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"Vidas robadas" es una exposición en Bogotá sobre 56 víctimas mortales documentadas en las protestas sociales de Colombia, desde 2019 hasta mayo de 2021. Sus historias se recuerdan en Fragmentos Espacio de Arte y Memoria, un lugar ideado por la artista colombiana Doris Salcedo después del acuerdo de paz con las FARC. Salcedo ha criticado recientemente al presidente de Colombia, Iván Duque, por utilizar ese Espacio de Arte y Memoria para una reunión con líderes religiosos en plena oleada de protestas. 

Informa Íñigo Picabea

La polémica por el reclutamiento de menores en Colombia ha regresado esta semana al país después de un bombardeo sobre un campamento guerrillero en el que habrían fallecido varios niños. Su presencia en las filas de los grupos armados no es nueva. En los últimos años miles de adolescentes han cogido un fusil en una espiral que no ha frenado el acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC.

Ahora, son otros muchos grupos criminales los que captan, voluntariamente o a la fuerza, a jóvenes sin perspectivas de futuro como nos cuenta en este reportaje Santiago Barnuevo.

Este martes se cumplen cuatro años del acuerdo de paz del Gobierno de Colombia con las FARC, que puso fin a más de medio siglo de conflicto armado. Los antiguos líderes de la guerrilla siguen reconociendo crímenes cometidos entonces. Alexander Vargas entró en la organización siendo un niño y la abandonó cuando perdió una pierna. Hoy, se arrepiente de sus actos: "Entonces se siente uno como en qué momento me convertí yo en el monstruo y como hago para cambiar hoy en día", explica a TVE. Mientras los excombatientes denuncian que el Gobierno actual está incumpliendo el pacto, las víctimas lamentan que el reconocimiento y el perdón no son siempre suficientes.

Hace cuatro años el Gobierno colombiano y las Farc firmaron un acuerdo de paz, con el que se ponía fin a más de medio siglo de guerra. Hoy, el partido político de las Farc se sienta en las insituciones, lo que provoca un fuerte rechazo de parte de la sociedad colombiana. Además, 242 exguerrilleros han sido asesinados en estos años y los excombatientes de la organización denuncian que el Gobierno de Iván Duque no está cumpliendo con los acuerdos.

En Colombia desde que se inició el Proceso de Paz, más de 1.000 personas han sido asesinadas y no se están implementando los acuerdos de paz, por un gobierno actual que no cree en ellos. Más de 220 guerrilleros firmantes han sido asesinados, algunos con sus familiares e hijos menores. En lo que llevamos de este año hasta el 1 de septiembre, 204 personas, además de 9 familiares de defensores de derechos humanos, indígenas, campesinos, sindicalistas y jóvenes han sido asesinados, 44 excombatientes han perdido la vida en atentados y se han producido 50 masacres en todo el país.

Los grupos paramilitares han ocupado las zonas que los desmovilizados dejaron, a pesar de que estaba estipulado que serían controladas por el Ejército y la policía. No se ha avanzado en la distribución de la tierra, la reforma rural integral y la sustitución de cultivos de uso ilícito. Asociaciones y sociedad civil, nuevamente está saliendo a la calle para denunciar estas masacres a la población civil.

Invitados; Javier Orozco peñaranda, ex dirigente sindical colombiano, coordinador del programa asturiano de atención a víctimas de la violencia en Colombia; Aída Yolanda Avella Esquivel, presidenta de la Unión Patriótica y Senadora de Republica por la Lista de la Decencia y Reynaldo Villalba, el abogado defensor de ddhh, del prestigioso “Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo” y que asesora al senador Iván Cepeda en la causa judicial contra el expresidente Álvaro Uribe.

Una escalada de violencia está sembrado el miedo en Colombia, donde creían que este tipo de asesinatos eran parte del pasado. El presidente Iván Duque apunta al crimen organizado, el Ejército de Liberación Nacional y a disidencias de las Farc. En los últimos once días, se han producido seis matanzas en distintos puntos del país que han dejado al menos 33 muertos, la mayoría jóvenes.

En Colombia, la pandemia de coronavirus mantiene la curva ascendente y grupos armados ilegales están aprovechando para hacerse con el control de algunas regiones del país, según un informe de Human Right Watch. Aumentan los ataques armados contra la población civil y grupos paramilitares ordenan cuarentenas y toques de queda bajo amenazas de muerte que no dudan en cumplir. [Coronavirus: última hora en directo

  • En Colombia la Fundación Elcielo trabaja para reconciliar a las personas que participaron en todos los bandos de la guerra
  • Más de mil excombatientes, exparamilitares, soldados y víctimas han hecho las paces en los restaurantes de la Fundación

La fundación 'El Cielo' lleva desde 2008 ayudando a la reconciliación entre víctimas y excombatientes de las FARC en Colombia. Gracias a Gloria, su fundadora, y también a su familia, dos mujeres trabajan en uno de los restaurantes más famosos de Colombia. "El proceso de paz y reconciliación no es fácil", aseguran desde la fundación al relatar el caso de estas dos mujeres. Una de ellas pertenecía a la guerrilla de las FARC, la otra ha sido víctima del comando. Reconocen que al principio es duro, pero que entre ellas ahora existe una amistad. Ahora que han conseguido dejar atrás su pasado, agradecen a la fundación esta nueva oportunidad para reconstruir su vida. 

Las elecciones municipales y departamentales celebradas el domingo en Colombia han dado un vuelco a la situación política del país. La vencedora histórica de la jornada ha sido Claudia López, que se ha hecho con la joya de la corona al conseguir la alcaldía de Bogotá. Con su victoria logra romper con dos barreras: ser mujer y miembro del colectivo LGTBI. Histórica ha sido también la vitoria del primer alcalde excombatiente de las FARC, Guillermo Torre, que se ha hecho con el bastón de mando de Turbaco.

Arturo Zamora dejó de combatir en las FARC cuando a los veintinueve años una herida en una pierna lo alejó de la guerra en la selva. Llevaba una década en la lucha armada así que no le quedó otra que reinventarse. En su caso la pasión por el arte le ayudó a integrarse de nuevo en la vida civil y acabó cambiando las armas por los cuadros. Ahora Arturo regenta un modesto café de arte en la capital colombiana.