Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba
  • Casi 13 años después de la invasión norteamericana, el país sigue convulso
  • La inestabilidad garantiza la supremacía de los barones de la droga
  • El opio afgano, fuente de ingresos para los talibanes, copa el 90% del mercado
  • La adormidera es el único medio de subsistencia para millones de campesinos
  • La Noche Temática nos aproxima a la realidad afgana con dos documentales

Afganistán elige en segunda ronda al presidente que tomará el relevo del Hamid Karzai. Como en la primera votación de las elecciones, la medidas de seguridad han sido extraordinarias para minimizar la amenaza talibán de boicotear las elecciones. Los resultados se conocerán en julio. Todo aquel que ha votado hoy en Afganistán ha pasado primero por el filtro militar. 400.000 soldados locales y policías tienen la misión de impedir que los talibanes se acerquen a las urnas. La otra gran amenaza es el fraude, y la huella digital la principal forma de combatirlo. El dedo índice manchado de tinta se ha convertido en símbolo democrático para doce millones de afganos y afganas que hoy deciden su futuro, incluso los dos candidatos lo exhiben con orgullo. 

Un vídeo difundido por los talibanes afganos muestra como estos entregan a oficiales de EE.UU. al sargento Bowe Bergdahl, al que mantenían en su poder y que fue liberado a cambio del traslado a Catar de cinco afganos presos en Guantánamo. El vídeo, colgado en el portal Al Emara, no ha posido ser verificado de manera independiente.