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En torno a dos millones de trabajadores cobran el salario mínimo en nuestro país: mil euros, en 14 pagas. Son el doble que hace una década y viven entre la agonía y los números rojos. En un escenario de precios disparados, cada día que van al supermercado o llega una factura, se las desean para cuadrar las cuentas.

La última subida del salario mínimo fueron 35 euros, pero la inflación resta a esas nóminas entre 60 y 90 euros mensuales. Las familias tienen que gastar casi mil euros más al año para consumir lo mismo que hace doce meses, un esfuerzo imposible para más de diez millones de españoles que, según el INE, no llegan a fin de mes. Santos es uno de ellos. Tiene mujer, dos hijos y trabaja en un almacén. Gana mil euros al mes. Con eso viven los cuatro. Su historia es la de la pobreza laboral, la de un padre de familia que cada día se levanta para ir a trabajar mientras se estruja los sesos y el bolsillo para sobrevivir con el salario mínimo.

Es un reportaje de Elena Pernas y Javier Monterde.

El Gobierno reabre el debate sobre el papel de la inmigración y su inserción en nuestro mercado laboral, al anunciar cambios en el Reglamento de Extranjería.  Estos cambios pretenden facilitar la contratación de trabajadores extranjeros en puestos de trabajo que no se ocupan con mano de obra nacional, pero los sindicatos creen que esa medida puede dañar la calidad del empleo. 

UGT y Comisiones Obreras critican que no se haya contado con ellos para esta reforma y tildan la reforma de clasista porque, a su juicio, implica que unos migrantes son más aceptables que otros. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, defiende la medida y explica que debe ser compatible con la "dignificación de las condiciones de trabajo": "Un equilibrio entre que las personas que vengan a nuestro país lo hagan bajo las condiciones de un contrato de trabajo que esté ordenado y que, por otra parte, podamos atender necesidades del mercado laboral".

Informa Mónica Marhuenda

Según el portal de empleo Infojobs, un 27% de los españoles se ha planteado dejar su trabajo este año. El año pasado solo lo hicieron 30.000 personas. No es similar a la llamada 'la gran dimisión' en EE.UU., donde, con la pandemia, más de 38 millones de personas dejaron sus empleos por padecer el "síndrome del trabajador quemado" o burnout, o para buscar mejores condiciones laborales como el teletrabajo. En España, con 3 millones de parados, los expertos coinciden: esto no está sucediendo.

Foto: GETTY

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anuncia una campaña de la inspección de Trabajo sobre los fijos discontinuos que arrancará la semana que viene. La vicepresidenta segunda ha indicado en el Congreso que le preocupa el fraude y ha recordado que la sanción para la empresa es de 10.000 euros por cada trabajador cuyo contrato no sea legal, según la reforma laboral.

El Ministerio de Igualdad ha asegurado quela Seguridad Social será quien asuma el pago por las bajas de reglas dolorosas, y no la empresa. La mujer podrá ausentarse de su puesto de trabajo los días que necesite, previa prescripción médica, y cobrará desde el primer día, no a partir del tercero, como pasa con el resto de bajas. La vicepresidenta Yolanda Díaz ha asegurado que la polémica que ha envuelto este tema no debería haber existido nunca, mientras los empresarios celebran que sea la Seguridad Social quien asuma este gasto.

Informa Ángeles Bazán

La baja menstrual ha dividido opiniones: algunos la ven como una conquista y otros consideran que puede ser una traba para la contratación, como es el caso de la presidenta de laAsociación de Abogados Laboralistas, Ana Gómez, quien piensa que puede perjudicar a las mujeres. Se desconoce todavía si el coste de la baja lo asumirá el empresario o el Estado, pero en cualquier caso hay quienes ven aquí una buena oportunidad para repensar el mercado laboral.

Informa, Alba Urrutia.