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En Portugal, el Gobierno conservador acaba de lograr el respaldo de los democristianos para aprobar los presupuestos para el año que viene. Unos cuentas cargadas de recortes y subidas de impuestos. El programa En Portada ha recorrido el país para repasar las dificultades que atraviesan los portugueses y también recoger testimonios de coraje y superación en plena crisis.

España centra toda la atención en el Consejo Europeo que comienza este jueves en Bruselas. Aunque su posible petición de un nuevo rescate no figura en la agenda oficial de la cumbre de los líderes de la Unión Europea, sí es el primer punto del día en esa otra agenda extraoficial que refleja los movimientos diplomáticos y el tira y afloja entre Alemania y sus socios del norte, por un lado, y España, Italia y Francia, por otro.

  • La danza diplomática entre Madrid, Berlín, París y Roma sobrepasa a la cumbre
  • Las alianzas de poder cambian tras la alianza de Rajoy y Monti hace tres meses
  • Hollande y Rajoy insisten en aplicar lo acordado entre la reticencia alemana
  • Se debate la agenda de Van Rompuy pero no habrá decisiones hasta diciembre
  • Repasa el análisis de las cumbres europeas en nuestro gráfico interactivo

El Fondo Monetario Internacional urge a Italia y a España a pedir el rescate. Los mercados cotizan ya esta solicitud como inminente, por eso la prima de riesgo baja con fuerza y la bolsa registra ganancias. Los analistas creen que sería un rescate virtual. Les contamos en qué consiste esta fórmula de ayuda. Desde la cumbre europea de junio los inversores barruntan que España va a pedir ayuda a sus socios. Pero hoy tienen un argumento de peso, según los analistas. La agencia de calificación Moody's ha mantenido la nota a la deuda española porque cree que el rescate, es inminente. El otro indicio es que ha trascendido cómo será esa ayuda, diferente a las de Grecia, Irlanda y Portugal. Sería un rescate virtual, es decir España solicitaría una línea de crédito preventiva, un préstamo por si acaso, que no utilizaría de momento. Pedir un rescate fue la premisa del Banco Central Europeo para comprar sin límite deuda española en el mercado secundario y bajar la prima de riesgo.

El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, considera "una vergüenza" que haya países en Europa con una tasa de paro juvenil superior al 50%, lo ha señalado después de un encuentro con el presidente de Francia, François Hollande. Schulz cree que Europa debe actuar y ha pedido que se destine a ello el fondo de crecimiento de 120.000 millones de euros aprobado el pasado junio. También apoya la posición de España para que antes de final de año esté en marcha el nuevo supervisor bancario. Por su parte, Hollande ha señalado que España debe conocer antes los requisitos del posible rescate, en caso de solicitarlo.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha hecho una llamada a la unidad en el Congreso del Partido Popular Europeo, que se celebra en Rumanía, y les ha instado a cumplir los acuerdos del último Consejo Europeo, celebrado en junio, porque, ha dicho, "si no somos capaces, los ciudadanos nos darán la espalda".

Rajoy ha añadido su convencimiento de que "esto no sucederá" porque son "una familia seria y previsible que no da bandazos". El presidente del PP de España ha insistido en la importancia de que antes de terminar este 2012 la Unión Europea ponga en marcha el supervisor bancario único acordado el pasado junio.

"Millones de ciudadanos esperan una sola voz y no 17 0 27", ha insistido Rajoy ante el Congreso que se celebra bajo el lema "Más Europa".

La misión de la troika se marcha este miércoles de Atenas sin haber logrado consensuar con el Gobierno griego una reforma laboral que forma parte del programa de reformas y ahorro impuesto al país mediterráneo a cambio de la continuidad de la asistencia financiera exterior. "Nos pusimos de acuerdo en la mayoría de los temas políticos. Para los que quedan, habrá un acuerdo pronto", ha declarado Poul Thomsen, representante del FMI. Este organismo quiere recortar la indemnización por despido, reducir de seis a tres meses el plazo para comunicarlo, acabar con los aumentos salariales por antigüedad e imponer la semana laboral de seis días.