Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Los bombardeos rusos no dan tregua en el Donbás. El enviado especial de RNE, Fran Sevilla, está en Sloviansk, una zona residencial que ha vuelto a ser atacada: "El escenario aquí es el de la destrucción". Hierros retorcidos, ventanas y puertas desencajadas, cristales por todas partes, vecinos rescatando algunos de sus enseres... Todo se ha producido horas después de la conversación de Zelenski y Trump, en la que se ha acordado continuar avanzando hacia la paz.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, han mantenido una conversación telefónica en la que, según ha indicado el estadounidense, han abordado los detalles de la llamada mantenida el martes entre el líder estadounidense y el mandatario ruso, Vladímir Putin. Ambos han coincidido en que los pasos para la tregua "van por buen camino".

El presidente ucraniano ha expresado su disposición a una tregua energética y a continuar las negociaciones en Arabia Saudí. Sin embargo, mientras Ucrania está dispuesta a una tregua total, Rusia no ha accedido a ello.

De la llamada entre las partes también ha surgido una propuesta inusual: Estados Unidos se ofrece a controlar las centrales nucleares y eléctricas de Ucrania. Además, EE.UU. se ha comprometido con ayudar a Ucrania a localizar a los niños secuestrados y a facilitar más sistemas de defensa antiaérea, específicamente a partir de los disponibles en Europa.

Vladímir Putin y Donald Trump se entienden bien y confían el uno en el otro, o así lo considera el Kremlin tras su conversación telefónica del martes. En la Casa Blanca, las palabras son similares. Lo que no coincide es la condición que Rusia ha puesto para un alto el fuego: cese de la ayuda militar y de inteligencia a Ucrania. El portavoz ruso asegura que sí hablaron de lo que consideran un asunto clave, en cambio, Trump lo niega.

Pese a los desajustes, todo apunta a que la relación entre los dos países avanza. Y en medio, el presidente Zelenski, arropado por la UE, mientras insiste en que Putin no ha dado señales creíbles de querer de verdad la paz.

Trump no ha conseguido arrancar a Putin un alto el fuego total en Ucrania tras hablar casi dos horas por teléfono. El presidente ruso solo se compromete a no atacar durante 30 días las infraestructuras energéticas ucranianas. ¿Qué paz tiene Putin en la cabeza? ¿Quiere realmente poner fin al conflicto? ¿Hay alguna opción de que haya paz en Ucrania mientras esté Putin? Lo analizamos con José María Faraldo, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid, experto en Europa central y oriental, y autor de libros como “Sociedad Z. La Rusia de Vladimir Putin”.

Tras la llamada telefónica entre Trump y Putin, se ha alcanzado un acuerdo para cesar los ataques contra las centrales energéticas durante 30 días. En el informativo '24 Horas de RNE', conocemos los detalles sobre lo que ha comunicado cada país respecto a estos acuerdos.

Sobre el Kremlin, ya se han dado las órdenes correspondientes para palizar las ofensivas. Además, aseguran que, como gesto de buena voluntad, entregarán a 23 militares ucranianos gravemente heridos. Según nos informa nuestra compañera del área de Internacional, Celia Vidal.

El comunicado de la Casa Blanca es más "genérico" que el del Kremlin y nuestra corresponsal en Whasignton, María Carou, nos muestra la hoja de ruta que seguirán. El primer paso será una tregua en el suministro de energía e infraestructuras de forma inmediata; posteriormente, se pactará una tregua marítima, luego un alto el fuego total y, por último, un acuerdo de paz definitivo. Lo que no se especifica es el papel que tendrá Ucrania en esas negociaciones ni si se contará con la UE.

Por último, Fran Sevilla, enviado especial a Ucrania resalta que esta conversación "no se trata de un alto el fuego total como se había acordado con Kiev", y que no tendrá un efecto positivo para el país. En el caso de que se cumpla la exigencia rusa de detener el envío de armas por parte de Occidente, "será difícil ver un camino despejado hacia la paz".

Tras la llamada telefónica entre Trump y Putin, se ha alcanzado un acuerdo para cesar los ataques contra las centrales energéticas durante 30 días. En el informativo '24 Horas de RNE', conocemos los detalles sobre lo que ha comunicado cada país respecto a estos acuerdos.

Sobre el Kremlin, ya se han dado las órdenes correspondientes para palizar las ofensivas. Además, aseguran que, como gesto de buena voluntad, entregarán a 23 militares ucranianos gravemente heridos. Según nos informa nuestra compañera del área de Internacional, Celia Vidal.

El comunicado de la Casa Blanca es más "genérico" que el del Kremlin y nuestra corresponsal en Whasignton, María Carou, nos muestra la hoja de ruta que seguirán. El primer paso será una tregua en el suministro de energía e infraestructuras de forma inmediata; posteriormente, se pactará una tregua marítima, luego un alto el fuego total y, por último, un acuerdo de paz definitivo. Lo que no se especifica es el papel que tendrá Ucrania en esas negociaciones ni si se contará con la UE.

Por último, Fran Sevilla, enviado especial a Ucrania resalta que esta conversación "no se trata de un alto el fuego total como se había acordado con Kiev", y que no tendrá un efecto positivo para el país. En el caso de que se cumpla la exigencia rusa de detener el envío de armas por parte de Occidente, "será difícil ver un camino despejado hacia la paz".

La tregua en Ucrania puede aliviar a la población civil, facilitar la entrega de ayuda humanitaria y dar un descanso a unas tropas agotadas después de tres años de combate sin pausa. La mayor dificultad es la desconfianza. Ni la población ucraniana ni las autoridades de Kiev se fían de Moscú, que a su vez también tiene reservas y exige que Ucrania no aproveche la pausa para rearmarse.

El reto operativo de la tregua es la supervisión: Ucrania y Rusia comparten más de 2000 kilómetros de frontera y unos mil de frente con combates activos. El Kremlin rechaza expresamente la presencia de tropas de países de la OTAN, mientras Kiev reclama garantías de seguridad por ahora no concretadas. Pero los acuerdos no son imposibles. En estos tres años de invasión, Rusia y Ucrania han pactado intercambios de prisioneros, la exportación de cereales por el mar Negro o evitar ataques cuando los inspectores de la ONU visitan la central nuclear de Zaporiyia.

En todos esos casos, Moscú y Kiev han pactado a través de mediadores. En la tregua, el intermediario es Estados Unidos, con un Donald Trump que ya va más allá del alto el fuego, y habla de que se negocie sobre instalaciones energéticas y tierras.

En medio de la incertidumbre sobre si se materializará y se consolidará un alto el fuego en Ucrania, el Ejército ucraniano sigue construyendo posiciones defensivas en los distintos frentes del Donbás. Fran Sevilla, enviado especial de RNE, se encuentra en la carretera entre Kostiantínivka y Kramatorsk: "Vemos cómo los ucranianos se repliegan cada vez más atrás de la línea del frente ante el avance de las fuerzas rusas", cuenta.

Ante un hipotético fin del conflicto, Rusia podría quedarse con los territorios ucranianos que actualmente ocupa, tal y como exige de cara a una negociación de paz. Esto implicaría mantener el control de la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa y punto estratégico para la independencia energética de Ucrania. Sin embargo, Kiev no está dispuesto a aceptar este escenario. Ante la prensa ucraniana, el ministro de Exteriores, Andrii Sibiha, ha hablado de lo que no es negociable para ellos, y que va desde no ceder los territorios ocupados a desmilitarizar el país o renunciar a sus aspiraciones de entrar en la OTAN.

En resumen, Ucrania se ancla a sus posiciones iniciales, mientras que el frente continúa moviéndose. Las tropas rusas avanzan precisamente en la región de Zaporiyia y aseguran que han tomado el pequeño enclave de Stepove.