Tras el cierre de las puertas todo el mundo estaba pendiente de la chimenea colocada sobre la Capilla Sixtina. Esta tarde era la primera votación y para que haya papa, uno de los cardelanes necesita al menos dos tercios de los votos. La fumata negra que se ha visto nos traslada ya a la siguiente votación, este jueves, ya con las posturas y los apoyos algo más definidos.
Se dice que la primera votación es un tanteo, que da una idea de los candidatos más fuertes, los que congregan más votos. A partir de ahora muchos cardenales irán cambiando sus preferencias, pero lo que pase dentro sólo lo sabrán ellos, que han jurado no revelar las deliberaciones.