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Entre 2000 y 2013 Roldán fue responsable de Regulación y Estabilidad Financiera del Banco de España. Al poco de dejar el cargo, se supo que los bancos le querían para presidir la Asociación Española de Banca (AEB). Al ministro de Economía no le pareció adecuado y anunció que endurecería el régimen de incompatibilidades. De Guindos no veía bien que un ex alto cargo del órgano regulador fichara por los que hasta hacía poco habían sido sus supervisados. Seis meses después, y con el respaldo de los cinco grandes bancos, José María Roldán se ha convertido en presidente de la AEB.

En 2013 obtuvo 7.274 millones de euros, frente a las pérdidas de 2.825 millones del año anterior. Lo ha dicho el presidente saliente de la patronal bancaria, Miguel Martín, que pasa el testigo a José María Roldán al frente de la AEB.

Con la aprobación en la última sesión plenaria de la legislatura del Parlamento Europeo de dos normas sobre el proceso de resolución de bancos con problemas y otra sobre el sistema de fondos de garantía de depósitos se cierra la llamada unión bancaria, una estructura diseñada por los Gobiernos de la UE para romper el vínculo entre bancos y Estados, y evitar que las deudas de los primeros se conviertan en las del país en el que operan y lo lastren, tal y como sucedió en Irlanda y España.

Los eurodiputados debaten y votan este martes el mecanismo común de resolución bancaria, la directiva que diseña las fases del rescate y liquidación de bancos y el sistema de fondos de garantía de depósitos. Estas son las últimas piezas que quedan pendientes para cerrar una unión bancaria diseñada por los Estados y en cuya negociación, el Parlamento Europeo solo ha conseguido acelerar el proceso para decidir la resolución de entidades con problemas y la puesta en común de un fondo de aportaciones de los bancos, que logrará reunir 55.000 millones de euros en ocho años en lugar de en los diez previstos inicialmente. Por contra, no ha podido evitar que la decisión última para liquidar entidades en los países del euro seguirá en manos de los Gobiernos. Tampoco la Comisión Europea ha conseguido crear un fondo común  que garantice en toda la eurozona los depósitos de menos de 100.000 euros y, en su lugar, se han homologado los fondos que deberán existir en cada uno de los países de la UE.