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Esto merece una explicación

La Escombrera de la Comuna 13

La Escombrera de la Comuna 13 de Medellín es una inmensa montaña artificial de desechos que durante varias décadas acumuló toneladas de ladrillos, arena, vidrio y también cadáveres. Es una de las fosas comunes más grandes del mundo. Se estima que allí puede haber enterradas más de 500 víctimas de las guerras cruzadas que libraron las milicias, los paramilitares y las fuerzas de seguridad colombianas que luchaban por el control de la ciudad. Una de esas víctimas puede ser Luis, el marido de Luz Elena Galeano, que lleva buscándole sin descanso desde que desapareció en 2008. Esta es la historia de Luz y la de otras muchas mujeres colombianas agrupadas en la asociación 'Mujeres Caminando por la Verdad', que fueron ignoradas durante muchos años por las instituciones, pero que no dejaron de luchar hasta conseguir que se buscara a sus familiares desaparecidos.

Un trabajo de Johanna Castillo, alumna del Máster de Reporterismo Internacional de RTVE y la Universidad de Alcalá de Henares y Aitor Sánchez.

Colombia ha vivido una de las jornadas más violentas de los últimos años. Un doble atentado en la ciudad de Cali ha dejado seis muertos y más de 70 heridos. El acto de terror ha sido atribuido a la disidencia de la guerra de las FARC, un ataque que ha hecho revivir el fantasma de los peores años del conflicto.

Cali es la tercera ciudad más poblada del país americano. Un camión bomba ha explotado durante la tarde del jueves junto a una base militar, pero en una zona comercial muy transitada. Entre los muertes hay una mujer embarazada. Además, cerca del lugar del atentado se ha encontrado un segundo camión bomba.

Ya hay dos detenidos, entre ellos quien parece ser uno de los autores materiales del ataque. Horas antes otro atentado, en Amalfi, en el noroeste del país, acabó con la vida de 12 policías antidroga cuando el helicóptero que les transportaba fue derribado por un dron.

Según las primeras hipótesis, las disidencias de las FARC buscan lanzar un mensaje con estos ataques: disuadir a las fuerzas de seguridad para que no ataque sus cultivos de coca y sus fuentes de ingreso.

El presidente Gustavo Petro ha ordenado reforzar la seguridad en todo el país, especialmente en Bogotá, la capital. El país atraviesa una nueva escalada de violencia que recuerda a las épocas más oscuras de hace varias décadas.

Imagen: AFP / IUSEF SAMIR ROJAS

Colombia lleva 60 años inmersa en un conflicto armado del que no acaba de salir. A pesar de los acuerdos de desarme firmados con las FARC hace más de 8 años, el país sigue siendo escenario de la guerra, con numerosos grupos que hacen la vida imposible a la población de muchos territorios. A diario, la población convive con la muerte, la extorsión, el desplazamiento forzado y también, el reclutamiento de menores. Aunque los datos oficiales se quedan muy cortos y la Defensoría del Pueblo tiene acreditado el alistamiento de 463 menores en 2024, esta condena al futuro del país a través de sus jóvenes se extiende por las zonas más afectadas por el conflicto. Hablamos con los equipos en terreno de Pastoral Social, apoyados por Cáritas Española.

En Colombia, el conflicto entre guerrillas en el norte del país deja decenas de muertos y más de 50.000 desplazados en las últimas semanas. Los grupos armados se disputan el territorio y amenazan el proceso de paz impulsado por el Gobierno de Gustavo Petro. A Derwin un grupo armado se lo llevó de la finca donde estaba trabajando. Denuncia que durante dos días estuvo secuestrado junto a otras 100 personas y que presenciaron los ataques cruzados entre el ELN y disidencias de las FARC.

En esa misma redada fue capturado el marido de Elsa. A él también lo han liberado, pero mientras Elsa esperaba señales de vida, reconoce que sintió pánico al ver que aumentaba la presencia de guerrilleros en la zona.

Ferney estaba trabajando cuando su mujer y su hijo de tres años fueron testigo de enfrentamientos armados a escasos metros de su vivienda. Aunque lleva ropa prestada y no tuvo tiempo de recoger sus pertenencias confiesa que no quiere regresar a su casa.

Foto: AFP / RAUL ARBOLEDA

El acuerdo político que desarmó a la mayor guerrilla de América Latina ha cumplido 8 años. A lo largo de este tiempo, los miembros de las FARC que se sumaron a la entrega de las armas han tenido que reiniciar sus vidas y volver a integrarse en una sociedad que les ha recibido con desconfianza. Han pasado ocho años y todavía hay reticencias que grupos como el Colectivo Miradas intenta superar gracias a la fotografía. Este grupo formado por antiguos guerrilleros y gestores comunitarios ha abierto en la Embajada de Colombia en Madrid una exposición con decenas de fotografías que documentan la vida de aquellos que entendieron que era mejor cambiar su país sin armas y sobre todo, apostar más por la paz frente a un pasado de guerra.

La exposición fotográfica "La paz es el camino" es un proyecto del Colectivo Miradas, compuesto por firmantes del Acuerdo de Paz suscritos entre el estado colombiano, las FARC y comunidad. Hablamos con Gina Parra, gestora cultural del colectivo y Marcos Guevara, fotógrafo documental y firmante de los acuerdos.