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Esperar es lo único que les queda a los miles de gazatíes que intentan llegar al norte de la Franja. Se agolpan en los alrededores del corredor de Netzarim, bloqueado por Israel. "Pensábamos que podríamos volver a casa", dice una mujer afectada, "ya hemos sufrido demasiado".

Los primeros en llegar a esta zona ya han pasado aquí su primera noche y las fogatas son imprescindibles. El hambre empieza a apretar y la ayuda humanitaria escasea. La caravana de coches que se dirige hacia el norte sigue creciendo. Israel tiene cerrado el acceso al norte de Gaza porque dice que Hamás debía haber liberado a una civil israelí en el intercambio del sábado. La milicia asegura que lo hará la próxima semana y acusa a Tel Aviv de incumplir el acuerdo de alto el fuego al no permitir a los ciudadanos de la Franja regresar a sus hogares.

Foto: EFE/EPA/HAITHAM IMAD

Las cuatro rehenes israelíes liberadas este sábado saludan a la multitud desde el escenario. La plaza de Palestina, en Ciudad de Gaza, ha acogido el momento con una puesta en escena organizada por Hamás. Han participado decenas de milicianos. Minutos antes, miembros de Cruz Roja firmaban el acuerdo que permitía trasladar a las soldados hasta la frontera con Israel.

En helicóptero, las han llevado a un hospital cerca de Tel Aviv. Han acaparado todas las miradas de los israelíes agolpados en los alrededores para festejar su llegada. "Están estables", ha asegurado la directora del hospital. "Gracias a todos los que nos habéis apoyado para sacarnos de allí", ha dicho Liri Albag, de 19 años, tras reunirse con su familia. El primer ministro Benjamín Netanyahu ha hablado con los padres de las jóvenes: "Es un momento de mucha alegría", ha dicho.

Reacciones también entre los 200 presos palestinos liberados por Israel. Les han recibido como héroes. El más joven tiene 15 años. Han sido trasladados a Cisjordania, a Egipto y a Gaza. "Siento alegría a pesar de la destrucción", dice uno de ellos. Mientras, algunos gazatíes recogen sus pertenencias para volver al norte de la Franja. Allí, el Ejército israelí está frenando el paso de los gazatíes que intentan volver a casa, porque aseguran, Hamás debía haber liberado a una civil en la entrega de este sábado y eso no ha ocurrido. Ambas partes se acusan de retrasar la implementación del acuerdo.

Foto: AP Photo/Abed Hajjar

Todo estaba preparado en esta plaza abarrotada de la Ciudad de Gaza. Entre banderas palestinas y un escenario rodeado por milicianos de Hamás, esperaban la llegada de las rehenes. Hasta aquí se ha desplazado un convoy de la Cruz Roja y han firmado junto a la milicia el acuerdo sobre la liberación. Todo ante la expectación de miles de gazatíes. Justo después han llegado a la plaza las cuatro soldados israelíes cautivas, recibidas entre vítores, saludando a la multitud. Es la puesta en escena que ha elegido Hamás para llevar a cabo la segunda liberación de rehenes tras la tregua.

Mientras tanto, en diferentes puntos de Israel vivían el momento retransmitido en directo por televisión. La Cruz Roja las ha trasladado hasta la frontera israelí con la Franja. Allí las esperaba un helicóptero del Ejército para llevarlas hasta un hospital donde han pasado un reconocimiento médico y se han reunido con sus familiares.

En la cárcel israelí de Ofer, cerca de Ramala, han liberado este sábado a 200 presos palestinos. Entre los liberados estaría Mohammed Al Tous, el palestino que más tiempo lleva en una cárcel israelí, casi 40 años.

Foto: AP Photo/Abed Hajjar

Segundo intercambio de rehenes en lo que va de tregua en Gaza. En el informativo 14 horas Fin de Semana, hablamos con Elinat Kauffman, psicóloga que ha trabajado con las rehenes israelíes liberadas. Afirma que ahora están muy contentos pero que habrá que esperar para saber cómo se encuentran psicológicamente. A la alegría, reconoce, se le une la incertidumbre de las familias que no conocen aún el paradero de sus familiares.

Cuatro mujeres soldados israelíes han sido liberadas por Hamás en el segundo intercambio de la tregua en Gaza, acordada tras más de 15 meses de guerra. Se tratan de Karina Ariev, Daniella Gilboa, Naama Levy y Liri Albag capturadas el 7 de octubre de 2023 en la base militar Nahal Oz. A cambio, se espera la excarcelación por parte de Israel de 200 presos palestinos. Foto: John Wessels / AFP

El día de la matanza de Hamás en Israel, Eitan visitaba a su hermano Iair, en un kibutz próximo a Gaza. El ataque les obligó a refugiarse y pudieron mandar algunos mensajes a su familia. "Seguimos en el cuarto de seguridad, decían y, de pronto, dejaron de responder", recuerda su cuñada, Dalia Kushnir. Durante un mes y medio, la familia no supo nada de ellos. Hasta que las primeras rehenes liberadas en noviembre del pasado año les dijeron que habían visto a los hermanos con vida y hablaron del trato que recibían. Ahora, en esta nueva fase del acuerdo, se espera que uno de los hermanos, Iair, sea liberado. Mientras tanto, la angustia es inmensa para las familias.

Foto: Cedida por la familia de Iair y Eitan

En Oriente Próximo, a pesar del alto el fuego pactado, la realidad es otra: Israel ha vuelto a atacar Gaza dejando 8 muertos. Ese acuerdo que, por el momento, sigue en vigor ha supuesto el intercambio de rehenes israelíes por presos palestinos. Nuestra Corresponsal en Jerusalén Laura Alonso ha podido hablar con una de esas mujeres que han estado encarceladas en Israel. Se llama Rose Khuwais, tiene 17 años y es la presa más joven excarcelada recientemente y también quien tenía la condena más alta, diez años, por supuestamente intentar matar a un soldado israelí.

Teme dar detalles sobre su paso por prisión, aunque dice que el terror para ella fue realmente cuando estuvo en comisaría: "Me trasladaron a la cárcel de seguridad de Damon y fue el momento más feliz de mi vida porque ya no me golpeaban. La comisaría fue un infierno", le explica Rose a Laura Alonso. Estuvo 37 días en comisaría con golpes, gritos y horas sin dormir. "Le acusaron de llevar una navaja en el bolso, pero ella no llevaba ningún bolso. Luego dijeron que en un bolsillo, que tampoco tenía, y finalmente dijeron que estaba escondido en el hiyab. Luego le dispararon seis veces", relata un familiar.

Dos meses antes del acuerdo ya estaban preparando a algunas presas para la excarcelación, con recopilación de huellas de las presas o fotos, pero hasta el domingo no llegó la confirmación definitiva, un momento que la propia Rose llevó con desconfianza hasta que no escuchó su nombre como parte del acuerdo: "Me siento como si estuviera de visita y tuviera que volver a la cárcel. Temo que me vuelvan a encerrar", afirma.

En declaraciones a RNE, la familia de Rose advierte que no pueden preguntarle "ni por el acuerdo ni por Hamás", sentencia la corresponsal de RNE en Oriente Próximo, Laura Alonso.