Texas ha amanecido con destrucción e incertidumbre después de que el viernes el cauce del río Guadalupe se desbordase y matara al menos a 52 personas. El agua se llevó por delante un campamento de verano cristiano que hospedaba a 750 niñas. Dos días después, la angustia de las familias continúa ante desaparición de una veintena de ellas, todas menores de edad.
Para los rescatistas, la prioridad sigue siendo localizar a los desaparecidos y continuar con la intensa búsqueda de decenas de campistas, turistas y residentes que aún no han sido encontrados.
Foto: Sergio Flores/REUTERS — Inundaciones en Kerrville, Texas