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En este suplemento audiovisual Álvaro Soto y Esther García Tierno te muestran cómo se grabó el programa de radio dedicado al departamento francés de Charente Maritime. Una provincia llena de pueblos y ciudades nacidos por y para el mar. En los tiempos de hegemonía naval de británicos y holandeses, Jean-Baptiste Colbert –hombre fuerte de Luis XIV–, decide poner patas arriba Rochefort para refundar la ciudad con criterios militares y hacerla sede del astillero real, un Arsenal del que saldrá medio millar de barcos a lo largo de los siglos posteriores. Visitamos también la exclusiva y paradisíaca isla de Ré, donde una decena de pintorescos pueblos reservan experiencias tan sobrecogedoras como la visión del Atlántico desde la linterna de un faro de sesenta metros de altura. Nuestro destino final está en la ciudad portuaria de La Rochelle, con sus tres torres defensivas y otras tantas dársenas históricas donde hoy se mecen los veleros y yates de recreo.

El primer ministro de Francia, Manuel Valls, ha superado la moción de censura presentada contra su Gobierno tras aprobar la reforma laboral sin someterla a votación en la Asamblea Nacional. La moción obtuvo 246 votos a favor, frente a los 288 que necesitaba para ser aprobada, por lo que el Gobierno se mantiene y la reforma laboral se considera aprobada en su primera lectura parlamentaria. La moción ha sido respaldada por la oposición conservadora y de centro, además de los comunistas, algunos ecologistas y algunos diputados socialistas. Sin embargo, no ha contado con el respaldo de los llamados diputados socialistas disidentes, representantes del ala más izquierdista del partido, que la víspera habían tratado de presentar su propia moción y que ya anunciaron que no apoyarían una iniciativa lanzada por la derecha.

El Gobierno de Francia ha aprobado con un atajo constitucional (el artículo 49.3) su proyecto de ley de reforma laboral, que no será sometido a la votación de la Asamblea Nacional, donde varios diputados socialistas son contrarios a esa ley, lo que dificulta recabar todos los apoyos suficientes. El recurso a ese instrumento constitucional, ha asegurado Valls ante los diputados, ha sido decidido porque el Ejecutivo está "convencido de que es un buen texto para el país". Mientras, el partido conservador Los Republicanos y el centrista Unión de Demócratas e Independientes (UDI) han presentado una moción de censura contra el Gobierno después de que este recurriera al artículo 49.3 de la Constitución para eludir la votación en la Asamblea Nacional a la hora de aprobar la reforma laboral. La moción se someterá a votación el próximo jueves y aunque cuenta con escasas opciones de prosperar, si fuera adoptada el Gobierno debería dimitir, mientras que de ser rechazada el proyecto de ley defendido quedaría aprobado en primera lectura por la Asamblea Nacional y pasaría al Senado.

Mientras, la policía ha desalojado a grupos de jóvenes que protestaban frente al edificio del Parlamento. Durante todo el día ha habido concentraciones y manifestaciones de sindicatos y estudiantes. No será fácil el recorrido parlamentario del proyecto más impopular de esta legislatura en Francia porque la reforma laboral genera enorme rechazo fuera y dentro de la Asamblea Nacional. Además, el Partido Socialista necesitará 40 votos más para sacarlo adelante, asumiendo que una veintena de sus propios diputados votará en contra. La Ministra de Trabajo, quien se ha reivindicado como mujer de izquierdas fiel a sus convicciones, ha defendido las bondades del proyecto, y ha lamentado que se hayan hecho de él caricaturas. El Frente de Izquierdas ha pedido la suspensión de la sesión y un grupo de diputados ha presentado su propio texto reclamando el tiempo libre como derecho y la jornada laboral compartida. Para la derecha, las concesiones del Gobierno tras la presión de la calle han descafeinado demasiado la propuesta original.

Miles de trabajadores y estudiantes han vuelto a manifestarse en Francia contra la reforma laboral del Gobierno socialista, en una jornada que se ha convertido en una batalla campal en París y en otras ciudades del país. Al menos 24 policías han resultado heridos, tres de ellos se encuentran en estado muy grave, en los choques entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes en la capital. Más de 120 personas han sido detenidas.