos Olímpicos, él pasa los días animando a sus compañeros en las gradas, como un aficionado. Demasiado tiene con el cancer.