El presidente de EE.UU., Joe Biden, ha condenado el asalto de los seguidores de Jair Bolsonaro a las sedes del Congreso, la Presidencia y la Corte Suprema de Brasil y muestra su apoyo total a las instituciones democráticas brasileñas.
Luis Garicano, economista y profesor visitante en la Universidad de Chicago, ha señalado en Las Mañanas de RNE que la apertura de China “puede generar incertidumbre, pero también tiene un componente positivo”, ya que, como señala, “ha sido un gran contribuyente en la economía mundial” y esto va a suponer un aumento del consumo por parte de personas que llevan “tres años encerradas en su casa”. Cree que la situación está mejorando en cuanto a la inflación se refiere, a pesar de los datos de la subyacente, considera que la prioridad en España es “asegurar la estabilidad presupuestaria a medio plazo” y acusa al Gobierno de no estar siento “lo suficientemente cauto” con esta perspectiva.
Miles de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro han invadido este domingo en Brasilia el Congreso Nacional, el Palacio presidencial y la Corte Suprema, los tres poderes del Estado. Anna Ayuso, investigadora principal de América latina del CIDOB, ha asegurado en Las Mañanas de RNE, que el seguimiento de este golpismo “es minoritario y no es apoyado por la mayoría de la sociedad brasileña.” Ha añadido que hay una “polarización que ha llevado a un enfrentamiento donde las reglas democráticas se están poniendo en tensión.” Anna Ayuso ha explicado que gran parte de la población en Brasil piensa que “los políticos son corruptos y esto afecta a la credibilidad de las instituciones.” En relación con el trumpismo, Ayuso ha asegurado que el asalto al Capitolio en Washington ha tenido un efecto de emulación con este suceso porque “si no hubiera habido un asalto al Capitolio no se les hubiese ocurrido a estos radicales asaltar las instituciones en Brasilia.” Y considera que las redes sociales han intervenido más que los medios de comunicación tradicionales.
Miles de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro han invadido este domingo, en Brasilia, el Congreso Nacional, el Palacio presidencial y la Corte Suprema, las sedes de los tres poderes del Estado, y han reclamado una intervención militar para derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que ha decretado la intervención federal para imponer la fuerza de la ley ante "un asalto sin precedentes" a la democracia brasileña. Poco antes de las 16:00 de la tarde en Brasilia (a las 20.00 hora peninsular española), una marea humana de manifestantes, vestidos de amarillo y verde, irrumpió en las sedes de los tres principales poderes del país, en unas imágenes que recuerdan la invasión del Capitolio en Washington en enero de 2021. El asalto ha durado más de tres horas y, tras el caos inicial, la policía ha logrado retomar el control de los edificios institucionales.
Foto: Manifestantes contra los resultados electorales y el gobierno del recién elegido presidente Lula da Silva invaden el Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto, sede de la Presidencia de la República. EFE/ Andre Borges.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, ha condenado el asalto de los seguidores de Jair Bolsonaro a las sedes del Congreso, la Presidencia y la Corte Suprema de Brasil y muestra su apoyo total a las instituciones democráticas brasileñas.
Luis Garicano, economista y profesor visitante en la Universidad de Chicago, ha señalado en Las Mañanas de RNE que la apertura de China “puede generar incertidumbre, pero también tiene un componente positivo”, ya que, como señala, “ha sido un gran contribuyente en la economía mundial” y esto va a suponer un aumento del consumo por parte de personas que llevan “tres años encerradas en su casa”. Cree que la situación está mejorando en cuanto a la inflación se refiere, a pesar de los datos de la subyacente, considera que la prioridad en España es “asegurar la estabilidad presupuestaria a medio plazo” y acusa al Gobierno de no estar siento “lo suficientemente cauto” con esta perspectiva.
Miles de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro han invadido este domingo en Brasilia el Congreso Nacional, el Palacio presidencial y la Corte Suprema, los tres poderes del Estado. Anna Ayuso, investigadora principal de América latina del CIDOB, ha asegurado en Las Mañanas de RNE, que el seguimiento de este golpismo “es minoritario y no es apoyado por la mayoría de la sociedad brasileña.” Ha añadido que hay una “polarización que ha llevado a un enfrentamiento donde las reglas democráticas se están poniendo en tensión.” Anna Ayuso ha explicado que gran parte de la población en Brasil piensa que “los políticos son corruptos y esto afecta a la credibilidad de las instituciones.” En relación con el trumpismo, Ayuso ha asegurado que el asalto al Capitolio en Washington ha tenido un efecto de emulación con este suceso porque “si no hubiera habido un asalto al Capitolio no se les hubiese ocurrido a estos radicales asaltar las instituciones en Brasilia.” Y considera que las redes sociales han intervenido más que los medios de comunicación tradicionales.
Miles de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro han invadido este domingo, en Brasilia, el Congreso Nacional, el Palacio presidencial y la Corte Suprema, las sedes de los tres poderes del Estado, y han reclamado una intervención militar para derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que ha decretado la intervención federal para imponer la fuerza de la ley ante "un asalto sin precedentes" a la democracia brasileña. Poco antes de las 16:00 de la tarde en Brasilia (a las 20.00 hora peninsular española), una marea humana de manifestantes, vestidos de amarillo y verde, irrumpió en las sedes de los tres principales poderes del país, en unas imágenes que recuerdan la invasión del Capitolio en Washington en enero de 2021. El asalto ha durado más de tres horas y, tras el caos inicial, la policía ha logrado retomar el control de los edificios institucionales.
Foto: Manifestantes contra los resultados electorales y el gobierno del recién elegido presidente Lula da Silva invaden el Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto, sede de la Presidencia de la República. EFE/ Andre Borges.
Centenares de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro han invadido este domingo en Brasilia el Congreso Nacional, el Palacio presidencial y la Corte Suprema. Rogelio Núñez, investigador asociado del Real Instituto Elcano, considera que se trata de una "crónica de un asalto anunciado". "Su grado de fanatismo no ha disminuido ni con su derrota y estamos en una fecha que se recuerda el aniversario del asalto al Capitolio, todo estaba destinado a que pasara esto", expresa en el informativo 24 horas. Sin embargo, Núñez cree que la posibilidad que tienen los bolsonaristas de dar un golpe de Estado "es muy pequeña" ya que toda la clase política está a favor del Gobierno de Lula. "Es una estrategia calculada para tensionar el país y que esa tensión sea beneficiosa para Bolsonaro, que sigue callado y fuera de Brasil", nos cuenta, y cree que así será durante los próximos cuatro años.
La mayoría de dirigentes políticos de Latinoamérica están condenando el asalto bolsonarista producido este domingo a los centros de poder de Brasil, incluido el Partido Liberal de Brasil. Para Eduardo Davis, colaborador de la agencia Efe, se trata de un ataque a la democracia brasileña. "El Partido de Bolsonaro hoy está condenando esto, pero hasta la semana pasada estaban animando a estos golpistas que estaban acampados pidiendo un golpe militar", ha dicho en el 24 horas fin de semana. Davis también ha expresado que lo ocurrido, dos años después del asalto al Capitolio de Estados Unidos, es un "símbolo de lo que es el movimiento de la ultraderecha internacional".